Un análisis realizado por Lyxor Asset Management recientemente presentado pone de manifiesto la creciente importancia de los factores de riesgo y otras estrategias smart beta a la hora de generar rentabilidades en la compleja coyuntura de mercado actual.
En el estudio, que analiza la rentabilidad de 3.740 fondos activos (que representan 1,2 billones de activos gestionados) con respecto a sus índices de referencia tradicionales durante un periodo de diez años, Lyxor descubrió que los fondos activos domiciliados en Europa experimentaron un año 2015 más positivo, y una media del 47% de ellos revelaron un mejor comportamiento que sus índices de referencia. Esta cifra supera con creces la registrada en 2014, periodo en el que, de media, tan solo un 25% de los fondos registraron rentabilidades superiores.
Al analizar la fuente de dicha rentabilidad superior, la firma descubrió que una parte significativa de esta podría atribuirse a factores de riesgo específicos. Estos «factores de riesgo» hacen referencia a valores que presentan las mismas características o comportamientos. Así los expertos han identificado cinco factores de riesgo clave, tamaño reducido, valor, calidad, baja beta y momentum, que, en conjunto, representan el 90% de las rentabilidades de la cartera.
Como ejemplo, los gestores de fondos activos europeos sobreponderaron los factores de baja beta, momentum y calidad en 2015, y todos ellos batieron la rentabilidad de los índices de referencia. El estudio también comparaba la rentabilidad de los fondos activos con los índices smart beta y varianza mínima, diseñados para mitigar la volatilidad de la cartera. En este ámbito los resultados fueron aún más interesantes: mientras que el 72% de los fondos activos en la categoría europea rindieron mejor que un índice de referencia tradicional en 2015, tan solo el 14% exhibió una mejor trayectoria que el índice smart beta.
Estas conclusiones demuestran el papel cada vez más importante que desempeñan las estrategias smart beta basadas en normas que no se rigen por la capitalización de mercado, como pilar esencial de las carteras de los inversores. La inversión basada en factores constituye una de las diversas estrategias de inversión conocidas como «smart beta». «En los mercados actuales, caracterizados por unos tipos de interés en niveles muy bajos, una mayor volatilidad y la ausencia de una tendencia clara en los mercados de activos de riesgo, los inversores deben poner la mirada en nuevas estrategias de asignación de la cartera a fin de lograr mayor diversificación y generación de rentabilidad», comentó Marlene Hassine, jefa de análisis de ETF de Lyxor Asset Management. A esto añadió: «Las estrategias smart beta, que pueden implementarse con un sesgo más pasivo o activo, constituyen una de las nuevas herramientas a disposición de los inversores».