De aquí a diez años, la foto de la industria del asesoramiento habrá cambiado completamente. En primer lugar, porque la desintermediación financiera es un proceso “imparable” y además porque la digitalización de la actividad dará un vuelco a las relaciones entre los asesores y sus clientes y también a la forma en que éstos tienen acceso a la información. En todo el mundo.
Desde su profundo conocimiento de la industria de gestión de activos y gestión patrimonial, Jaime Bolivar, director general de TechRules, está convencido de estas tendencias y por eso desde la compañía lanzaron el pasado septiembre una herramienta destinada a ayudar en los procesos de asesoramiento, llamada T-Advisor.
Una herramienta destinada a varios colectivos y con varias versiones. En primer lugar, a los inversores privados, porque T-Advisor les ayudará a realizar un seguimiento de su cartera de inversiones y tener toda la información sobre la rentabilidad y el riesgo, a través de Internet. Esta tendencia, ya desarrollada en Estados Unidos, se extenderá y ayudará a los inversores a tomar sus propias decisiones, fomentando la desintermediación bancaria. “En un mundo que camina hacia la digitalización del asesoramiento financiero, nosotros ofrecemos soluciones que permitan al inversor privado tener acceso al conocimiento, a la capacidad para gestionar o al menos para vigilar si su asesor está haciendo un buen trabajo”, explica Bolivar. De momento, la versión para el particular es gratuita.
En segundo lugar, T-Advisor va dirigido a los asesores independientes, profesionales del mundo del asesoramiento y EAFIs, con el objetivo de facilitarles su labor. De hecho, y frente a otras soluciones a un alto coste que no todos los asesores pueden permitirse, ofrece un precio variable, de 70 euros al año por cada cartera. Su versión incluye una solución que ayuda en las relaciones con los clientes (el CRM), de forma que el asesor puede perfilarlos y tener también módulos de carteras modelo, así como realizar un buen reporting de cada cartera. Además de permitir dar una buena información al cliente, también tiene un módulo que ayuda a cumplir con los requisitos regulatorios, recogiendo la información necesaria para enviar a la CNMV (en el caso de España) y cumplir así con MiFID. Aunque no cumple al 100% con la normativa, pues la herramienta tiene alcance global y no solo europeo, está diseñada de forma que sí cumple en los procesos más importantes y en un 95%, dice Bolivar. “Tiene un gran enfoque hacia las buenas prácticas en la gestión de patrimonios”, explica, de forma que si hay algún tipo de desviación del riesgo de la cartera, o si las comisiones que se pagan son más altas, alerta de ello de forma automática.
Y todo, realizando una cobertura de numerosos instrumentos financieros, tanto acciones, bonos o fondos de inversión y en un gran número de mercados (España, Alemania, México, Chile, Perú…). También están trabajando en mejorar la herramienta con un sistema que permita comparar fondos y sus comisiones, además de simular las comisiones anuales de una cartera y ofrecer alternativas mejoradas para reducir los costes.
La herramienta también busca ayudar a las EAFIs a ganar desarrollo y escalabilidad. “Las EAFIs están faltas de buenas herramientas y a costes atractivos”, explica, y de ahí que ya tenga varios clientes entre ellas. Y es que Bolivar confía en su desarrollo, y en su capacidad de captar clientes descontentos con los asesores no independientes. “Su crecimiento es imparable aunque cada una tendrá que buscar su modelo de negocio y rentabilidades. En un entorno donde los costes y los requisitos son altos, nosotros ayudamos con los patrones tecnológicos”, explica.
En su opinión, en vez de una concentración del sector, considera que surgirán más asesores independientes, de menor tamaño, y que abarcarán cada vez a más público. “Con herramientas como la nuestra, el proceso se industrializará. De esta forma, todo el mundo podrá tener su asesor financiero a un coste reducido”, afirma.
Otro tipo de cliente de T-Avisor son las universidades, que pueden usarlo como herramienta formativa de forma gratuita para que los alumnos se familiaricen con los instrumentos financieros y aprendan, pues son esas próximas generaciones las que serán tanto clientes como asesores financieros, y las que vivirán de pleno el asesoramiento digital. Un cuarto nicho de sus clientes está en las empresas, pues la herramienta puede ayudar a gestionar mejor su caja y aumentar sus rentabilidades.
El desarrollo a ambos lados del Atlántico
Aunque TechRules basa su crecimiento en potentes herramientas como Tower, destinadas a los grandes bancos y bancas privadas, y cuenta con presencia tanto en Europa como en Latinoamérica (en países como México, Chile, Perú, Colombia o Panamá, además del Benelux, Reino Unido, Alemania, España o Europa del Este), desde la entidad también buscan ganar el mayor posible de usuarios con T-Advisor en ambos continentes. Porque las necesidades “son globales, y en un 95% similares”, explica, si bien en Latinoamérica el tema de la digitalización del asesoramiento puede ser algo más lento que en España, ya que la penetración de Internet y la información sobre la industria de fondos es más pobre, si bien las distancias acabarán reduciéndose. En el caso de Latam, donde encuentra grandes clientes entre asesores y grandes bancos para su herramientas Tower, explica que los corredores de bolsa, de tamaño similar a las EAFIs en España, pueden interesarse por T-Advisor.
Para más información, consulten www.techrules.com