Santander Chile colocó su primer bono verde bajo su ESG Framework incorporando criterios ESG (Environmental, Social y Governance, por sus siglas en inglés), enfocándose en el producto hipotecario verde.
El instrumento se colocó de forma privada a un inversionista japonés con la asesoría de Daiwa Securities Capital
Markets, por un monto de JPY 8.000 millones, equivalente a 53 millones de dólares, a un plazo de dos años y con una tasa de 0,845%.
El objetivo de la transacción es refinanciar o financiar nuevas operaciones de hipotecas verde, un producto entregado por el Banco para la compra de viviendas, basadas en certificaciones de eficiencia energética existentes en la industria, y que beneficia a los clientes con una tasa preferencial. Este es el primer bono verde con uso de fondos para hipotecas verdes del país.
Esta cartera tiene un tamaño aproximado de 86.000 millones de pesos chilenos y se espera que siga creciendo durante los próximos años en la medida que existan también más unidades que cuenten con certificación de eficiencia energética.
Actualmente existen 58 proyectos inmobiliarios que tienen certificaciones ambientales que cumplen con los requisitos establecidos en el ESG Framework. La mayoría de estos proyectos tienen la certificación CEV, impulsada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, entre A+ y B.
Adicionalmente, Santander realiza un aporte a las ONG que buscan conservar la biodiversidad de ecosistemas chilenos que son parte del programa Huella. De esta manera, el producto se alinea con el propósito de ayudar a los clientes a transitar hacia una
economía más verde y apoyar la protección de la biodiversidad del país.
Para Román Blanco, gerente general y country head de Santander, “buscar formas concretas que aporten a la lucha contra el cambio climático es uno de los grandes objetivos de Santander. Es un compromiso global que nos caracteriza, conscientes de que debemos seguir avanzando para una gestión cada vez más responsable de nuestro negocio, en armonía con la protección de nuestro planeta y con el desarrollo sostenible de las comunidades donde estamos presentes”.
El ejecutivo sostuvo además que “el interés demostrado por los inversionistas refleja que este tipo de alternativas son cada vez más demandados, por lo que esperamos que sea un instrumento que se siga expandiendo tanto a nivel local como internacional”.
Por su parte, Soledad Ramírez, gerente de la Oficina de Finanzas Sostenibles y Cambio Climático de Santander, señaló que “transitar por el camino de la banca responsable implica ser innovadores y exigentes a la hora de encontrar nuevas formas de financiamiento que contribuyan en la transición hacia una economía más verde. En ese contexto, contar con un ESG Framework nos entrega los criterios necesarios que debemos considerar para este tipo de operaciones”.