MiFID II tardará previsiblemente alrededor de dos años en implementarse totalmente en España pero las gestoras españolas e internacionales saben que han de preparar el terreno para su llegada cuanto antes. Son conscientes de que su impacto será fuerte, según comentaron los responsables de cinco gestoras internacionales que operan en España, en el marco del VI Encuentro Nacional de Inversión Colectiva, celebrado en Madrid y organizado por la APD, Inverco y Deloitte.
En general, los expertos auguran un “cambio de hábitos muy fuerte” en el que los inversores tendrán que pagar por el asesoramiento y las entidades adaptarse a un entorno con novedades en los modelos de negocio y distribución, además de una mayor presión en sus márgenes. Y en el que las gestoras tendrán que ponerse a trabajar para ofrecer distintas clases de participaciones de sus fondos, algo en lo que las internacionales llevan la delantera a las españolas, debido a la adaptación al modelo RDR en Reino Unido o a otros países europeos en los que operan.
Entre las sombras más destacadas de la normativa sobresalen dos: el encarecimiento del servicio de asesoramiento para el inveror minorista y el aumento de costes para la industria financiera, con la consiguiente presión en los márgenes.
Así, con respecto al inversor, Gonzalo Rengifo, director general en Iberia y Latam de Pictet Funds, advierte sobre la repercusión de costes en los clientes de unas normas que pretenden protegerle; consecuencias fruto “del exceso de regulación”. Luis Ojeda, responsable para Iberia de Deutsche AWM, se muestra de acuerdo: “Debido al aumento de costes para las entidades, dar servicio al minorista dejará de ser rentable y, para tener acceso al asesoramiento, tendrá que pagar más”.
Precisamente por ese encarecimiento de costes, entre los clientes con menor volumen podría encajar mejor un asesoramiento dependiente, que tendrá menos requisitos y por tanto, también será más económico, según Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas IP para Iberia. El punto positivo, la contrapartida, será una mayor transparencia para los ahorradores.
Pago por el asesoramiento
En cuanto a la necesidad de que se entienda que hay que pagar por el asesoramiento, algo de lo que los inversores no son conscientes, Rengifo habla de “un cambio cultural en España”, pero lo ve como algo normal que llevará su tiempo. En UBS son positivos y están desarrollando un servicio de asesoramiento que aporta valor y que conlleva un cobro explícito, algo de lo que se encuentran orgullosos según explica Susana Valero, responsable de Productos y Gestión de Activos en UBS Bank.
Sobre todo, al ver la experiencia que han tenido en Reino Unido con la RDR, positiva y sin la salida de clientes. “MiFID II es una oportunidad para renovarnos”, dice Valero. Ojeda también valora positivamente su experiencia británica y explica que han sido mínimos los clientes que han salido porque tenían que pagar por el asesoramiento. Pero Javier Alonso, de Credit Suisse Gestión, cree fundamental que se ofrezcan rentabilidades positivas, porque, con rentabilidades negativas, “será difícil explicar al cliente que tiene que pagar por el asesoramiento”.
Presión en el negocio
Con respecto a las entidades financieras, Ojeda cree que habrá un impacto desigual para los distintos actores de la industria, ya sean gestoras o entidades de asesoramiento. Pero, en general, los expertos hablan de caída de márgenes: “Para las gestoras, el impacto será negativo en sus márgenes en un entorno con dos mundos diferenciados, el de los clientes profesionales y no profesionales y, en el medio, hay que luchar para poder ofrecer a la banca privada productos complejos”, dice Ojeda.
«Habrá una presión en los márgenes derivada del aumento de costes por la implantación de la segmentación de los clientes”, corrobora Hurtado. “El reto es contener la caída de los márgenes e invertir mucho en tecnología”, añade.
Mejores profesionales
Además de la mayor transparencia, el punto positivo es que el mercado tendrá profesionales más formados, con formación no solo sobre productos sino también sobre el contexto global de mercado y sobre las inversiones a largo plazo. Eso sí, en España, algo más complicado de encontrar en algunas redes de distribución o banca personal, según Alonso.