Aunque todavía la normativa MiFID II no está transpuesta en su totalidad en España, Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi, recomienda a las EAFIs y a los profesionales del sector que apliquen todos los cambios que la normativa señala. “Es cierto que sólo tenemos el borrador y algunas normas, pero el regulador nos va a seguir ya su aplicación; así que hay que cumplir los mínimos que se tengan claros”, reitera. El motivo es sencillo: el sector no está dispuesto a quedarse atascado en el inmovilismo y seguir a la espera, una espera que se alargará tras el cambio de Gobierno.
Durante el III Congreso Anual de Aseafi, celebrado hoy en la Bolsa de Madrid, la pregunta que más se ha repetido es cuándo se hará la transposición definitiva de MiFID II, que por ahora sigue siendo un borrador sobre el escritorio del Ministerio de Economía. Antes de que se produjera el cambio de Gobierno, los más optimistas calculaban que la normativa entraría en trámite parlamentario antes de verano y, por lo tanto, estaría lista para otoño o noviembre de 2018. Sin embargo, ahora nadie sabe cuándo podrá ser aprobada.
“La norma se está tramitando con mucha lentitud, pero ahora con la incertidumbre política de esta nueva legislatura no sabemos la prioridad que se le dará. Su aprobación podría retrasarse a 2019 o incluso 2020. Y si eso ocurre, debemos ser conscientes de que estaremos expuestos a penalizaciones. Además de la inseguridad e incertidumbre que supone para el sector del asesoramiento financiero”, advierte Gloria Hernández-Aler, socia legal de Finreg360.
Opinión que comparte el propio García Ciriza, quien descarta que la norma sea transpuesta para finales de este año. “De esta normativa, lo que más apremia a las EAFIs es, primero, aclarar cuál será su nomenclatura, es decir, saber si finalmente cambian el nombre a nuestra figura; y, segundo, la definición más concreta de asesoramiento independiente o no independiente”, afirma el responsable de Aseafi.
La segunda pregunta que más ha resonado en la jornada ha sido qué pasaría si este nuevo gobierno de Pedro Sánchez aprueba la norma. En opinión de Hernández-Aler querer aprobarla con rapidez podría provocar un nuevo borrador distinto al que se estaba tramitando. “De aprobarse en esta legislatura sería peor para el sector financiero ya que una nueva interpretación podría ser aún más restrictiva», afirma.
¿Vacío normativo?
La mayoría de los participantes en esta jornada han coincidido en que, pese al retraso en la transposición, no se puede decir que exista un vacío. Según ha defendido Jorge Canta, especialista en regulación financiera de Cuatrecasa, las entidades y profesionales del sector deben trabajar ya desde las premisas que estén claras o que hayan sido concretados en las diferentes notas informativas. “MiFID II ha ido creando un paquete normativo autónomo que, al contrario de lo que ocurrió con MiFID I, deja poco margen de interpretación a los países”, advierte.
Además Canta recuerda que la CNMV ya publicó una nota informativa avisando el efecto directo de las normativas. Ahora la duda está en si podrá sancionar o no, y cuál será su capacidad. Un claro ejemplo de cómo se ha adaptado y asumido la nueva normativa es en el caso de la formación. “Es increíble cómo todas las entidades y profesionales se han movilizado. La única duda que queda es cómo se hará y certificará ese reciclaje formativo de 30 horas anuales”, señala Francisco Marín, presidente del comité de servicios a asociados y miembro de la junta directiva de EFPA.
De hecho, según García Ciriza, la mayoría de las EAFIs están preparadas para MiFID II. Incluso su preparación y adaptación ha generado un fenómeno muy curioso. “Estamos viendo cómo muchas EAFIs que son de filosofía puramente independientes, están optando por modelos no independientes para que los aspectos fiscales no penalicen al cliente”, asegura.