Esta semana, se ha cumplido la fecha límite para que los gestores de activos publiquen el primer tramo de un nuevo conjunto de información diseñado para aumentar la claridad y la transparencia para los inversores que analizan las credenciales ESG de sus inversiones, con la aplicación de las Normativas de Divulgación de las Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés), como parte del Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE.
Dentro de este marco, Morningstar ha publicado su informe EU Sustainability Disclosures, que analiza lo que los inversores pueden esperar de los gestores de activos y cuál será el impacto del reglamento en el panorama ESG. Entre las conclusiones que arroja el documento, destaca la interpretación de que el SFDR es realmente un punto de referencia para aquellos inversores que tengan un foco ESG, ya que “eleva el listón” para que los fondos que se declaran verdes.
«El SFDR representa un hito para el creciente número de personas que desean tener en cuenta los factores ESG en sus decisiones de inversión. Los requisitos de divulgación marcarán una diferencia significativa en la calidad y la coherencia de la información disponible para los inversores. Las medidas adicionales añadirán sustancia tanto a las ambiciones declaradas de las empresas y sus productos como al grado de consecución de esas ambiciones a lo largo del tiempo. Las medidas para que la información esté más basada en hechos, sea más cuantitativa y esté estandarizada en todos los productos harán que la información sea más comparable y consumible para los inversores», señala Andy Pettit, Director, Policy Research de Morningstar.
En concreto, los inversores se enfrentarán a una nueva clasificación de todos los fondos de inversión en tres categorías que hacen referencia a su nivel de sostenibilidad: gris, verde claro y verde oscura. Según explican, cada una de estas categorías llevará una determinada documentación, material de marketing e informes para reflejar sus características sostenibles. Este etiquetado de producto estandarizado brindará a los inversores una mejor idea de cuán sostenibles son sus inversiones. En concreto, el gris indicará que el fondo considera riesgos ESG como parte de su proceso de inversión o que se declara explícitamente no sostenibles. El color verde claro hará referencia a aquellos productos financieros que promueven características ambientales o sociales como parte de la estrategia amplia de inversión; y, por último, el verde oscuro identifica a los fondos que tienen objetivos sostenibles.
El análisis que hace Morningstar en este informe también destaca que gracias al nuevo reglamento, “han surgido reglas más claras y cohesivas en las normas técnicas retrasadas”, pero hay que hacer más para que las divulgaciones de los emisores corporativos apoyen las divulgaciones de los gestores de activos y los inversores puedan entender lo que está pasando. En este sentido, uno de los grandes temas que aborda el SFDR es el greenwashing, logrando un importante equilibrio en la prevención de este comportamiento y el hecho de que sea excesivamente oneroso ser un producto ESG.
Por último, el informe apunta dos consecuencias positivas de la entrada en vigor del SFDR. La primera que la divulgación de los Principales Impactos Adversos (PAI) darán vida al objetivo del Plan de Acción de reorientar los flujos de capital hacia las inversiones sostenibles. Y, segundo lugar, que algunos productos reducirán, y otros duplicarán, las referencias ESG en sus nombres u objetivos. “Cualquiera de los dos resultados ofrece a los inversores una opción más clara a la hora de evaluar las inversiones”, destacan desde Morningstar.