Gracias a sus procesos sencillos y a la facilidad de uso los activos administrados por robo-advisors han aumentado considerablemente en los últimos años.
En Estados Unidos, el volumne de activos bajo gestión de las start-ups de robo-advisory (firmas FinTech que excluyen a las firmas de asset management que ofrecen una gestión automatizada de carteras) ha pasado de 2.300 millones de dólares en 2013 a 20.000 millones en el primer trimestre de 2017.
Lo más probable, explica el departamento de Research de Deutsche Bank, es que detrás de este impulso esté el aumento de los ahorros de jubilación en las cuentas de robo-advisory. Por supuesto, estos son sólo los primeros años del servicio de asesoramiento a través de esta herramienta y el ritmo de crecimiento podría ralentizarse en los próximos años.
Un reciente estudio del banco alemán determinó que existe una correlación lineal entre la riqueza del cliente y el uso de los robo-advisors. Es probable que quienes ya utilizan el asesoramiento profesional no cambien por completo sus carteras a cuentas como éstas, sino que más bien pasarán a usar cada vez más estos servicios.
Entonces, ¿quiénes son los principales clientes de los robo-advisors?
Los millennials en edades comprendidas entre los 24 y 35 años son a menudo el segmento de la población que más rápido adopta nuevas tecnologías. Además prefieren los canales de autoservicio y por lo tanto son usuarios iniciales lógicos. De hecho, revela Deutsche Bank, en los primeros días de los robo-advisors en 2013-2014, el 50-60% de sus clientes eran millennials.
Sin embargo, explica el banco, esto ha estado cambiando en los últimos años. Las estimaciones de la industria indican que los clientes de robo-advisors estadounidenses tienen de media unos 45 años y saldos en sus cuentas que se inclinan ligeramente hacia números de seis cifras. “Esto apunta a que en Estados Unidos hay una amplia base de clientes que cada vez más se sienten atraídos por la inversión automatizada”, explica DB.
Estos clientes no sólo son más ricos, sino que tienen niveles educativos más altos. Por eso, concluye, si los robo-advisors y sus reguladores garantizan un alto grado de precisión e idoneidad para los clientes, esta herramienta tiene un gran potencial para complementar en lugar de desplazar a los asesores financieros tradicionales.