14 de marzo de 2020: es la fecha en la que el Gobierno español decretó el estado de alarma, que significaba limitar la libertad de movimiento de los ciudadanos de todo el país, para tratar de contener los efectos negativos de la pandemia del coronavirus. Una fecha grabada a fuego porque supuso el inicio, más o menos oficial, de una crisis sanitaria que se extiende hasta el presente.
Pero, ¿qué ha pasado en la industria de gestión de activos a lo largo de estos 12 meses? Aunque en un primer momento la volatilidad de los mercados afectó de forma muy notable a las carteras, y los flujos de salida de los fondos de inversión nacionales se dispararon en marzo, las aguas han ido volviendo a su cauce a lo largo de los últimos tiempos, de forma que el balance a 12 meses -considerando los últimos datos de Inverco disponibles, a cierre de febrero de 2021- es positivo: desde finales de febrero de 2020 a finales de febrero de 2021, los fondos nacionales han visto crecer su patrimonio en un 4,1%, pasando de los 271.251 millones de la primera fecha a los 282.365 millones de euros actuales.
En total, más de 10.000 millones de crecimiento que se explican sobre todo por la revalorización y recuperación de los mercados (en un 80%, aproximadamente), desde las fuertes caídas sufridas en los primeros momentos de la crisis desatada por el coronavirus, pero también por suscripciones netas, que explican en torno al 20% del crecimiento en los fondos nacionales. El dato de flujos netos a doce meses, es decir, desde marzo de 2020 hasta febrero de 2021, es de 1.983 millones de euros, según las últimas cifras de Inverco.
De hecho, una vez superado el fatídico primer trimestre de 2020 en términos de flujos negativos, todos los trimestres posteriores han visto entradas en los fondos de inversión (ver cuadro).
«El inversor español ha mostrado una extraordinaria madurez en la crisis del COVID”, ha venido defendiendo el presiente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, en numerosas ocasiones a lo largo de todo este tiempo.
Y no es para menos, porque con unos inversores que evitaron lanzarse en masa a retirar dinero de los fondos, las gestoras apenas tuvieron que usar las herramientas de liquidez adicionales que permitió la CNMV en momentos excepcionales.
Crecimiento en la inversión colectiva
En conjunto, el patrimonio de la inversión colectiva (fondos y sociedades) alcanzó a finales de febrero de este año los 531.494 millones de euros, un 7,3% por encima de los 495.344 millones de finales de febrero de 2020.
Por su parte, el número de cuentas de partícipes en fondos nacionales se sitúa en 17.332.308, un 11,2% más que las 15.580.413 de doce meses antes.
Además, las IICs internacionales comercializadas en España también han crecido pese al envite de la pandemia: sus activos han crecido cerca de un 13%, desde los 195.000 millones que estimaba Inverco a cierre en febrero de 2020 hasta los 220.000 actuales.
Y las perspectivas para la industria en 2021 son positivas: Inverco prevé que el volumen de las IICs podría crecer un 5,1%, impulsado por los fondos y vehículos internacionales.
Efectos de la COVID-19 en los mercados financieros
Más allá de los flujos, ¿qué ha pasado en los mercados y qué lecciones nos deja esta crisis a un año vista? Álvaro Drake, codirector del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB y Javier Niederleytner, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, analizan las lecciones que marcan el rumbo de los mercados bursátiles con un año con coronavirus en un reciente estudio. Los expertos destacan que “nos deja la visión de que la economía en general se ha deteriorado bastante, por lo que las políticas monetarias por parte de los bancos centrales seguirán siendo expansivas, o lo que es lo mismo, que los tipos de interés seguirán próximos a “0”. Ante esta tesitura, y las expectativas favorables de que las vacunas más pronto que tarde terminen con esta crisis, los inversores seguirán apostando por la renta variable durante este 2021”.
Respecto a la renta fija, ¿qué hemos visto y qué podemos esperar para los próximos meses? Los expertos indican que “consecuentes con los planes de ayudas vía gasto público, los niveles de déficit público y las ratios de deuda pública emitida sobre PIB se han disparado. Sin embargo, lo que no se ha visto en este año, y eso ha sido debido a las igualmente decididas actuaciones de los bancos centrales garantizando la ultra liquidez y extendiendo los planes de compra de bonos, ha sido el esperable repunte de las primas de riesgo de los países más golpeados por la crisis o en el mercado de corporates, que estaba en niveles record de emisión a principios de la pandemia”.
Las primas de riesgo de la deuda pública de Italia y España frente al bund alemán están en niveles mínimos (60 puntos básicos la prima española y 280 la italiana; lejos del récord de abril de 2020, en 154 y 279 puntos básicos, respectivamente) y las primas de los corporates por debajo del investment grade han caído a mínimos históricos. Cabe preguntarse: ¿hasta cuándo podrán seguir “dopando” el mercado de deuda pública los programas de compras del BCE y la Fed? Según recoge el estudio, “a la luz de lo ocurrido desde el principio de los programas de compras, hace casi diez años, es que se mantendrán los niveles de tipos bajos, con la parte corta de la curva soberana en negativos en Europa y EE.UU. Los balances de los bancos centrales no son infinitos y eso se nota en el reciente repunte de rentabilidades de los treasuries que ha alarmado a Wall Street; sin embargo, las compras de bonos seguirán sin duda en el próximo año, aunque puedan moderar los importes, y eso seguirá soportando los precios de la deuda soberana», dicen los expertos del IEB.