Willis Towers Watson ha puesto en marcha un grupo de trabajo especializado que reúne la experiencia de sus equipos de “research” en inversión, tanto en renta variable cotizada como en capital riesgo, para detectar el potencial de una “nueva tipología” de gestores. El objetivo es evaluar activamente las oportunidades de inversión más adecuadas en el espacio del capital público y privado.
En su último informe, titulado “Asignación institucional al capital riesgo”, Willis Towers Watson demuestra que, si bien existen fuertes vientos de cola estructurales que impulsan el continuo aumento del capital riesgo en las carteras institucionales, este segmento debe evolucionar más activamente en la forma en que estructura sus inversiones para aprovechar plenamente el potencial de crecimiento.
Una de las áreas de interés del grupo de trabajo creado por Willis Towers Watson es analizar el potencial de un nuevo tipo de gestión pasiva, dentro del capital riesgo, que permita a los propietarios de activos acceder a estas inversiones de manera eficiente. Mediante una evaluación activa se analizan compañías establecidas, con una sólida gestión y fuertes flujos de caja, para dilucidar si se encuentran bien posicionadas para acrecentar sus beneficios en un horizonte temporal más largo de lo que permiten las estructuras actuales.
Tal y como explica Jake Neher, Senior Associate de Inversiones en España, «durante las últimas décadas, el modelo estructural en el área del capital riesgo ha sido relativamente estático. Este modelo ha funcionado durante un periodo, pero ya nos encontramos con una nueva generación de inversores más amplia y con diferentes prioridades, esto nos lleva a repensar el modelo actual y buscar mayor innovación de cara al futuro”.
Además, la entidad anima a los gestores de capital riesgo a tomar medidas adicionales para mejorar sus estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Como parte de este esfuerzo, ha desarrollado un conjunto de principios de guía para ayudarles a formular sus propios marcos, incluyendo el apoyo a la hora de informar sobre las emisiones de carbono que generan sus inversiones, como primer paso en el camino hacia las cero emisiones.
“Podríamos estar asistiendo a una revisión completa de la forma en la que se estructuran algunos fondos de capital riesgo. Por ejemplo, las condiciones específicas de los fondos pueden hacer que los gestores de capital riesgo se vean presionados para deshacer sus inversiones antes de tiempo con el fin de facilitar la captación de fondos, mientras que los fondos a largo plazo y las estructuras «evergreen» podrían ser una forma de mitigar la necesidad de hacerlo. Podría facilitar la creación de una forma de «comprar y mantener» el capital privado que se adaptase mejor a un inversor con un horizonte de inversión a largo plazo», comenta Andrew Brown, director de investigación de capital riesgo de Willis Towers Watson.