La diversidad de género y el empoderamiento femenino son temáticas de interés para los inversores. Con motivo del Día de la Mujer, Schroders ha analizado porqué son temáticas de interés para el mundo de la inversión, haciendo hincapié en tres aspectos en los que las cuestiones de género son especialmente importantes para los inversores.
La igualdad está vinculada a una mejor toma de decisiones y mayor rentabilidad
Un estudio de la consultora McKinsey & Company ha revelado que una mayor diversidad de género y etnia está estrechamente relacionada con una mayor rentabilidad y creación de valor. Su informe de 2021, “Diversity wins”, es el tercero en el que se investigan los argumentos empresariales a favor de la diversidad y sugiere que «la relación entre la diversidad en los equipos ejecutivos y los resultados financieros se ha reforzado con el tiempo».
«La igualdad de género está vinculada a una mejora en la toma de decisiones. Ya hay muchos estudios científicos que demuestran que es así. Por ejemplo, la Fundación Knight y de McKinsey & Company han señalado que los equipos más diversos tienen un 35% más de probabilidades de obtener una rentabilidad superior a la media. Sin embargo, el 98,7% de los activos en Estados Unidos son gestionados por hombres de raza blanca. Esta cuestión es relevante tanto para el sector financiero como para las empresas en las que invertimos. Creo que es nuestra responsabilidad seguir rompiendo barreras», afirma Kate Rogers, responsable de sostenibilidad del negocio de gestión patrimonial de Schroders.
“Francia es uno de los países europeos que ha introducido cuotas de género, pero “nuestro papel es pedir a las empresas que aumenten voluntariamente su diversidad de género sin necesidad de regulación, simplemente porque entienden que es lo mejor para su modelo de negocio”, añade Kimberley Lewis, responsable de propiedad activa de Schroders.
Las medidas para incrementar la igualdad de género están funcionando (pero se necesita más)
Los gestores de activos pueden utilizar su influencia para ayudar a impulsar el cambio en las empresas a través de sus interacciones y derechos de voto en las juntas generales de las empresas. La diversidad y la inclusión es una de las prioridades del equipo de Propiedad activa de Schroders para 2022. «Instamos a las empresas a que entiendan que esta es la línea a seguir y que deben tener un plan y unos objetivos que alcanzar”, recalca Lewis.
Sin duda, la lucha contra la desigualdad de género es un tema relevante y de actualidad. De hecho, el mes pasado se publicó en Reino Unido el primer informe de la FTSE Women Leaders Review. En él se anuncian cuatro nuevas recomendaciones y se destacan los progresos realizados en todo el FTSE 350.
«Cada vez se reconoce más la importancia de la transversalidad. Por ejemplo, las mujeres negras, transexuales y discapacitadas, así como las procedentes de entornos socioeconómicos menos favorecidos, tienen aún menos voz y representación en el liderazgo. También necesitamos ver más mujeres en puestos directivos en general. Esto tiene implicaciones para la gestión del talento, el trabajo flexible y los programas que ayudan a retener y promover el talento femenino”, destaca Rogers.
“Todavía queda mucho por hacer en materia de diversidad de género. Incluso si tomamos un mercado como el británico, en el que hemos establecido estas ambiciones de diversidad de género en los consejos de administración, lo que estamos tratando de lograr todavía no es una división de género 50:50. Si miramos a un mercado como el japonés, nos queda mucho por hacer. Y la situación es aún peor cuando miramos a las mujeres de color, por ejemplo. Tampoco se trata sólo de las cifras en bruto. Por supuesto, hay que tener en cuenta la cultura y la inclusividad”, afirma Katie Frame, gestora de propiedad activa en Schroders, especializada en diversidad.
La inversión de igualdad de género y de impacto pueden contribuir al cambio
Como escribió el verano pasado Maria Teresa Zappia, directora de impacto y consejera delegada de BlueOrchard, la gestora de inversiones de impacto que forma parte del Grupo Schroders: «En medio de una crisis mundial, la inversión basada en el género es crucial para seguir avanzando en el empoderamiento de las mujeres y mejorar su contribución a la sociedad».
La inversión de impacto, en la que el capital está destinado a un beneficio específico, cuantificable y positivo para la sociedad o el medio ambiente, suele utilizar como marco los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Por su parte, la inversión de género es un enfoque que tiene en cuenta los factores de género tanto para promover la igualdad entre hombres y mujeres como para tomar decisiones.
Según una investigación de la ONU sobre el impacto de la pandemia en las mujeres, el 70% de las trabajadoras de los países en desarrollo trabajan dentro de la economía sumergida. Esto significa que no tienen acceso a servicios básicos como el seguro de salud y las prestaciones por desempleo, y tienen más probabilidades que los hombres de caer en la pobreza.
Según un estudio de McKinsey and Company, las mujeres también asumen el 75% del trabajo de cuidados no remunerado en todo el mundo, lo que reduce significativamente sus posibilidades de acceder a puestos de trabajo de mayor categoría y con salarios más altos.
Maria Teresa Zappia afirma que la pandemia ya ha puesto en peligro la posibilidad de alcanzar el ODS de la ONU de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres para 2030.
La inversión en microfinanciación puede empoderar a las empresarias y contribuir a cerrar la brecha crediticia. A veces llamada microcrédito, la microfinanciación es un tipo de servicio bancario que se ofrece a las personas de ingresos más bajos o a las que de otro modo no tendrían acceso a este tipo de recursos.
De este modo, la inversión enfocada en la igualdad de género es esencial para apoyar a las mujeres que actúan como columna vertebral de una sociedad en línea con las metas de los ODS de la ONU. La inclusión financiera puede ser uno de los elementos que contribuyan a desencadenar el cambio necesario