A pesar de que la crisis financiera ha afectado notablemente en las decisiones de ahorro e inversión de los hogares, el apetito inversor de los españoles está creciendo y ya se empieza a acercar a los niveles precrisis. Ejemplo de ello es que el peso de los fondos de inversión en la economía familiar tocó en 2016 máximos, representando el 13% de su ahorro financiero, la cifra más alta desde 2000, según datos de Inverco.
En un entorno de bajos tipos de interés en el que, a pesar de todo, el depósito sigue siendo el rey de los activos financieros de los españoles (42% del ahorro financiero), un análisis del perfil del inversor medio en España realizado por Rastreator.com, concluye que el 57,6% de los consumidores asegura valorar más la rentabilidad que puede obtener por su dinero frente al riesgo a asumir. Además, lo cierto es que los españoles todavía son recelosos a la hora de invertir. Esto es lo que se desprende del IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente realizado por la compañía, que muestra que, aunque el entorno actual esté cambiando la actitud de los ciudadanos frente a la inversión, la mayoría continua siendo muy conservadora en sus decisiones de ahorro.
Para Fernando Summers, CEO de Rastreator.com, “los depósitos han sido tradicionalmente el activo financiero preferido por las familias y cuatro de cada diez españoles creen actualmente que este producto es el mejor vehículo de ahorro posible para sus necesidades. Sin embargo, la baja remuneración de los depósitos en el contexto actual ha propiciado que muchos busquen alternativas más rentables donde colocar su dinero. En este punto, el paso previo de informarse atentamente y comparar todas las opciones posibles se hace indispensables para tomar una decisión óptima y responsable”.
Invertir o no invertir, cuestión de cantidades
El 41,5% de los españoles destina dinero a la inversión, motivado principalmente por la búsqueda de un mayor rendimiento para sus ahorros. No obstante, entre este segmento de la población, más de la mitad (55,6%) asegura que lo hace siempre en pequeñas cantidades, ya sea por la aversión a asumir riesgos o por las bajas rentabilidades que ofrece el mercado. Precisamente, según revela el estudio, los españoles apenas dedican de media un 6% de sus ingresos a la inversión.
El perfil de inversor medio en España correspondería, de acuerdo con las conclusiones de la encuesta, con un hombre, entre los 25 y 34 años, con estudios superiores y unos ingresos anuales por encima de los 30.000 euros. Además, Castilla y León y País Vasco son las comunidades con más inversores, siendo las únicas regiones donde más de la mitad de la población afirma dedicar dinero a la inversión.
En el lado contrario, casi seis de cada diez (58,5%) ciudadanos se declaran no inversores, aunque resulta destacable que, entre estos, hasta un 56,3% no se lo plantee porque no ingresa suficiente dinero. Del mismo modo, un 23,3% antepone criterios de liquidez y asegura que no invierte porque prefiere disponer de su dinero en cualquier por momento.
Por último, entre aquellos que no invierten, un 20,4% sostiene que la principal razón es que no está dispuesto a asumir ningún tipo de riesgo cuando se trata de su dinero. Summers concluye que “cuando de inversión se trata, no es posible obviar la vivienda, uno de los activos estrella de las familias durante décadas, Precisamente, tres de cada diez españoles aspiran a comprarse una casa porque la ven como una inversión segura”.