Paula Bujía y Guillermo Davies, fundadores de Buda Partners hace poco más de un año, son celosos de la información que manejan en términos de selección de activos, pero en un evento celebrado en Montevideo mostraron su visión del arranque de 2025: ha llegado la hora de pensar en los alternativos semilíquidos; En renta fija es el momento de “bloquear rendimientos” y se agota el recorrido de los bonos argentinos.
Atreverse con los alternativos y moverse en renta variable
Lo único permanente es el cambio y todo indica que en 2025 habrá que salirse de los caminos trazados. La industria montevideana es prudente , pero parece que los activos alternativos han encontrado su lugar: “Nos sentimos cada vez más cómodos incorporándolos a nuestras carteras modelo”, dijo Guillermo Davies, “la selección del manager es lo más importante en los mercados privados”.
Para la renta variable el problema es similar que para los alternativos: todo indica que los rendimientos del S&P 500 no serán tan buenos en 2025 que en años anteriores y se observa una rotación hacia small y mid caps. El problema es que el S&P 500, con 40% de sus empresas procedentes del exterior, es un camino perfectamente balizado, algo que no sucede con las empresas estadounidenses de pequeña y mediana capitalización y sus índices. Entonces, una vez más, la selección será fundamental.
Renta fija y Argentina
Todos los debates se centran en el camino que le queda por recorrer a la renta fija, el activo estrella de 2024 en el mercado montevideano.
Los debates sobre la Fed y sobre las políticas del próximo gobierno de Estados Unidos, con Donald Trump al mando, son bizantinos. La Reserva Federal iría hacia una pausa y desde Buda Partners no se muestran muy entusiasmados con alargar la duration de la clase de activo. Pero el año arranca con dos tramos muy marcados: debido al proceso de aprobación del próximo presupuesto estadounidense y las negociaciones sobre el tope de deuda a partir de enero, se espera una nueva “bazuca de liquidez” en los próximos 3 a 6 meses, y eso sería positivo para las acciones y los bonos, pero negativo para el dólar.
Bujía y Davies recomiendan “bloquear ahora rendimiento a 3 o 4 años” y señalan que en 2024 los fondos conservadores rieron más de un 5% (en algunos casos 10%) y han cumplido su función, que es como mínimo ganarle al bono del Tesoro. Entonces, hay un regreso claro de la gestión activa.
Los inversores de la plaza montevideana han invertido más en renta fija argentina en 2024 de lo que querrían reconocer. Desde Buda Partners reconocen la oportunidad que ha brindado el país de Milei y el buen ritmo de reformas y resultados, pero Argentina sigue siendo más un “trade que una inversión” y Paula Bujía piensa que hay que replegar velas: “En 2025 pienso que sería bueno salir de los bonos largos e irse a activos como el BOPREAL (Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre emitidos por el Banco Central). A la renta fija argentina le queda poco recorrido, en las acciones vemos un poco más”.
Lo que no cambiará en 2025 es el apetito por el oro, ya que los Bancos Centrales de diferentes países seguirán apuntalando sus reservas del metal dorado y de la plata también. El Bitcoin es otro de los grandes temas de actualidad: ¿llegará a 120.000 dólares o habrá una corrección?” se preguntan los fundadores de Buda Partners.