En un entorno de mercado cada vez más retador para las gestoras de fondos, una de las maneras de conseguir ventajas competitivas con las que seguir fidelizando a los clientes es a través de asociaciones con instituciones académicas. Los campos favoritos de investigación de las gestoras se centran particularmente en tecnología (inteligencia artificial) e inversión ESG, pero los lazos con la academia están generando toda clase de innovaciones que afectan a la forma de analizar y tomar decisiones de inversión.
En tiempos de revolución tecnológica, la rueda del cambio gira cada vez más rápido, planteando retos a la adaptación en no pocas industrias. La de la gestión de activos es una de ellas; según el estudio The Future of Asset Management, conducido por BNY Investments en asociación con Mergermarket entre más de 100 gestoras de todo el mundo, delimita cuatro grandes retos para la gestión de activos: aumento de la complejidad (en datos, informes y requerimientos regulatorios), que ha intensificado el enfoque sobre soluciones más personalizadas; aumento del interés por estrategias ESG que estén verdaderamente alineadas con los valores de las gestoras; mayor demanda de ETFs (y de conversión de fondos de gestión activa a la carcasa de ETF); y la continuación del tira y afloja entre la gestión activa y la gestión pasiva.
Estos retos plantean múltiples implicaciones que las gestoras han tratado de atajar bien ganando escala a través de operaciones de fusiones y adquisiciones, bien añadiendo divisiones de gestión pasiva a su oferta tradicional de gestión activa o invirtiendo en la integración de los criterios ESG en su gama, por citar tres grandes áreas de actuación. Por supuesto, hay más maneras de ganar una ventaja competitiva. Una que han aplicado un buen número de gestoras ha consistido en buscar lazos con la Academia.
La forja de acuerdos de toda clase con universidades, escuelas de negocio y otras instituciones académicas ha demostrado ser un fértil campo de colaboración: las gestoras tienen la oportunidad de acceder de manera exclusiva a la generación de conocimiento e innovación y de captar talento directamente de la universidad, mientras que las instituciones obtienen nuevas vías de financiación y la oportunidad de desarrollar nuevas patentes y propiedad intelectual.
Esta tendencia enroca directamente con la revolución que está viviendo el mundo académico, cada vez más inclinado a buscar modalidades de cooperación público-privada en cátedras con un enfoque cada vez más específico. Estos avances tienen, a su vez, un impacto directo sobre el crecimiento de las economías. Según el NCUB (Centro Nacional de Universidades y Negocios de Reino Unido, según sus siglas en inglés), “los activos intangibles son clave para la economía moderna”.
Por activos intangibles, en el NCUB se refieren a productos protegidos por propiedad intelectual, I+D, exploración minera o desarrollo de software y bases de datos. Desde el Centro insisten en que, “aunque el capital físico es vital para la economía, los activos intangibles como la propiedad intelectual son críticos para impulsar el crecimiento económico a largo plazo”, por dos motivos: contribuyen a impulsar economías donde la actividad predominante se desarrolla en el sector servicios, y porque ayudan a impulsar la productividad del capital físico.
Una colaboración pionera
La inteligencia artificial ha ido ganando peso como uno de los campos de estudio más fructíferos para la colaboración entre actores de la industria financiera e instituciones académicas. Por ejemplo, el estudio Artificial Intelligence in Asset Management, realizado para la CFA Institute Research Foundation por los investigadores Söhnke M. Bartram y Jürgen Branke (Universidad de Warwick) y Mehrshad Motahari (Universidad de Cambridge), fue presentado en 2020 y acumula casi un centenar de citas.
Dentro de esta área de estudio destaca como pionera Man Group, que en 2007 estableció un acuerdo con la Universidad de Oxford para lanzar el Oxford-Man Institute of Quantitative Finance (OMI). Se trata, de hecho, de la primera colaboración de este tipo entre una universidad y una gestora de activos. Man aportó la financiación inicial (en estos 17 años ha destinado más de 35 millones de libras) y, al mismo tiempo, abrió su laboratorio de investigación, dando lugar a nuevas oportunidades de formación y empleo para investigadores en finanzas cuantitativas.
El Instituto, que forma parte del Departamento de Engineering Science de la Universidad de Oxford, ha llevado a cabo investigaciones pioneras en finanzas cuantitativas centradas principalmente en aplicaciones de machine learning y análisis centrado en datos (ver apoyo).
“Estamos tremendamente orgullosos de nuestra asociación con la Universidad de Oxford, que tiene un gran impacto en diferentes estrategias e iniciativas de inversión de Man Group”, cuenta Kyril Saxe-Coburg, Partner y Managing Director de ventas para Iberia de Man Group. “Creemos firmemente en el poder de reunir a académicos y profesionales para resolver los problemas financieros más complejos, y tenemos una serie de ejemplos concretos que señalan cómo esta asociación ha dado lugar a importantes innovaciones en todos los ámbitos, desde la gestión del riesgo, al trading y la ejecución”, añade.
IA, un fructífero campo de estudio
El flujo de colaboraciones en torno a la IA entre gestoras y universidades sigue más que vivo. Otra de las firmas que ha apostado firmemente por la relación con instituciones académicas para profundizar en este segmento de innovación es la escocesa Baillie Gifford. Desde la firma aclaran que en la actualidad mantienen hasta 25 alianzas con diversas universidades e investigadores de todo el mundo en numerosas disciplinas (incluyendo a las universidades de Edimburgo, Glasgow y Oxford, así como instituciones como la OCDE), aunque se trata de una cifra en constante cambio, dependiendo de la finalización e inicio de nuevos proyectos.
En materia de innovación en torno a la IA, la gestora mantiene actualmente un acuerdo con el Leverhulme Centre for the Future of Intelligence, basado en la Universidad de Cambridge, pero también asociado a la Oxford Martin School, el Imperial College de Londres y la Universidad de Berkeley (California). Es un instituto que está especializado en reflexionar sobre el impacto más amplio de los avances en informática, con la misión de construir una comunidad interdisciplinar de investigadores que mantenga fuertes vínculos con tecnólogos y políticos y un objetivo práctico: “Trabajar juntos para asegurar que los humanos conseguimos las mejores oportunidades de la inteligencia artificial que se desarrollará en las próximas décadas”. La alianza de Baillie Gifford con el centro va encaminada a profundizar en ese objetivo a través de la creación del Programa Baillie Gifford para IA Responsable.
Además, la firma ha contribuido a la creación de la Cátedra Baillie Gifford de Ética de los Datos y la Inteligencia Artificial del Departamento de Filosofía de la Universidad de Edimburgo, dirigido por la profesora Shannon Vallor. En este caso, la cátedra forma parte de una relación que arrancó en 2018 entre la gestora y el Edinburg Futures Institute de la Universidad de Edimburgo, con un horizonte de diez años de duración. La investigación de la profesora Vallor se centra en cómo las nuevas tecnologías (análisis de datos, robótica e IA) redefinen la moral humana, sus hábitos y prácticas. Entre sus trabajos figuran el asesoramiento a políticos y actores de la industria (incluyendo a inversores de Baillie Gifford) sobre el uso ético de la IA.
“Muchos gestores de inversiones se basan en estudios de empresas y sectores proporcionados por bancos de inversión. Como utilizan información similar, suelen llegar a conclusiones parecidas. Nuestra curiosidad nos ha llevado por un camino diferente: trabajar directamente con instituciones académicas. Estas conexiones se han ido ampliando gradualmente, y ahora tenemos una red de relaciones con personas intrigantes e inteligentes de todo el mundo”, detalla Nick Thomas, jefe del Departamento de Clientes de Baillie Gifford. “Estas colaboraciones encajan con nuestro enfoque a largo plazo de la inversión, ya que muchos proyectos tardan años en llegar a buen puerto. Baillie Gifford no desea influir ni controlar la investigación. Nuestro objetivo es fomentar la experimentación, la diversidad y la autonomía”, aclara.
Cómo construir un “cerebro estadístico”
Una de las últimas firmas en subirse a esta ola de innovación académica ha sido la también escocesa abrdn, que en verano anunció la puesta en marcha junto con la Universidad de Edimburgo de una herramienta de inversión basada en IA generativa que pueda integrarse en el proceso de toma de decisiones de inversión de la empresa. Como otros de su naturaleza, el proyecto se aborda desde un prisma multidisciplinar, incorporando a investigadores de las facultades de Informática y Matemáticas de la Universidad de Edimburgo.
Desde la firma han indicado que este proyecto concreto se centrará en ampliar la gama de valores que los equipos de inversión de abrdn pueden examinar, así como la profundidad del análisis cuantitativo que pueden utilizar y estará adaptado al estilo de inversión de abrdn. También han destacado que la herramienta no se limitará a ofrecer una versión mejorada de un gran modelo lingüístico personalizado, sino que añadirá un “cerebro estadístico”.
“Cada vez hay más datos que analizar, ya que tratamos constantemente de profundizar en el análisis de los mercados en los que invertimos. Mediante la exploración del uso de IA generativa para apoyar a nuestros equipos de inversión, tenemos el potencial de ofrecer aún más valor a nuestros clientes”, comentó al respecto Echo Yang, Investment Director de abrdn y codirectora del proyecto.
Se prevé que esta herramienta se añada a las capacidades existentes de los equipos, y para generar los informes y las perspectivas se requerirá la intervención de inteligencia humana. Se espera que la integración de la herramienta aumente la capacidad de las actividades de inversión de abrdn, ya que permitirá tomar decisiones más rápidas e informadas y contribuirá a ampliar la cobertura de los equipos de inversión de abrdn dentro de cada sector y entre ellos.
El proyecto también creará oportunidades para los estudiantes y los investigadores que inician su carrera en la industria, así como para el intercambio de conocimientos en torno a la previsión y la predicción para los académicos. El proyecto se canaliza a través del Center for Investing Innovation, que fue creado en abril de 2022 a partir de un acuerdo de mayor alcance entre abrdn y la Universidad con una dotación de 7,5 millones de libras para abordar los retos a los que se enfrenta el sector de la inversión y la gestión de activos en tres áreas principales: sostenibilidad, inversión temática e inversión innovadora.
El profesor Sotirios Sabanis, director del Centre for Investing Innovation junto al codirector, el profesor John Vines, comentaron respecto a este nuevo anuncio que “el desarrollo de un modelo de toma de decisiones financieras de alto impacto requiere un esfuerzo de colaboración y conocimientos interdisciplinarios que integren, en nuestro caso, la modelización matemática, el procesamiento del lenguaje natural y los conocimientos de la psicología del comportamiento humano”.
Investigación en ESG: múltiples ángulos
La recopilación de datos ESG de una manera ordenada y fiable ha demostrado ser uno de los grandes caballos de batalla para las gestoras de fondos, máxime teniendo que cumplir un marco regulatorio que ha suscitado múltiples dudas. Por tanto, la asociación con instituciones educativas para profundizar en estas áreas tiene mucho sentido, especialmente para las firmas que quieren dejar clara que su alineación y cumplimiento son notorios. Una de ellas es Amundi, que en los últimos años ha incrementado su apoyo a las principales iniciativas de investigación sobre mitigación y adaptación al cambio climático.
Fuentes de la compañía han indicado que “como líder europeo en gestión de activos, comprometido con la inversión responsable, el papel de Amundi es ofrecer valor sostenible a largo plazo a todos nuestros stakeholders, teniendo en cuenta los grandes retos a los que se enfrentan tanto el mundo como la sociedad hacia una transición justa. En este sentido, Amundi cree que la investigación es fundamental para seguir innovando en el campo de la inversión responsable, en particular en la lucha contra el cambio climático”.
En esta línea, la gestora seleccionó en 2023 tres iniciativas de investigación: EDHEC-Risk Climate Impact Institute, OS-Climate de Linux Foundation, y The MIT Joint Program on the Science and Policy of Global Change. En el primer caso, se trata de la renovación con EDHEC-Risk de una alianza que lleva viva desde 2009. En este tiempo, el Instituto se ha convertido en el principal centro académico de investigación financiera relacionada con la industria sobre gestión de riesgos e inversiones, especialmente sobre ETFs. Amundi patrocina la nueva cátedra de investigación sobre “Medición y gestión de los riesgos climáticos en las carteras de inversión”. EDHEC-Risk Climate aspira a convertirse en un punto de referencia académico de primer orden que ayude a los inversores a largo plazo a gestionar las implicaciones del cambio climático para la fijación del precio de los activos, así como los esfuerzos de mitigación y adaptación.
La segunda colaboración es mediante el patrocinio por parte de Amundi de OS-Climate, la iniciativa de datos abiertos y análisis de código abierto de la Fundación Linux, que apoya proyectos relacionados con la inversión, la evaluación de riesgos y las implicaciones financieras del cambio climático.
Su objetivo es acelerar el cambio de la inversión mundial de las empresas, tecnologías e infraestructuras relativamente intensivas en emisiones de gas de efecto invernadero, hacia la mitigación, la resiliencia y la adaptación de forma sostenible y de alto impacto -especialmente en los países en desarrollo-, así como permitir el diseño de mejores políticas que involucren eficazmente a los mercados de capitales en la lucha contra el cambio climático.
La tercera colaboración, con el MIT Joint Program on the Science and Policy of Global Change, es en materia de investigación y se centra en el estudio de las interacciones entre los sistemas humanos y terrestres para ayudar a los responsables de la toma de decisiones a afrontar los retos críticos en materia de alimentación, agua, energía, clima, calidad del aire, salud humana y otras áreas en el futuro. Desde la firma han indicado que la misión de esta colaboración conjunta es promover un mundo sostenible y próspero mediante el análisis científico y práctico de las complejas interacciones entre sistemas globales interconectados y en constante evolución.
Otra firma que ha buscado acuerdos para impulsar la inversión sostenible es Baillie Gifford, a través de su alianza (activa desde 2019) con el James Hutton Institute (JHI), un instituto de investigación científica interdisciplinar con sede en Escocia que se centra en las ciencias medioambientales, de los cultivos y de la alimentación. Baillie Gifford ha apoyado la creación de la beca de investigación Baillie Gifford Entrepreneurial Research Fellow, que ocupa la ecóloga profesora Alison Hester.
Desde la firma explican que esta alianza surgió de una forma fortuita, a raíz de que uno de los empleados de la gestora organizara una visita a la granja vertical puesta en marcha por el JHI, que suscitó la curiosidad por buscar formas de aprovechar desde el punto de vista de la inversión algunas de las investigaciones desarrolladas por el instituto. Por ejemplo, el JHI está construyendo el centro de demostración HydroGlen, con el objetivo de empezar a producir hidrógeno una vez terminadas las obras, para finales de 2025. El objetivo del proyecto es demostrar formas en que las granjas dejaran de depender de combustibles fósiles y funcionaran con energía limpia y verde, casi totalmente fuera de la red.
Más ejemplos de innovación
Aunque tecnología y sostenibilidad se llevan buena parte del interés de las gestoras, también podemos encontrar más ejemplos de innovación fruto de la colaboración con la Academia. Un caso de éxito es la asociación de State Street Global Advisors con PriceStats para el desarrollo de herramientas capaces de predecir la evolución de los precios en tiempo real. PriceStats es la compañía fundada por los argentinos Alberto Cavallo y Pilar Iglesias y el venezolano Roberto Rigobon. Su negocio se basa en la recopilación de datos online para la medición de la inflación global, llegando a ser tan fiable que The Economist empezó a utilizar sus datos en vez de las lecturas oficiales de Argentina en febrero de 2012.
Alberto Cavallo es profesor de Administración en la Universidad de Harvard y una autoridad en la medición de precios. PriceStats forma parte del ecosistema del Cambridge Innovation Center.
PriceStats distribuye actualmente sus estadísticas diarias de inflación y otros servicios a través de una asociación exclusiva con State Street Global Markets y State Street Global Exchange. Entre sus clientes se encuentran hedge funds, fondos de pensiones, fondos soberanos y otras instituciones financieras. State Street proporciona acceso a los índices a través de su sitio web de investigación, Insights.
Finalmente, Invesco firmó en 2019 un acuerdo de colaboración de diez años con la Cambridge Judge Business School, enfocado a desarrollar investigación que ayudase a fomentar las mejores prácticas e innovación en la industria de gestión de activos, con un enfoque en la gestión a largo plazo, inversión en alternativos y análisis de datos. Las áreas de interés mutuo entre ambas entidades susceptibles de investigación incluyen factor investing, inversión activa, asset allocation estratégico, ESG, alternativos, big data o transformación digital, entre otras.
El acuerdo incluye la celebración de eventos muy enfocados en innovación, como por ejemplo en torno a blockchain, inteligencia artificial o criptoactivos, así como la producción de papers temáticos, como por ejemplo el estudio Global Alternative Finance Benchmarking, que lleva publicadas dos ediciones.
Artículo obtenido de la revista Funds Society de diciembre 2024.