La industria de gestión de activos considera la Estrategia de Inversión Minorista (Retail Investment Strategy o RIS, por su denominación en inglés), cuya aprobación debería llegar durante la primera mitad de 2025, provocará cambios sin precedentes en el negocio. Así lo ha reconocido los principales actores del sector durante el evento «Retail Investment Strategy (RIS): un reto mayúsculo para el sector financiero», organizado por finReg360 y el Instituto Español de Analistas.
Los expertos explican que RIS tendrá un impacto considerable en la oferta de productos financieros de ahorro e inversión de las entidades bancarias, aseguradoras, empresas de servicios de inversión y gestoras de activos, así como en la forma en que estas se relacionan con sus clientes a la hora de prestarles servicios. «Todos los esfuerzos que se realicen para incorporar a los inversores minoristas en igualdad de condiciones que los inversores institucionales redundarán en un incremento de la rentabilidad de sus inversiones”, destacó Jorge Yzaguirre, CEO de Bolsa Madrid.
Por su parte, y Lola Solana, presidenta del Instituto Español de Analistas, destacó que “la RIS representa una transformación profunda en el sector y es nuestra responsabilidad anticiparnos a sus efectos. Las obligaciones de value for money suponen un desafío, pero también una oportunidad para mejorar la transparencia y reforzar la confianza de los inversores en los mercados españoles. Debemos asegurarnos de que su aplicación no limite la innovación ni la calidad de los productos”.
En las jornadas también participó a Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, quien profundizó sobre los principales debates que se han producido en torno al RIS, en un discurso en que también advirtió de que «en Europa tenemos un problema de costes en nuestros fondos de inversión».
Nuevo informe de finReg360
Durante el encuentro, Jorge Ferrer y Fernando Alonso, socios de finReg360, repasaron los principales impactos de la RIS y presentaron las principales conclusiones de un análisis preliminar de los efectos de las obligaciones de value for money, elaborado por finReg360 y el Instituto Español de Analistas. Según expuso Ferrer, la RIS, aunque todavía faltan por concretarse los textos finales, marca una tendencia clara sobre las mejoras que esperan las autoridades europeas en los productos que se comercializan y los servicios que prestan las entidades.
“Hubiera sido deseable que la norma no definiera estos servicios de una manera tan concreta, puesto que dificultará la aparición de nuevos modelos y servicios. Pero creemos que, si la norma se aprueba e interpreta con una visión finalista, las entidades pueden aprovecharla para mejorar sus servicios y que las carteras de inversión de sus clientes se ajusten todavía más a los objetivos de los inversores. Hoy por hoy todavía esas posiciones se concentran de forma mayoritaria en productos muy conservadores, lo que contribuiría a ayudar al ahorro a largo plazo de las familias”, afirma Ferrer.
Respecto de las obligaciones de value for money, las entidades deberían contar con modelos que permitan proyectar análisis de sensibilidad de los costes y del beneficio que ofrecen los productos de sus catálogos a los inversores y a definir las líneas generales que regirán en el futuro su gobernanza. No obstante, los ponentes se mostraron críticos con la metodología, especialmente por la ausencia de elementos cualitativos en el ejercicio. “El precio es un elemento clave en la toma de decisiones para los inversores, pero la realidad es que no puede ser la única variable. Como en cualquier otro sector, los clientes valoran otros atributos como la solvencia de la entidad, la atención posventa, la oferta o los canales de contratación”, explica por su parte Fernando Alonso.
“Si bien aún queda tiempo por delante hasta la entrada en vigor de los requerimientos de la RIS, el sector haría mal en no acelerar las reflexiones estratégicas en esta materia, puesto que la tendencia normativa es clara y los impactos muy relevantes tanto en los modelos de distribución como en los catálogos de las fábricas de productos”, añade Alonso.
Desafíos y oportunidades
Tras la presentación del análisis, se llevaron a cabo dos mesas redondas para analizar en profundidad los desafíos y oportunidades que plantea la RIS. La primera mesa, moderada por Sara Gutiérrez, socia de finReg360, se ha centrado en los distribuidores y ha contado con la participación de Javier Viani, director de Productos de Ahorro e Inversión de Banco Santander; Xavier Blanquet, subdirector general y director de Negocio de Banco Sabadell; Laura Comas, directora de Desarrollo de Negocio de Banca Privada de CaixaBank; y Javier López de Heredia, director de Banca Privada, Banca Personal y Productos de Inversión de Unicaja.
El debate abordó cómo las novedades en el ámbito de incentivos, incluido la posible prohibición de incentivos en la recepción y transmisión de órdenes (RTO), podría transformar los modelos de distribución actuales. Mientras algunos de los ponentes señalaron que las reformas de MiFID II ya refuerzan la protección del inversor, otros advirtieron sobre el riesgo de restringir el acceso a productos para ciertos perfiles de clientes, como ha ocurrido en mercados británico y neerlandés.
La evaluación de la idoneidad basada en el patrimonio global del cliente y sobre todo los requisitos de gama adecuada y el análisis coste/eficiencia en el servicio de asesoramiento generaron mucho debate, destacando los desafíos que estas nuevas obligaciones provocarían en la sistemática comercial y en los sistemas de las entidades. No obstante, varios de los ponentes destacaron también la oportunidad que esta normativa ofrece para elevar el nivel de servicios a los clientes. Los que mejor se adapten tendrán una ventaja competitiva en el mercado, concluyeron.
La segunda mesa, moderada por Pilar Martínez, Head of Public Affairs EU & Latin América de BME, ha abordado el impacto en los fabricantes de productos y ha contado con la participación de Jesús Ruiz Castañeda, responsable de Riesgos y Cumplimiento de Santander AM; Rodrigo Fernández-Avello, director general de Negocio Vida y Pensiones en Santalucía; Cristina Bellido, directora de Negocio de VidaCaixa; y Pablo Martín, responsable de BBVA Quality Funds.
En este segundo debate, se examinó el impacto de la normativa liderada por ESMA y EIOPA en la fijación de precios y la competitividad de los productos financieros y aseguradores, destacando retos y oportunidades en términos de transparencia y gobernanza. Además, se destacó que un enfoque tan rígido puede afectar a la innovación y a la calidad de los productos financieros y se criticó que los criterios puramente cuantitativos, como el TER o las rentabilidades pasadas, no son suficientes para cuantificar el valor de los productos.