Que la robótica y la inteligencia artificial deben verse como una tendencia de inversión a largo plazo está descontado. Su atractivo se basa no sólo en el envejecimiento de la población sino también en el impulso del crecimiento económico a través del aumento de la productividad, la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico.
Durante la última edición del Global Robot Expo, Karen Kharmandarian, gestor de Pictet Robotics, “nos encontramos ya ante una tercera generación de robots que cuenta con capacidad de interacción mediante procesos cognitivos”. La primera se limitaba a fábricas y estaba muy orientada a tareas peligrosas, difíciles o sucias y la segunda empezó en los años 2000 con sistemas con capacidad de identificación, segmentación y localización. “Esta evolución se ejemplifica con los robots de la alemana Kuka. En 35 años desde 1980 sus costes de producción se han reducido un 20%, pesan un 50% menos, tienen un 20% menos de piezas, su ensamblaje se hace en un 15% menos de tiempo, con un mantenimiento un 30% inferior al que era y resultados tres veces mayores”, explica.
Crecimiento anual de 36% hasta 2020
Según las proyecciones de Boston Consulting Group los precios pueden caer más de un 20% durante la próxima década y la productividad aumentar un 5% cada año gracias a robots más inteligentes, seguros y eficientes. Su crecimiento anual puede ser del 36,3% hasta 2020, especialmente en sectores no industriales de logística, agricultura, salud, transporte, entretenimiento y juego, con rápida adopción en pequeñas y medianas compañías. Actualmente la mayor densidad de su uso se da en Corea del Sur, Japón, Alemania y EEUU, con un elevado potencial en el resto de Europa y Asia, especialmente en China. Como señala el experto, “la tendencia a la fabricación local es un elemento positivo a largo plazo”.
Kharmandarian confía, además, en que el giro sectorial agresivo que hemos visto tras las elecciones en EE.UU. se revierta en los próximos meses a medida que el mercado se centre otra vez en fundamentales y valoración en la selección de acciones.
La gestión activa es necesaria para identificar ganadores
En su opinión, la gestión activa es necesaria para identificar ganadores en este sector, pues la innovación tecnológica es muy cambiante y las estrategias se mueven con mucha rapidez. “La idea es contar con entre 40 y 60 acciones, con suficiente diversificación para mitigar el riesgo en una compañía, pero con la suficiente concentración como para reflejar nuestra alta convicción en la temática”, afirma.
El fondo Pictet Robotics mantiene la mitad de su exposición a compañías de pequeña y mediana capitalización, teniendo en cuenta su liquidez y volatilidad a la hora de determinar el peso de cada una. “Además, incluimos grupos diversificados como ABB y Siemens AG, que destacan en automatización industrial o la japonesa FANUC, de los mayores productores mundiales, con significativa exposición a China”. La mitad tienen sede en EE.UU., mientras un 25% en Europa y Asia -donde Japón representa el 20%, seguido de Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong-. Las diez primeras posiciones representan aproximadamente un tercio de la cartera.
Kharmandarian se muestra, sin embargo, precavido respecto a la tecnología en impresión 3D. “Facilita diseñar de forma más rápida y barata y ya se utiliza para repuestos en motores de aviación e incluso piel artificial. El problema es qué tecnología va a desarrollarse y qué compañías lo van hacer mejor. Algunas tienen debilidades financieras mientras los tradicionales como Canon o Epson cuentan con financiación y distribución”. Otro segmento difícil, en su opinión, es el de vehículos autónomos y drones comerciales, “pues los requisitos de pureza excluyen a grandes fabricantes de componentes como Delphi en EE.UU. y Denso en Japón mientras la israelí Mobileye ya es líder en algoritmos para cámaras y mapas en tiempo real”.
Por otra parte, el experto señala que a pesar del interés mediático hay pocas oportunidades en robots personales, pues las aplicaciones comerciales aún no están disponibles. Puesto marcha en octubre de 2015, el fondo Pictet Robotics gestiona 2.455 millones de dólares y su rentabilidad desde entonces es del 21,19% con un horizonte de inversión de al menos cinco años.