Barcelona Centre Financer Europeu (BCFE) y EFPA España organizaron en Barcelona una jornada sobre los previsibles impactos en la distribución financiera de la aplicación de la nueva normativa MiFID II, que entrará en vigor a partir del próximo 3 de enero de 2018. Joan Hortalá, presidente de la Bolsa de Barcelona y Vicepresidente del BCFE, señaló que “la nueva normativa cambiará la relación que las entidades tienen con los clientes. MIFID II hará que las entidades cambien de una banca de productos a una banca de clientes”.
En cuanto a los posibles cambios en el sector que traerá MiFID II, Fernando Zunzunegui, coordinador de regulación de EFPA España, afirmó que la nueva directiva “es una pieza esencial de un sistema multinivel y sectorial” y es una directiva que, incluso antes de su aplicación definitiva, ya está transformando el mercado: “Las entidades están realizando inversiones muy altas para adaptarse a MiFID II”.
Zunzunegui indicó que la nueva directiva “viene a completar algunos puntos clave de la anterior normativa como son las nuevas normas sobre la gobernanza de productos, la prohibición de las retrocesiones, diferenciar entre asesoramiento dependiente e independiente y aumentar la cualificación de los trabajadores: “Antes de crear un producto se tiene que establecer su público objetivo y su mercado destinatario”, comentó el coordinador de regulación de EFPA España.
Además, Zunzunegui recordó otro de los puntos clave de la nueva normativa, como es la cualificación de los trabajadores. “A partir del 3 de enero, todos los trabajadores que interactúen con los clientes deben tener una cualificación adecuada».
Durante la jornada también se abordaron las principales novedades en la comercialización de productos. En este sentido, Francisco Albuixech, delegado de la CNMV en Barcelona, comentó que “la nueva directiva traerá una mayor obligación para las entidades en la información a los clientes. En concreto, las entidades deberán dar a los clientes más detalles sobre los costes, las comisiones y los precios de los productos; además, indicar a los clientes si su asesoramiento es independiente o no independiente”. El objetivo de esta normativa, dijo Albuixech, es que “los consumidores entiendan los riesgos de los productos que compren y, para ello, los trabajadores deberán comprender y explicar los productos que comercializan”.
Una oportunidad para recuperar la reputación del sector
La jornada organizada por EFPA y la BCFE incluyó dos mesas redondas en las que participaron las consultoras y las entidades financieras más importantes que operan en nuestro país. En el caso de las principales consultoras que asesoran a las entidades financieras, todas estuvieron de acuerdo en señalar que la distribución financiera va a sufrir una transformación radical a causa de la nueva regulación y que traerá aparejados algunos otros cambios disruptivos, como la digitalización y la transformación de la demanda, que exigirá a las entidades mucho más énfasis a la hora de conocer y segmentar al cliente en el asesoramiento por encima de la venta.
Por su parte, los máximos responsables de las cuatro principales entidades españolas de crédito (Santander, BBVA, Caixabank y Sabadell) coincidieron en que MiFID II se deberá afrontar como una oportunidad para un sector que necesita recuperar la confianza y la reputación, superar los impactos de la regulación y del resto de cambios, y aceptar la inevitabilidad del asesoramiento financiero como eje de la distribución.
La mayoría de entidades manifestaron su confianza en EFPA para certificar la cualificación de su personal, y sobre su elección entre ofrecer asesoramiento dependiente o independiente. Solo BBVA confirmó que junto al dependiente -que como las demás entidades mantendrá para la red-, creará su unidad de asesoramiento independiente. Las demás entidades o no quisieron manifestarse o afirmaron que todavía lo están considerando.
Apuesta firme por la formación continuada
Josep Soler, presidente de EFPA Europa, fue el encargado de cerrar la jornada y señaló que “lo positivo del nuevo panorama tras MiFID II es que se apostará por una formación continua potente y evaluada, con un nivel de exigencia de acuerdo con la idea de la protección al cliente”. En todo caso, advirtió el presidente de la asociación, “la clave del éxito pasará por ofrecer la máxima información al inversor y evitar los conflictos de interés”.