Para Johannes Jacobi, especialista de producto de Allianz Global Investors, la Inteligencia Artificial no es ciencia-ficción y está aquí para hacernos la vida más fácil. Tememos, nos dice en esta entrevista a Futuro a Fondo, el impacto que tendrá en nuestras vidas sin darnos cuenta que ya está en nuestras vidas. “Facebook, Linkedin, Amazon o nuestros smartphones son ejemplos de plataformas y herramientas que ya utilizan Inteligencia Artificial, pero si queremos profundizar más, en los medios de comunicación nos encontramos conceptos que ya se han hecho populares como el “aprendizaje automático” (Machine learning) o el “aprendizaje profundo” (Deep learning)”, argumenta.
El primero podríamos explicarlo con el siguiente ejemplo: si tienes que enseñar a un niño a ir seguro al colegio, probablemente tengas que enseñarle cómo utilizar los semáforos y la forma más sencilla de hacerlo es diciéndole que cuando esté en rojo debe esperar y cuando está en verde puede cruzar. El “Deep learning” es mucho más que eso y se puede ejemplificar con lo que sucede un lunes por la mañana después de un largo fin de semana. “Imaginemos que está lloviendo y está nublado. Nuestra capacidad de atención disminuye y estadísticamente el riesgo de tener un accidente es más alto que en la mañana de un martes o un miércoles soleado. Toda esta información nos puede ayudar a tomar decisiones de forma más segura”, explica Jacobi.
Como recuerda Jacobi, con la Inteligencia Artificial está sucediendo algo parecido a lo que sucedió en los años 90 con Internet cuando incluso Bill Gates lo calificó de moda pasajera. “Estaba evidentemente equivocado y algo similar sucede ahora con la Inteligencia Artificial porque es más poderosa de lo que creemos. Su desarrollo va paso a paso, pero al final constituye una innovación de gran impacto”. En su opinión, es difícil decir si será más disruptiva que Internet, pero “lo que está claro es que traerá muchas oportunidades a la sociedad en diferentes sectores”.
“El Big Data, por ejemplo, ya existía en los años 50 y 60, lo que no existía era el desarrollo tecnológico necesario para almacenar y utilizar esa información, era demasiado costoso, no teníamos ordenadores tan potentes ni el entorno tecnológico de hoy en día”
Actualmente puede parecer que existe un desarrollo avanzado, pero lo cierto es que “a los robots todavía les resultan extremadamente difíciles tareas como la de coger un vaso. Es necesario tener cierta experiencia previa en cuánto a su forma, peso y medidas para poder transportarlo de un sitio a otro y es difícil todavía para un robot”.
La gestora lanzó hace un año un primer fondo en Japón dedicado en exclusiva a esta temática y, tras unos meses de rodaje, el pasado mes de abril se puso a disposición de los inversores europeos el Allianz Global Artificial Intelligence. Se trata del primer fondo en Europa que busca captar todo el potencial de la Inteligencia Artificial más allá del campo de la robótica y la automatización. En este sentido, abarcan los tres niveles y “esto es importante porque la inteligencia artificial no está sólo en el sector tecnológico sino en todos los sectores”, matiza Jacobi. En el primer nivel está la infraestructura (Big Data, Cloud Computing e Internet of things), en el segundo las aplicaciones (Sistemas cognitivos, aprendizaje profundo, robótica…) y en el tercer nivel la industria (sector sanitario, financiero, agricultura, aeroespacial, transporte…) “Pensemos que, en el sector financiero, los robo-advisors son sólo el principio, veremos mucho más en los próximos años”, afirma.
Sectores de crecimiento: Big Data, salud y conducción autónoma
El Allianz Global Artificial Intelligence apuesta fundamentalmente por tres áreas de innovación como son el Big Data, la salud y la conducción autónoma. Las cifras que arroja la industria de Big Data marean con sólo echarles un vistazo. Hasta el momento ha creado 6 millones de puestos de trabajo y el futuro es impredecible si tenemos en cuenta que el total de datos que se almacenan y se analizan se duplica cada 1,2 años. Según las previsiones de AGI, el comercio podría incrementar sus beneficios un 60% explotando el análisis Big Data mientras que la Inteligencia Artificial podría ser clave para que la industria farmacéutica reduzca el coste de lanzar nuevos medicamentos al mercado.
En cuanto al sector de la salud, la robótica podría incrementar hasta un 30% el rendimiento, la productividad y conducir a mejores resultados sanitarios. “Se están llevando a cabo innovaciones alentadoras como, por ejemplo, la tecnología de computación cognitiva del IBM Watson que permite la detección de las células cancerígenas. Esto es muy alentador”, destaca el experto.
A los 300.000 millones de dólares que la industria sanitaria se podría ahorrar cada año con una mayor integración del análisis Big Data se unen las buenas perspectivas para los fabricantes de robots quirúrgicos. Para el año 2020, se prevé que las ventas casi se dupliquen alcanzando los 6.400 millones de dólares
Por último, el impacto en la industria automovilística como consecuencia del desarrollo de la conducción autónoma. En el año 2025 se prevé que el mercado global de vehículos sin conductor alcance los 39.000 millones de euros, con el reto de reducir más del 80% de los accidentes de tráfico gracias a los sistemas de comunicación que permiten compartir la información del tráfico. Ese año, además, el 90% de los altos ejecutivos cree que el vehículo eléctrico dominará el mercado lo cual lo cual explica por qué el fabricante automovilístico Tesla es la primera posición del Allianz Global Artificial Intelligence.
Casi el 80% de su cartera se concentra en el sector de tecnologías de la información con títulos como Micron Technology, Broadcom LTD, Yelp o el buscador chino Baidu. Con compañías de consumo discrecional como Amazon se completa más del 90% de una cartera muy concentrada con 54 posiciones actualmente y focalizada, desde un punto de vista geográfico, en EE.UU. El peso del continente asiático, en concreto de China, es bajo debido a que “todavía es pronto por la lenta adaptación de la IA en las compañías asiáticas, aunque creemos que aumentará en los próximos años”, explica el experto.
Respecto a las valoraciones y el debate sobre la existencia de una nueva burbuja tecnológica, Jacobi responde que “estas compañías todavía son capaces de pagar dividendos en efectivo a sus accionistas y sus múltiplos están a un buen nivel”. En su opinión la principal diferencia entre la burbuja de las puntocom de principios de siglo y el momento actual está en que “las compañías ahora ganan dinero y tienen buena salud financiera”.
El fondo, en cualquier caso, huye de posiciones fuertes en los grandes gigantes tecnológicos y apuesta por pequeñas y medianas empresas “que proporciona más oportunidades para los inversores tanto porque ven de forma más clara los beneficios de la IA como por la actividad corporativa que pueden protagonizar”. Su comportamiento desde que se lanzara en Japón en septiembre de 2016 no deja indiferente con una rentabilidad por encima del 23%.