La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, nombró al subsecretario de hacienda Edgar Amador Zamora como nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); lo anterior después de que el hasta entonces secretario de hacienda, Rogelio Ramírez de la O, entregó su renuncia a la mandataria.
Edgar Amador Zamora formaba parte del equipo del secretario saliente, de hecho era el segundo al mando en la dependencia ocupando la subsecretaría del ramo; el nuevo responsable de las finanzas públicas del país norteamericano es licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y cuenta además con una maestría en Economía por el Colegio de México.
Su experiencia en dependencias del gobierno mexicano data de años atrás; además de ocupar la subsecretaría de hacienda en el gobierno federal actual, trabajó en el gobierno de la Ciudad de México como secretario de finanzas desde diciembre de 2012 hasta abril de 2018. De igual modo ha ocupado en otras épocas diversos cargos como Director General de Administración Financiera del Distrito Federal, y Director General de la empresa paraestatal Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México.
El ahora secretario de hacienda también cuenta con experiencia en la iniciativa privada (IP) de México, ya que ha trabajado en empresas como Vector Casa de Bolsa, en las filiales de México y Brasil de Stone&MacCarthy, además de ser director general adjunto para México del banco francés Dexia.
Amador Zamora también trabajó en el Banco de México, su trabajo lo llevó a ser nominado como el Mejor Economista de América Latina por el Institutional Investor de Nueva York en 1998, que halagó su capacidad analítica y su visión estratégica. En épocas más recientes ha sido asesor para la gubernatura del Banco de México.
El nuevo secretario de hacienda de México además ha ejercido la docencia como profesor de la Facultad de Economía de su alma mater, la UNAM.
Los retos del nuevo secretario de hacienda
Edgar Amador Zamora toma las riendas de las finanzas públicas de México en un momento complejo, aunque nunca es una posición sencilla en el organigrama de la administración pública.
Quizás el principal reto para el nuevo secretario de hacienda de México, además de lidiar con los efectos que puedan registrarse en la economía mexicana por la guerra arancelaria desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es la llamada consolidación fiscal.
México terminó el año pasado con un déficit fiscal de 5,9% como porcentaje del PIB, cifra que se ubicó como la más alta en 36 años, desde 1988, provocado por el aumento del gasto público para impulsar y finalizar las obras magnas del gobierno que finalizó en septiembre.
Para 2025 las proyecciones del gobierno mexicano esperan un déficit fiscal de 3,9% del PIB, es decir 2 puntos porcentuales menos respecto al año pasado; sin embargo el dato no fue bien recibido por los analistas y economistas privados, quienes consideran que en caso de lograrse todavía se trata de un nivel muy alto que genera riesgos adicionales a la economía.
El nuevo secretario de hacienda tiene por lo pronto la encomienda de lograr el déficit comprometido en el proyecto del gobierno para 2024, tarea que por sí misma es complicada debido a la incertidumbre que rodea a la segunda mayor economía de Latinoamérica en este momento.