Cuando la Ley Única de Fondos (LUF) terminó su proceso legislativo con su publicación en el Diario Oficial, en enero de 2014, empezó un período distinto para la industria de fondos de inversión en Chile. Entre incentivos e incentivos, la última década ha visto a este rubro correr especialmente rápido, con un crecimiento anualizado de dos dígitos para el período.
Y parte importante de ese auge fue precisamente la implementación de esa ley, según comentan a Funds Society tres ejecutivos con trayectoria, que han visto florecer el mercado con el paso de los años.
Con el objetivo de potenciar al país andino como un exportador de servicios financieros –el eterno sueño del hub regional–, el proyecto de ley fue ingresado a la Cámara de Diputadas y Diputados el 4 de octubre de 2011. La iniciativa tuvo origen en el Ministerio de Hacienda, que en esa época estaba encabezado por Felipe Larraín.
Entonces, el proceso fue avanzando en el Congreso hasta convertirse en la Ley 20.712, de Administración de Fondos de Terceros y Carteras Individuales.
La ley tenía dos grandes objetivos, según relata Gutenberg Martínez, gerente de Inversiones de Quest Administradora General de Fondos (Quest AGF), que inició su carrera en la industria financiera en CorpResearch –de Corpbanca, actual banco Itaú Chile– en 2009. Por un lado, apuntaba a simplificar algunas aristas legales relacionadas con la estructura de los fondos, y por el otro, buscaba que “se agruparan todas las disposiciones que regulaban la industria dentro de una ley”.
Además, esta ley “le da transparencia al mercado, robustece la posición de los fondos privados, unifica las administradoras que pueden gestionar fondos públicos y fondos mutuos, entre otras características importantes de destacar”, agrega Cristián Donoso, socio y gerente general de Fynsa AGF. El ejecutivo inició su trayectoria en Santander en 2001.
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