El año 2020 ha estado marcado por la crisis del coronavirus y su impacto en los mercados pero también por tendencias de negocio como el proceso de concentración bancaria en Europa y España, que tendrán consecuencias para las gestoras internacionales. “Sabemos desde hace tiempo que el sector financiero está en ese proceso y que cada vez habrá menos entidades que inviertan en nuestros fondos: esas entidades tendrán más capacidad de fijar precios y nos van a obligar a estar permanentemente buscando oportunidades de racionalización, algo que venimos haciendo en últimos años”, destacó Sebastián Velasco, director general de España & Portugal en Fidelity, en la comida de navidad celebrada hoy con prensa, este año de forma virtual.
Velasco también se refirió a otra tendencia importante: el auge de los mandatos, y a la posibilidad de que esto suponga un freno a la arquitectura abierta. “Cuando una entidad decide mandatar una categoría de activos lo que hace es deshacer sus inversiones con otras gestoras para concentrarlas en una y desde ese punto de vista es un paso en la dirección de la arquitectura guiada, pero los mandatos no están siendo la vía elegida de forma mayoritaria por los bancos”, indicó. “Son algunas entidades las que han optado por este enfoque, sobre todo las más grandes, pero probablemente no sea la vía idónea para todas para hacer llegar la mejor rentabilidad ajustada a riesgo a sus inversores”, señaló.
Velasco también hizo balance de la regulación, sobre todo MiFID II, y sus consecuencias en estos años de aplicación: “Para los distribuidores ha sido un tema antipático y engorroso; para las gestoras, ha sido una gran inversión, muy costoso y ha requerido muchos recursos pero si pensamos en el inversor, al final se ha visto enormemente favorecido por su implantación desde el punto de vista de la transparencia y los costes que finalmente se le trasladan. Todos los cambios que hay en nuestro sector que redundan en beneficio al inversor son buenos para nosotros”, añade.
Por su parte, Beatriz Rodríguez San Pedro, especialista de la oficina de Madrid para temas de sostenibilidad, destacó el beneficio para el inversor por el aspecto sostenible que se le está dando a MiFID II y que entrará en vigor el año que viene. “Esto complica la vida a asesores y gestoras para adaptarse pero al final evitará parte del greenwashing porque se categorizará todo”, explica. Así, será la Comisión Europea la que ayudará a categorizar si un fondo es verde o no. Y eso será clave.
Pensiones
A la hora de hablar de la última reforma que limitará los beneficios fiscales al contratar planes de pensiones individuales, Velasco ha sido muy crítico y rechazó que eso motive más inversiones en fondos de inversión, en lugar de en planes de pensiones: “El inversor ve estos vehículos como compartimentos estancos”, dijo. Vaticina un avance de las aportaciones en planes este año, para aprovechar los límites vigentes, pero una caída fuerte de las inversiones el año próximo.
“Estoy sorprendido de que la nueva ley de presupuestos incluya una norma que erosiona el ahorro a largo plazo. Aunque aún estamos pendientes de la definición del plan público de empleo que quiere hacer el gobierno, el resultado es que los españoles tendremos menos dinero ahorrado y eso, en un entorno en el que la esperanza de vida se alarga y la capacidad adquisitiva previsible de las pensiones públicas va a la baja, es una mala noticia”, apostilló.
Apuestas para 2021
De cara a 2021, y tras un 2020 marcado por la crisis del COVID-19 pero también por aspectos positivos como una mayor confianza en las instituciones europeas o un cierto retroceso de los populismos y su eficiencia a la hora de gestionar la crisis (a tenor del resultado de las últimas elecciones en EE.UU. y las municipales en Brasil y la pérdida de popularidad de Boris Johnson en Reino Unido), apuesta por una rebaja en la volatilidad. “Es poco probable que en 2021 veamos una volatilidad tan alta como en 2020 y ahora estará condicionada por tres factores: la efectividad en la distribución de las vacunas (el daño económico a corto plazo es inevitable pero la recuperación estará muy vinculada a la aceptación de las vacunas); lo que ocurra en EE.UU. con el control del senado (la política presupuestaria dependerá mucho de esto, pendientes de dos escaños en Georgia) y también de si tenemos o no inflación (hay mucho debate ahí y eso está muy vinculado al éxito en la distribución de las vacunas y la envergadura de las políticas fiscales que se apliquen en EE.UU. y China)”, explicó Velasco.
En Fidelity, para 2021, el consenso es que van a ser los emergentes y sobre todo los mercados asiáticos los que mejor se porten y eso tiene que ver con una mejor gestión de la pandemia que a su vez se apoya en sistemas políticos distintos de los que tenemos en Occidente, y en factores culturales diferentes y experiencia en la gestión del COVID en el pasado. Por sectores, la gestora infrapondera las petroleras y los bancos, sectores que se enfrentan a dificultades estructurales, y considera que la debilidad del dólar se va a mantener ante los estímulos monetarios de la Fed, que seguirán en 2021. “Si hay un año en el que será importante ser ágil y estar diversificados, va a ser justamente 2021”, dijo Velasco.
El responsable de la gestora en España valoró muy positivamente la “gran madurez” mostrada por el inversor español en momentos de fuertes caídas de mercado –sobre todo en primavera-: “Los reembolsos que vimos sugieren que es consciente del riesgo que asume y entiende que los mercados llevan asociados episodios de volatilidad por coyunturas económicas, políticas o ahora, la crisis sanitaria”, dijo.
La apuesta por la ESG
Sobre el tema protagonista del año, la ESG, Rodríguez San Pedro habló de su urgencia, algo que este año se ha puesto de manifiesto. “La gobernanza ha sido clave en el año de la pandemia”, dijo, un año en el que “el aspecto social ha hecho ver que ya no solo hay que centrarse en el accionista sino en todas las partes del negocio (proveedores, etc)”.
La experta explicó un sistema de análisis que se basa en cinco pilares en Fidelity: el análisis de inversión, con cientos de gestores y analistas repartidos por todo el mundo que cuentan con la formación proporcionada por 13 analistas dedicados a formarlos; la creación de un rating propio; la incorporación del análisis de la trayectoria de las entidades (para valorar si las compañías están mejorando o no, y de esta forma tener en cuenta el largo plazo); un diálogo activo o engagement, para cubrir temas como mitigación de cambio climático; y también la colaboración: “No nos quedamos en analizar las empresas sino también colaboramos con entidades globales y locales para trasladar el mensaje de la importancia de la sostenibilidad”, explicó. Y combaten el greenwashing mediante este análisis y la información.
Porque no se trata de un tema moral o ético sino también rentable, según un estudio de la gestora. “Durante todos los meses de este año, las compañías con mejores ratings se han comportado mejor que las de peor rating en sostenibilidad. La diferencia entre los mejores y los peores en el año es de un 17%. Las firmas de mejor rating tienen menor beta de mercado, son menos volátiles y tienen un factor de calidad muy alto: ser sostenible es rentable. Queda mucho por hacer pero estamos en ese proceso”, indicó.
La gestora integra esta filosofía en sus soluciones sostenibles: todos sus fondos integran el análisis ESG pero cuenta con 8 estrategias sostenibles puras, tanto best in class como temáticas y de impacto. Su último pilar es ser ejemplo con sostenibilidad corporativa: “Nos hemos comprometido a ser neutrales en carbono en 2040” y, también de forma más personal, explicó.
Rodríguez San Pedro destacó además una iniciativa más allá de la inversión: su compromiso con el personal marítimo que no ha podido atracar en sus puertos de destino en la pandemia, un problema político y de derechos humanos. “Hemos creado una iniciativa para trasladarla a la ONU y que se dé una solución”.