Los efectos que está ocasionando la pandemia han provocado que en las tres primeras semanas de marzo haya habido una extrema volatilidad en los mercados financieros, generando reducciones de valor muy notables en todos los índices. Sin embargo, pese a este entorno marcado por la incertidumbre, desde Inverco reconocen la madurez que han demostrado los inversores españoles, una actitud que los datos también reflejan. «En estos momentos de elevada volatilidad, los partícipes han preferido mantener su inversión en fondos con una estrategia a medio y largo plazo frente a la alternativa del reembolso a corto plazo con asunción de pérdidas», apuntan.
Asimismo, los expertos de la entidad, han recordado las ventajas que tienen estos vehículos: “Los fondos de inversión, al igual que hicieron en situaciones similares o peores de los mercados, siguen facilitando liquidez a los partícipes que lo precisen, pero también oportunidades de rentabilidad a otros, dentro de un marco regulatorio sólido y supervisado, mediante diversificación del riesgo, gestión profesional y seguridad del patrimonio de todos y cada uno de los partícipes”.
Aprender de los errores del pasado
La entidad propone volver la vista atrás y de situaciones similares, como la crisis de las puntocom en el año 2000, la crisis financiera global en 2008 y la reciente la crisis de deuda de la zona euro en 2012, extrae dos conclusiones: la importancia de invertir a largo plazo y evitar las decisiones precipitadas.
“Para los que mantuvieron sus posiciones en fondos con un objetivo de inversión a medio o largo plazo, las pérdidas latentes se convirtieron posteriormente en ganancias; y para quienes realizaron nuevas suscripciones en esos momentos de incertidumbre se generó rentabilidad”, explican desde Inverco. A modo de ejemplo, en los últimos 18 años, y considerando solo datos mensuales de rentabilidad media de fondos de inversión, desde la asociación recuerdan que en el 60% de los meses con los 25 mayores reembolsos de la serie histórica, los fondos registraron rentabilidades positivas en el mes siguiente al del reembolso. En tres de los cuatro meses con mayores reembolsos de la serie histórica, los fondos registraron rentabilidad positiva el mes siguiente.
Otra de las lecciones que extraen del pasado, es que las decisiones precipitadas de desinversión a corto plazo pueden generar pérdida de oportunidades de rentabilidad para los partícipes. De hecho, según señalan, de los 15 meses con mayor rentabilidad de la serie histórica, sólo seis fueron aprovechados por nuevos partícipes, ya que en el resto (nueve meses) los fondos de inversión habían experimentado reembolsos el mes anterior.
Una estrategia cortoplacista y basada en emociones multiplica la posibilidad de error
Inverco insiste en recordar que, en estos momentos de cambios notables en las valoraciones de las carteras, una estrategia de desinversión cortoplacista basada en emociones más que en objetivos a medio plazo, multiplica la posibilidad de error y aumenta la probabilidad de pérdida.
Algo que se explica observando, una vez más, el pasado. La rentabilidad media anualizada de los fondos de inversión de renta variable nacional en los últimos 15 años alcanza el 3,8% anual (es decir, el 75% acumulado en los últimos 15 años). Si un partícipe hubiera estado invertido durante esos 15 años, ahora tendría dicha rentabilidad. Si hubiera reembolsado sólo en los cuatro meses con mayor rendimiento de la serie, volviendo a suscribir al mes siguiente, la rentabilidad acumulada que obtendría en el período se habría reducido al 13%.
“Lo que hubiera supuesto para un partícipe de renta variable nacional el desinvertir sólo en cuatro de los últimos 180 meses, sería el 62% acumulado, que en rentabilidad anualizada supone algo más del 3% anual. En conclusión, con una estrategia de inversión a medio y largo plazo, las caídas puntuales de rentabilidad, aunque sean relevantes, tienen un impacto mínimo, si se mantiene la inversión”, aclaran desde la entidad.
Asimismo, Inverco insiste en que los datos de rentabilidad deben analizarse por los partícipes de forma individualizada, dependiendo del momento en que cada uno haya suscrito el fondo y las rentabilidades que lleven acumuladas. “Conviene recordar que la rentabilidad media de los fondos de inversión en 2019 fue del 7,23% (siendo de dos dígitos para los de renta variable y mixtos de renta variable), por lo que aquellos que ya fueran partícipes en enero de 2019, apenas han incurrido aún en pérdidas (latentes, no efectivas) desde su inversión inicial”, concluyen.