La tecnología y la inteligencia artificial (IA) cumplirá un importante papel en los próximos años en los departamentos fiscales de las organizaciones, las cuales permitirán eficacia en el cumplimiento tributario y mayor preparación para los desafíos financieros del futuro. Esta es una de las conclusiones que incluye la última edición del estudio Tax Reimagined 2023: Perspectivas de la C-suite elaborado por KPMG.
El informe detalla que la IA ya se está implementando al interior de las firmas encuestadas, con el fin de automatizar tareas rutinarias, identificar posibles riesgos tributarios o mejorar la planificación, entre otras tareas. De hecho, más de la mitad (59%) de los consultados aseguran ya estar utilizando este tipo de tecnología emergente para hacer que los flujos de trabajo sean más eficientes y reducir la presión sobre sus equipos. Mientras tanto, el 41% restante que aún no la utiliza, mostró estar interesado en aplicarla.
Juan Pablo Guerrero, socio líder de Tax & Legal de KPMG en Chile, comentó que “quienes lideran los departamentos fiscales saben que aprovechar el poder de los últimos avances tecnológicos brindará a las empresas más herramientas para analizar grandes volúmenes de datos con el fin de identificar patrones y tendencias que puedan ayudarlos a tomar decisiones más informadas” y agregó que “los líderes del área tributaria en las empresas reconocen que estas aplicaciones generativas son sólo el primer paso en la revolución de la IA: casi todos coinciden en que la implementación de ésta es vital y están dispuestos a apostar por ella cueste lo que cueste”.
Según el reporte, casi tres cuartas partes (70%) de los ejecutivos encuestados afirman que su organización planea invertir, al menos, un millón de dólares en capacidades de IA para su función fiscal en los próximos 12 meses. De ese total, un 40% detalla que tiene previsto invertir 10 millones de dólares o más.
Respecto a los desafíos que enfrentarán las compañías, se encuentra la relación entre la transparencia fiscal que los inversionistas están considerando para tomar decisiones informadas, basadas en sólidas prácticas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y el desempeño corporativo.
De acuerdo al estudio de KPMG, más de la mitad de los directivos admiten que su falta de preparación para revelar el total de sus contribuciones fiscales se basa principalmente en la complejidad de la recopilación de datos de todas las jurisdicciones. En tanto, el 33% dice que no tiene las capacidades tecnológicas necesarias para recopilar y comparar los datos. Además de no estar preparados, los ejecutivos mostraron preocupación por los riesgos a los que se enfrentan al dar a conocer ese hecho, al asegurar que existen dificultades para contratar nuevos talentos (42%) y para revelar información competitiva (40%).
“Los líderes empresariales están modificando la forma en la que reclutan a sus equipos, priorizando la búsqueda de tecnólogos y científicos de datos para ciertas partes de su organización”, puntualiza Guerrero.
Aunque todavía hay más líderes que prefieren buscar profesionales fiscales que puedan aprender de tecnología (54%), existe una visión contraria de encuestados, los cuales expresaron su disposición a contratar expertos en tecnología que adquieran conocimientos sobre impuestos (46%).