La reacción a la noticia de la construcción de un hospital en 10 días en China durante la primera etapa de la pandemia fue de admiración en toda Latinoamérica, obviando las implicaciones de lo que estaba por venir y que solo quedo claro una vez desbordados los hospitales en el norte de Italia. Esto ultimo llevo a que los gobiernos latinoamericanos implementaran medidas de distanciamiento social y de masificación de pruebas.
Como se puede apreciar en el Cuadro 1, Perú, Argentina y Ecuador escalaron de una manera rápida las restricciones. En Brasil, a pesar de la lentitud del gobierno federal, varios estados tomaron medidas proactivas. México fue el más lento en responder. La rápida propagación del virus y la presión social para la toma de acción han conducido a una convergencia de políticas hacia el aislamiento social en toda la región. Hoy, en diversos grados, nos encontramos con la actividad laboral paralizada generando efectos negativos en las economías.
Política monetaria y fiscal: los estímulos
Los anuncios de aislamiento social precedieron al más robusto despliegue de estímulo fiscal y monetario jamás implementado en América Latina, evidencia de la disciplina macroeconómica que ha caracterizado a la mayoría de los países este siglo. Sin embargo, estas medidas no implican un aumento de 1:1 sobre la deuda total, pues contemplan reasignaciones de gastos ya presupuestados.
Por ejemplo, Perú anunció un estímulo fiscal de 12% del PIB, pero se espera que aumente su gasto en 7% del PIB (ver Tabla 1). En Chile, el estímulo implicará un gasto adicional entorno al 2.8% del PIB. Por ello, en economías con sólidos balances fiscales, no vemos que los anuncios incrementen el riesgo de pérdida del Grado de Inversión (GI).
Donde sí identificamos vulnerabilidades es en las economías petroleras: Colombia y México. La deuda colombiana ha mostrado una persistente tendencia al alza durante los últimos 10 años, producto de la inhabilidad del gobierno de romper su dependencia de los ingresos petroleros. Mientras que México, a pesar de la reciente disciplina fiscal y de contar con recursos disponibles (equivalentes a 9% del PIB), se ve afectado por el compromiso inamovible del gobierno por apoyar proyectos de infraestructura ineficientes (Dos Bocas, Aeropuerto de Santa Lucía, etc.) y de mantener el apoyo financiero a Pemex. Esto restringe el financiamiento disponible y limita el alcance de un estímulo fiscal.
Por último, Brasil a pesar de ser el peor posicionado, perdió su GI en el 2015 y vemos poco espacio para nuevos recortes de su clasificación. En síntesis, esperamos que tanto Colombia como México pierdan su calificación de GI (en los próximos 12 a 18 meses).
Impacto del Aislamiento Social – Análisis de Sensibilidad Trimestre a Trimestre
Las medidas fiscales están enfocadas en apoyar a la población más vulnerable (~25%) y garantizar que la cadena de pagos se mantenga intacta. Sin embargo, no contemplan dos componentes clave en su implementación:
. La informalidad en la región representa el 65% de la actividad económica (por ejemplo, en Perú el 73% y en Brasil el 40%).
. El impacto del aislamiento social sobre el sector de servicios y el de consumo privado, que contemplan el 60% y 65% de la oferta y demanda agregada, respectivamente.
Para ilustrar la relevancia de ambos componentes y cuantificarlos, evaluamos a Perú. Cuando las medidas caduquen el próximo 10 de mayo, Perú habrá pasado 8 semanas en aislamiento con, aproximadamente, el 70% de su economía paralizada. Si las 8 semanas completas hubieran tenido lugar en un solo trimestre, implicarían una contracción de 40.2% t/t (ver Tabla 2).
Clasificación del riesgo soberano
Esperamos un deterioro crediticio a lo largo de la región (con recortes en las calificaciones para Chile, Colombia y México), dada la dimensión de las medidas fiscales, que buscan asegurar una sólida recuperación, y el bajo precio de los commodities, en específico del petróleo (ver Cuadro 2).
Por ejemplo, la perspectiva crediticia de Colombia se ha visto afectada por la inhabilidad del gobierno de estabilizar su deuda (~50% del PIB) en los
últimos 5 años y una agenda de reformas que no entregó los cambios estructurales necesarios para mantener la sostenibilidad fiscal. Los precios mínimos del petróleo (donde el gobierno presupuestó un precio promedio de US$60/barril para el Brent el 2020 y una contribución de 10% al presupuesto fiscal) junto con la incertidumbre económica (esperaban crecer 3.6% el 2020 y actualmente nuestro equipo macro espera una caída de al menos -2.2%) agregan una presión adicional, exacerbando las vulnerabilidades y contribuyendo al recorte de clasificación por parte de Fitch y la perspectiva en revisión por parte de S&P. Los supuestos del gobierno colombiano ya no son creíbles, por lo que esperamos que Colombia pierda su GI durante los próximos 12 meses.
Política monetaria
Los Bancos Centrales se han encargado proactivamente de dar liquidez y bajar la tasa de referencia a mínimos históricos con el objetivo de fomentar la economía y preservar la cadena de pagos. Por lo tanto, esperamos que las tasas reales negativas (ver Gráfico 1) se conviertan en un nuevo normal en el corto plazo.
Como resultado, las monedas Latinoamericanas se han depreciado más allá de sus fundamentales contra el dólar. Debido a la incertidumbre actual preferimos mantener una postura neutral, dado que esperamos una mayor volatilidad en lo que resta del 1S20. El deterioro en el CDS captura la incertidumbre del ambiente y los cambios de perspectivas y recortes en la clasificación de Colombia y México (ver Gráfico 2).
En conclusión, preferimos economías con un mayor alcance de flexibilidad fiscal, exposición directa a la recuperación de China (Perú) y economías semicerradas con un fuerte mercado doméstico (Brasil) durante el 2020. Nos mantenemos cautos en mercados donde vemos un mayor riesgo de perder su calificación de GI, por ejemplo, Colombia y México. Aplicando el mismo raciocinio a nuestro análisis sectorial, preferimos una mayor exposición a productos básicos de consumo y necesidades relevantes durante el período de cuarentena (telecomunicaciones, tecnología, consumo básico y salud). También vemos oportunidades en empresas cíclicas relacionadas a la recuperación China, como minería.
Renta Fija: Grado de Inversión (Investment Grade)
En el contexto que Colombia y México tienen el mayor riesgo de perder su calificación de GI, creemos relevante entender el rol del Country Ceiling (CC), el cual permite que los emisores puedan tener una calificación superioral del soberano en función de varios factores. Por lo general, el CC se encuentra un notch por encima del soberano, hasta un máximo de tres.
Las empresas colombianas tienen el mayor riesgo de perder el GI debido a la calificación BBB- del país y porque el CC de Fitch es BBB. En cambio, el GI de México se encuentra a dos o tres niveles por encima de su calificación (CC: BBB+/A), dependiendo de la agencia, dándole mayor margen a los emisores. Los sectores más afectados por una pérdida del GI son bancos, empresa de hidrocarburos integradas, servicios públicos e infraestructura.
Encontramos valor en empresas mineras mexicanas (PENOMX’49, YTW 5.88%) y brasileñas (VALE’34, YTW 5.30%). Por otro lado, en Perú nos gustan las financieras (IFS´27, YTW 5.60%) mientras que en Chile tenemos preferencias en servicios públicos (AESGEN’29, YTW 5.16%) y consumo básico (CENSUD’45, YTW 6.30%). Nuestro fondo Credicorp Capital Latin American Investment Grade Fund cerró marzo con un yield to maturity del 5.8%, un yield to worst del 5.7% y un spread de 521 puntos básicos con una calificación promedio de BBB-.
Grado Especulativo (High Yield)
La deuda corporativa Latinoamericana de grado especulativa no se libró de la corrección de marzo (-17.66% frente a -11.46% para US HY y EM HY -13.85%). Durante la última semana de abril, el spread se ha reducido y se sitúa en alrededor de 750 puntos básicos, pero se mantiene por encima de los niveles alcanzados en la crisis de 2015-2016 (670 puntos básicos).
En nuestro análisis, no alcanzamos a más del 5.5% de default rate al estresar el flujo de caja y asumir el default (o que no puedan recuperarse) de aerolíneas, pequeñas compañías petroleras, empresas hoteleras o relacionadas al turismo, y pequeñas y medianas empresas financieras no bancarias.
Con rendimientos cercanos al 10% para el índice, hay margen de maniobra para amortiguar las pérdidas potenciales. Nuestro fondo Credicorp Capital Latin American Corporate Debt cerró en marzo con un yield to maturity de 10.8%, un yield to worst de 10.8% y un spread de 1,052 puntos básicos con una calificación promedio de cartera de BB. Encontramos valor en nombres como: AJE 22 (14.25% YTM), ITAU PERP 6.125% (5.11% YTW; 8.50% YTC), CSN 23 (18.26% YTW) y CYDSA 24 (8.60% YTW).
Renta Variable
La transformación de Covid-19 en una pandemia a fines de febrero y la volatilidad ocasionada por la disputa petrolera entre Arabia Saudita y Rusia a principios de marzo condujo a una corrección del mercado global y unasalida de flujos del mercado latinoamericano. Durante el primer trimestre, el índice MSCI EM de Latinoamérica tuvo un retorno de -31.8% frente a la disminución de -13.4% en renta variable de EEUU. Una parte importante del diferencial surge por la depreciación de las monedas latinoamericanas.
Dada la coyuntura actual, hemos incorporado nombres de alta calidad con valorizaciones deprimidas/atractivas a nuestras preferencias de inversión. Nos encontramos positivos en empresas clasificadas como cíclicas conexposición a China y compañías relacionadas con todos aquellos servicios necesarios durante la cuarentena (telecomunicaciones, tecnología, productos básicos de consumo y salud). Definimos negocios de alta calidad como aquellos con flujos de caja recurrentes y estables, balances sólidos, márgenes resilientes y bajas necesidades de reinversión.
Estas convicciones se ven reflejadas en nuestro fondo Credicorp Capital Latin American Equity Fund. Bradesco (-45.8% YTD), nuestra acción preferida en financieras, y Lojas Americanas se adecuan a nuestro perfil de negocios de alta calidad. Bradesco dispone de un balance sólido (ratio de cobertura mayor al 200%), un portafolio diversificado con exposición limitada a los segmentos más riesgosos y una alta trayectoria en generarrentabilidad en entornos desafiantes.
Por el otro lado, Lojas Americanas (-9.4% YTD) es el líder en ventas minoristas en todo Brasil con presencia a nivel nacional, mantiene una alta diversificación de productos por su estrategia multicanal (58% del valor de su mercancía se encuentra en ventas en línea), y un ROIC consistentemente por encima del 20% (excluyendo B2W).
También vemos valor en algunos nombres cíclicos que han sido sobre castigados como Petrobras (-64.5% YTD), Vale (-41.9% YTD) y Copa (-53.5% YTD). Este último es la aerolínea mejor posicionada para enfrentar el escenario adverso por sus ventajas competitivas: ubicación del Hub, métricas operativas, fortaleza financiera y márgenes estables. De este modo, Copa es una de las aerolíneas con los más altos estándares de gestión a nivel global.
Por último, recientemente agregamos Kimberly-Clark de México (-10.7% YTD) a nuestra cartera. Una empresa defensiva de alta calidad que se beneficia del ambiente actual. Primero, tiene una posición de liderazgo en toda su gama de productos enfocados en categorías de necesidades básicas (pañales, papel higiénico, jabones, etc.).
En segundo lugar, ~32% de su estructura de costos proviene de derivados del petróleo beneficiándose de la coyuntura actual para el precio del petróleo. Aún más importante, siempre ha entregado sólidos márgenes quese reflejan en ROICs promedios de ~20% en los últimos cinco años y tiene un sólido balance (1.4x Deuda neta / EBITDA 2019).
Aunque es demasiado pronto para estimar las repercusiones del aislamiento social en las economías latinoamericanas y la efectividad de las iniciativas macroeconómicas para contrarrestar sus efectos, seguimos siendo muy constructivos con la perspectiva a largo plazo. Reconocemos que la incertidumbre sigue siendo alta y esperamos que se materialicen downgrades para Colombia y México en el mediano plazo. También creemosque las valorizaciones actuales, en algunos casos a niveles de 2008, han creado un margen de seguridad atractivo para los inversores de largo plazo. En Credicorp Capital AM, tenemos una fuerte convicción de que en momentos como estos se pueden encontrar oportunidades de inversión extraordinarias.
Darío Valdizán es Director, Head of Buy Side Research, Fixed income, Equities and Sovereign de Credicorp Capital