Aseafi ha organizado un nuevo encuentro digital dedicado a las inversiones alternativas. Un tipo de activo que, según ha explicado Tasio del Castaño, socio fundador de MCH Investment Strategies, gana mucha importancia en un entorno como el actual. “En este escenario, diversificar significa mejorar la rentabilidad, y con los tipos a cero se hace crucial”, ha señalado en su intervención.
En concreto, del Castaño localiza tres ventajas clave: acceso a la economía real, diversificación y métricas de rentabilidad-riesgo interesantes. “Nos permiten ser ajenos a los ruidos del mercado, algo que aporta grandes beneficios. Además, debido a su baja correlación con activos tradicionales hace que las medidas de rentabilidad ajustadas al riesgo sean muy buenas”, aclara.
Sin embargo, del Castaño advierte que el private equity no deja de estar exento de los efectos de la crisis, aunque defiende que está mejor preparado para ello, y prevé que en los meses siguientes veremos comportamientos en el mercado que reflejan esta situación de crisis, como menos operaciones de compra, de venta, problemas de cash-flow y una reducción en la captación de fondos nuevos.
Entre los factores positivos, el experto considera que los fondos, en especial los jóvenes, al no haber realizado la mayor parte de las inversiones que tenían programadas, se verán favorecidos por los vientos de cola de la recuperación que harán que compren barato y mejoren los márgenes de las compañías donde han entrado.
Por su parte, Sergio Míguez, socio fundador de Alternative Ratings, señala: “En el corto plazo hemos visto una ralentización de los flujos, los gestores han puesto el foco en el corto plazo y en vigilar muy bien a sus empresas y se ha ralentizado la búsqueda de nuevas oportunidades, pero creemos que a medio largo plazo habrá más oportunidades a precios más atractivos”.
¿Dónde ven los expertos esas oportunidades? Según Tasio del Castaño, se van a dar en muchos ámbitos, en el sectorial (centradas en sector tecnológico y salud), en el mercado de fondos secundarios o en las infraestructuras. Sin embargo, considera que lo más importante es cómo se puede acceder a ellas. “Tenemos que ir de la mano de los grandes inversores que tienen la capacidad, el análisis y los vehículos para localizar las oportunidades”.
Las ventajas de la inversión en private equity
Para del Castaño, las ventajas de la inversión en esta clase de activos se pueden explicar citando a Warren Buffet. “Él considera que siempre hay que invertir con convicción, paciencia y control emocional. En el private equity esos cuatro ingredientes vienen de fábrica”, explica.
“Invertimos en activos en los que tenemos la convicción de que es una buena inversión y lo hemos analizado, la paciencia se aplica al esperar cuatro cinco años a que aflore el valor oculto que hemos identificado, y al no existir el botón de pánico, nos deshacemos de nuestro peor enemigo: nosotros mismos, el miedo y el temor. Además, nos vemos obligados a limitarnos a los flujos de entrada y salida”, aclara.
A estas cuatro ventajas, del Castaño añade el poder evitar el market timing, ya que se invierte de forma escalonada. Asimismo, destaca la posibilidad de encontrar precios de entrada menores que en los mercados públicos, ya que, según explica, no hay tanta competencia.
Otra ventaja que localiza es la posibilidad de conducir a la empresa en función de nuestra estrategia. Por último, menciona como ventaja el alineamiento del gestor. “Aquí el gestor no está en el asiento del conductor, está con el volante en las manos y tiene capacidad de llevar el barco a buen puerto”, añade. “Las rentabilidades que se obtienen son fruto de todas estas ventajas y la demanda cada vez mayor. Es cierto que tenemos que asumir iliquidez, pero merece la pena”, sostiene.
Para concluir, del Castaño ha nombrado los tres factores que considera que se tienen que dar para tener éxito en el mundo de las inversiones de private equity: definir muy bien la estrategia, elegir bien a través de quién lo hacemos y con qué vehículo. En este sentido, ha destacado a los fondos de fondos.
Estrategias de inversión alternativa
Por su parte, Andrés Cerdán Escudero, director de Copernicus Real State, ha analizado los efectos, tanto coyunturales como estructurales, que el COVID-19 tendrá sobre los distintos tipos de activos.
En el sector comercial, el experto ha señalado que estructuralmente los efectos han sido obvios: las tiendas han cerrado y se ha visto bastante afectado. Sin embargo, coyunturalmente, este sector presenta más desafíos, como, por ejemplo, el auge del comercio electrónico, una tendencia que el COVID ha acelerado. “No desaparecerán las tiendas físicas, pero sí habrá una reducción sustancial”, añade.
Respecto a las oficinas, Cerdán prevé que a corto plazo habrá menor necesidad de espacio, pero a largo plazo, señala que, a pesar del fuerte impacto del teletrabajo, aún es pronto para “enterrar a las oficinas”. Pasando al sector logístico, Cerdán cree que “es un activo muy joven y que, a largo plazo, gozará de buena salud gracias al e-commerce. Pero es un activo que está en constante transformación, hay mucha tecnología y automatización. Ojo porque la gestión es muy importante”, advierte.
Hablando de los hoteles, el experto señala que a corto plazo se verán seriamente afectados, sobre todo este verano, sin embargo, asegura que tienen unos fundamentales muy robustos y a largo plazo generan mucho interés. En el sector residencial, considera que es un sector que estaba en crecimiento llegando a la madurez, pero que ahora tendrá un retraso en la promoción tradicional.