Reforzando el enfoque de la compañía de seguir actuando como un family office integral, añadido al notable crecimiento en AUM, han llevado a WE Family Offices, la firma que dirigen Santiago Ulloa y María Elena Lagomasino, a ascender a Jim Ulseth a CIO adjunto, que tras 6 años en la firma pasará a tener una labor mucho más estratégica.
Si en 2013, la compañía tenía 1.600 millones de dólares de clientes, la cifra a cierre del 31 de diciembre se sitúa en 9.300 millones de dólares entre regulatory assets y activos reportados. Muy reconocida entre individuos UHNW, la cuenta media de este family office de tan solo 70 clientes –entre latinoamericanos y domésticos– se encuentra en torno a los 125 millones de dólares.
“El equipo ha seguido aumentando en línea con la evolución de la compañía. Nos dimos cuenta que para seguir creciendo a este ritmo había que introducir algunas mejoras y lo que hemos hecho es reforzar el puesto de CIO –que desempeño yo–con un adjunto, que será Jim. Además, estamos buscando una persona senior también para que nos apoye en todo lo relacionado con nuestra división de Private Equity, que es lo que más estamos potenciando ahora mismo para nuestros clientes”, explica Ulloa añadiendo que la firma ya está en conversaciones con varios candidatos.
Private equity
Esta división, en la que WE Family ha invertido muchos recursos en los últimos 4 o 5 años, no es nada nueva. La firma lleva años rastreando el mercado en Estados Unidos para ofrecer a sus clientes la rentabilidad que ahora mismo es muy difícil encontrar en otro tipo de activos. Sin embargo, tanto Ulloa como Lagomasino reconocen que todo ese‘expertise’ de años está empezando a dar sus frutos y de ahí el crecimiento exponencial del AUM que gestionan.
“Las oportunidades que hay en los mercados financieros públicos se han ido reduciendo. Lo primero porque las compañías llegan a bolsa mucho más tarde, antes tardaban 2-3 años y ahora ese plazo se extiende hasta los 10. Lo segundo es muchas han decidido salir de la bolsa. Hoy ya hay un 50% menos de compañías cotizadas en Estados Unidos si comparamos con el año 2000 y el tercer tema es que el nivel de llegada a estas oportunidades es mucho más limitado y solamente lo puedes hacer de forma muy eficiente si vas directo a ellos a través de los networks”.
Los dos responsables de este family office coinciden en que cuando las grandes compañías financieras dan acceso a sus clientes a oportunidades de private equity, de venture capital o real estate por ejemplo, las comisiones son tan altas que minimizan la rentabilidad del cliente. Además, añaden, las oportunidades buenas no son abundantes, hay que buscar bien y es raro que aparezcan en el radar de bancos o brokers, con una capacidad limitada para distribuir proyectos de este tipo cuando son de tamaño más pequeño.
Lagomasino confirma: la demanda de sus clientes de este tipo de inversiones no ha hecho más que crecer en los últimos años.
“Si, tenemos muchísima demanda y estamos haciendo de todo, desde venture capital, a private equity puro, mercado secundario, financiaciones directas en private lending, financiación de aviones, real estate en todos los estadios del mercado desde el development a added value pasando por real estate core donde recibes cupones, alquileres y demás. De esta forma, WE Family Offices ha ido construyendo una práctica muy sólida y la verdad es que los clientes están valorando muy positivamente la llegada que tenemos a muchas cosas que normalmente están fuera del radar”, dice.
Liquidez
Pero si hay algo importante en los mercados de private equity, no es solo conocer las oportunidades, hay que llevar a cabo un análisis del proyecto extremadamente cuidadoso. WE estudia el modelo de negocio a nivel financiero, pero sin olvidar cómo funcionará a nivel operacional y sobre todo quienes serán los partners del proyecto. La reputación aquí, es un tema vital.
“El problema de los mercados privados es que al no tener liquidez y ser unos plazos de inversión mucho más largos, es necesario conocer a los managers o los gestores de los VP porque realmente vas a tener una relación con ellos de un periodo largo de tiempo. Es cierto que, en 10 años, por ejemplo, pueden surgir oportunidades, pero también pueden darse situaciones complicadas”, dice Ulloa.
Por eso, aconseja, “hay que buscar manager que compartan nuestros valores y hacer un partnership con alguien que realmente tenga las cosas muy claras”.
Diversificación y track record
Santiago Ulloa recuerda que el problema es que estas inversiones es que tienen que ser muy diversificadas y hay que realizarlas con distintos gestores, en distintos momentos del ciclo e incluso en distintos sectores.
“Hasta que empiezas a tener una masa crítica y una diversificación suficiente lleva una serie de años. Ahora ya estamos recogiendo los frutos de toda esa época, los resultados son mucho más tangible y podemos ofrecer un track record de toda esta actividad que venimos desarrollando”, apunta y recuerda que tanto Lagomasino como él son socios en esos proyectos y comprometen su capital en cualquier operación de este tipo que recomiendan a sus clientes. Una seña de su ética y del compromiso de WE con las familias a las que representan.
“Realmente pensamos que la industria tiene que tener un carácter fiduciario y poner los intereses del cliente por delante de los intereses del gestor. Para nosotros no importa tanto el país de donde venga el cliente y ni siquiera el tamaño de la familia, sino los valores que trae consigo”, afirma Lagomasino.
Por eso, cree que el crecimiento visto en los últimos años, no sólo se debe a haber pasado de 35 a 70 familias. “La verdadera razón por la que hemos crecido tanto es porque el tamaño de los clientes que tenemos, sobre todo de los nuevos, es mucho más grande”, concluye.