Las empresas familiares son uno de los motores de la economía de la Unión Europea, y a día de hoy generan entre el 40% y el 50% de empleos en el continente. Un estudio elaborado por Deutsche Bank y la Federación Europea de Empresa Familiar (EFB) estudia las características de estas compañías así como los aspectos que demandan de los políticos y del sector financiero.
Según Íñigo Errandonea, responsable de empresas y productos de rédito de Deutsche Bank España, “este estudio, realizado a partir de la opinión en profundidad de representantes de la empresa familiar, nos permite conocer mejor sus expectativas, sus especificidades y los retos que afrontan, y cómo podemos desde el sector financiero dar respuesta a todo ello”.
Así, de este trabajo se extraen los puntos más importantes que una empresa familiar debe tener presentes para ser exitosa cuando crece en dimensión y, en definitiva, a largo plazo:
- Planificar la sucesión. Uno de los aspectos que caracterizan a estas compañías es su carácter intergeneracional, pues la correcta transmisión de la empresa a la siguiente generación es sinónimo de visión a largo plazo y garantiza la continuación del negocio. Por este motivo, “requiere de una planificación temprana y una clara comprensión de las expectativas así como una visión de cada una de las generaciones. Descuidar esta faceta de las empresas familiares es un error que puede conllevar consecuencias graves en el futuro” comenta Íñigo Errandonea. También observa que las compañías familiares que se dotan de un consejo externo cuentan con la ventaja adicional de incorporar una visión experta y neutral, que les puede ayudar a, entre otros aspectos, planificar una correcta sucesión.
- Mantener el espíritu emprendedor. El emprendimiento es la base sobre la que se sustentan las empresas familiares y es ahí donde radica su origen. “El carácter emprendedor es intrínseco a las empresas de esta tipología y es una característica fundamental que debe conservarse a medida que la compañía aumenta de tamaño”, asegura Errandonea. Añade que “tener espíritu emprendedor se traduce en una cultura corporativa basada en los resultados y la confianza, y una estructura suficientemente ágil para adaptarse a los cambios y nuevas necesidades”. Una de las conclusiones que se han obtenido del estudio es la estabilidad de estas empresas en tiempos de crisis dado, entre otros aspectos, a su capacidad de adaptación.
- No retrasar la toma de decisiones. Por lo general, las empresas familiares suelen contar con una dirección eficiente y rápida en la toma de decisiones, ya que suele recaer sobre los miembros de la familia. Esta característica está estrechamente ligada al espíritu emprendedor. “En momentos clave, el hecho de tomar resoluciones rápidas y poder llevarlas a cabo de forma inmediata permite a estas empresas avanzar y adaptarse, imprescindible para el éxito a largo plazo. El crecimiento de la compañía debería diseñarse asegurando que se mantiene un sistema rápido de toma de decisiones”, afirma.
- Reinvertir los beneficios. Una de las características de las empresas familiares en Europa, según el estudio realizado por Deutsche Bank junto con la Federación Europea de Empresa Familiar, es que suelen reinvertir los beneficios en lugar de repartir dividendos. “Reinvertir en la propia empresa es lo que permite que una empresa familiar crezca. Los beneficios se destinan a nuevos proyectos, a innovación y digitalización, a formación del personal… todo ello imprescindible para seguir siendo competitivo. El crecimiento de la empresa, sobre todo en caso de que dé paso a capital externo, no debería suponer un cambio en las políticas de reinversión de beneficios”, argumenta Íñigo Errandonea.
- No aislarse. Las pymes familiares necesitan apoyarse en partners para crecer. Un tamaño pequeño y una estructura limitada no permiten afrontar con éxito proyectos importantes como la entrada a nuevos mercados, el lanzamiento de nuevas líneas de producto o apertura de una nueva fábrica si la empresa no está abierta a colaborar con otras empresas o entidades (asociaciones, organismos públicos, bancos, etc.). “La empresa familiar debe asegurarse ir de la mano de partners de nivel, que le sirvan además de sparring para mejorar”, afirma Íñigo Errandonea.
- Concebir a los bancos como partners. El papel de los bancos va mucho más allá que el de ser meros financiadores. Son, al fin y al cabo, compañeros de viaje. Su apoyo en el crecimiento y desarrollo del negocio de las empresas familiares es fundamental, por ello es indispensable que entiendan su modelo de negocio y estrategia para ganarse su confianza y remar en la misma dirección. Íñigo Errandonea afirma que “los bancos deben convertirse en socios expertos con los que compartir conocimientos en asuntos como la internacionalización, la exportación y la financiación”.