El concepto de value investing o inversión en valor, que tan de moda se ha puesto en los últimos años, radica en la inversión en compañías infravaloradas por el mercado a la espera de que recuperen su valor intrínseco en el medio plazo. El fondo Amundi European Equity pretende ir más allá de este concepto tradicional y, en este sentido, se reconocen “contrarian”. “Intentamos seleccionar compañías con ingresos sostenibles en el tiempo y no nos importa tanto el valor relativo, medido por el PER, como el valor intrínseco del negocio así como el margen de seguridad que ofrece”, explica Roberto Campani, cogestor del fondo durante un encuentro con periodistas en Madrid.
Campani explica su concepto de inversión value como la suma de las tres fuentes de valor que buscan en las compañías en las que invierten: las inversiones que la compañía ya ha realizado, el valor de los beneficios futuros del negocio actual y la expectativa de inversiones futuras. “Buscamos la posibilidad de comprar compañías con descuento, compañías de calidad sin tener que pagar una prima. Podemos invertir en compañías cíclicas sin un margen de seguridad alto, compañías de crecimiento por debajo de su precio”, explica.
Esto se traduce en que en la composición de la cartera del Amundi European Equity Value solo el 35% corresponde a compañías value tradicionales con un alto margen de seguridad del 30%. El otro 65% de la cartera se compone de “empresas de calidad, con beneficios constantes a las que exigimos un margen de seguridad inferior, del 20%”, defiende Campani.
De este forma, los gestores del fondo, Andreas Wosol y el propio Campani, buscan resultados a largo plazo. “A 5 años es donde podemos obtener un Alfa más alto y batir a MSCI Europe Value, nuestro índice de referencia”. Y así ha sido en el último lustro, cuando ha obtenido una rentabilidad anualizada del 11,2%, un 3,7 punto por encima del índice.
A pesar de mantener un enfoque bottom up, en 2016 dos eventos políticos de gran magnitud como el Brexit y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, hicieron sufrir al fondo por su exposición al sector financiero estadounidense. Eso sí esto no ha evitado que actualmente el sector financiero suponga el 25% de la cartera con el banco italiano Intesa San Paolo como la posición más importante. “En Italia hay potenciales oportunidades, pero de momento los asuntos políticos nos mantienen a la espera y tenemos solo exposición a bancos domésticos. Puede pasar como con Trump, muy agresivo en campaña y mucho menos en la negociación”, argumenta.
El resultado del proceso de stock picking les ha llevado a tener una exposición del 12% al sector energético con las petrolera Total y Royal Dutch Shell como segunda y tercera posiciones más importantes del portfolio. De hecho, del mercado español invierten en Repsol y están analizando Iberdrola. “Esperamos un petróleo en una horquilla de 60-70 dólares por período largo”
Desde un punto de vista geográfico, la mayor exposición es a Francia (30%) seguida de Reino Unido y el mercado holandés con un 18%. “Somos positivos en compañías value europeas porque los resultados han sido buenos el año pasado y hemos encontrado confirmación en el cuarto trimestre. Hay riesgos, como que estamos en la parte final del ciclo, pero llevamos años en la parte final del ciclo”, concluye.