La inversión temática ha llegado para quedarse y está evolucionando positivamente, impulsada también por la pandemia. Esta es una de las conclusiones del evento Temáticas de inversión con futuro que no pueden faltar en las carteras, organizado por ABC y Funds Society como cuarto evento en el marco de sus Foros Live! y celebrado ayer de forma digital.
La tendencia viene creciendo en los últimos tiempos, tanto en patrimonio como en flujos y en demanda de los clientes: “Cada vez hay más interés y comprensión de en qué consiste la inversión temática frente a la inversión sectorial o geográfica. Actualmente tenemos más de 5.000 millones de euros invertidos en megatendencias o temáticas y si hasta hace poco esta estrategia estaba muy dirigida al inversor minorista, últimamente vemos que los inversores institucionales (grandes fondos soberanos, fondos de pensiones o aseguradoras) están empezando a incorporar los activos temáticos dentro de sus distribuciones estratégicas de activos”, explica Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA Investment Managers para España y Portugal.
“Esto es clave porque están entendiendo el activo y los factores que lo diferencian frente a otro tipo de inversiones”, dice. Además, la rentabilidad de estos vehículos, destaca, está siento también positiva: en lo que va de año sus fondos temáticos acumulan retornos de doble dígito.
“Estamos notando interés por parte de los inversores”, coincide Sasha Evers, director general de BNY Mellon Investment Management en Iberia y América Latina. “Los fondos temáticos constituyen un universo muy amplio: suelen ser fondos globales porque las tendencias son globales, y sobre todo están en renta variable”, explica, sobre sus características.
Acompañando el cambio social y tecnológico
Y es que cada vez hay más conciencia de que invertir de forma geográfica tiene menos sentido frente a la inversión temática: las compañías son globales o están inmersas en varios sectores y esto tiene que ver con dos grandes cambios que afrontamos, la tecnología y la demografía, que están provocando que las firmas tengan que ajustar sus modelos de negocio para poder responder a las nuevas demandas de una población más mayor y, por otra parte, a todo lo que suponen los grandes avances tecnológicos. “El cambio en el modelo de negocio de las compañías nos hace buscarlas de forma diferente y esto es lo bonito de la inversión temática”, dice Barros de Lis.
Incluso desde las instituciones apoyan este concepto de inversión. Por ejemplo, la asociación de fondos europea, Efama, ha incorporado recientemente en su clasificación el concepto de temáticos dentro de los fondos de renta variable. “Comparando un fondo con otro se ve que las gestoras interpretan un mismo tema de forma diferente y tienen exposiciones distintas en las carteras”, advierte Evers. Pero cree que la nueva clasificación de Efama corresponde y tiene que ver con el hecho de que la sociedad está cambiando con una rapidez tan marcada que la idea de la inversión temática tiene mucho sentido: “Se trata de identificar cambios y anticiparlos, que en eso consiste el arte de la inversión: entrar en esos temas de forma temprana y tener el viento a favor”, añade.
Incorporando cambios en la gestión
Este concepto de inversión temática se materializa sobre todo en renta variable. “Nuestros gestores de Framlington -el nombre que recibe nuestro equipo de gestión de renta variable que hace una gestión fundamental activa- han cambiado la forma en la que estaban estructurados sus analistas y han pasado de tener una separación por sectores a una separación por grandes temas”, explica Barros de Lis. Por ejemplo, en tecnología ya no solo hablan de ese tema, sino que hay analistas enfocados a la robótica, a la economía digital, al consumidor conectado… O los que antes cubrían automoción, reciben parte de su input de los analistas tecnológicos. “Hay una gran transversalidad: hay que compartir información y ver las compañías desde distintos ángulos”, dicen en AXA IM.
En BNY Mellon IM también han adaptado su manera de trabajar a esta nueva realidad. Su modelo es multiboutique, y cuentan con dos gestoras especializadas o más enfocadas a la inversión temática (Newton y Mellon). “Decir que la inversión temática es nueva no es cierto. Newton empezó en los años 70 y fueron los fundadores de la inversión temática global (centrándose en temas de inversión y seleccionando acciones dentro de esos grandes temas), pero la inversión temática ha pasado de ser una parte del proceso de inversión a tener fondos dedicados a estos temas únicamente. También se puede gestionar un fondo global de bolsa identificando temáticas. Hay muchas formas de aprovechar esta tendencia, de forma tradicional o dedicada. Lo que es clave es la identificación de las acciones y su relación con respecto al tema, y luego hacer la selección”, explica Evers.
Las grandes megatendencias
De todos los temas identificados por Efama (12 en total), AXA IM se queda con cinco para que sean invertibles, porque a veces se encuentran con un universo muy estrecho y pocas compañías para seleccionar, y evitarlo es clave. “Para nosotros es importante que sean firmas con buenos fundamentales y posibilidades de crecimiento, y también es clave tener un número suficiente de compañías para evitar un riesgo de no diversificación a la hora de elegir las temáticas”, explica Barros de Lis.
En la gestora, han encontrado cinco temáticas que están muy ligadas a los motores del envejecimiento de la población y la tecnología: el consumidor conectado (la economía digital, una temática que en este año con el coronavirus ha demostrado que está muy de actualidad); la economía limpia (aquí entran los temas de sostenibilidad, agua, agricultura, energía limpia…); la automatización (toda la robótica); envejecimiento de la población y estilos de vida (todo lo conectado con la longevidad); y sociedades en transición (relacionado con el crecimiento de las clases medias en los mercados emergentes).
Para Evers, las temáticas más relevantes por el tipo de fondos lanzados por la gestora son el tema de la revolución que viene en movilidad, los activos digitales (blockchain y transición digital) y la temática de la tierra (todo lo relacionado con el medio ambiente y la búsqueda de empresas con efectos positivos en el mismo). El responsable de la gestora también destaca el tema de dividendos como relevante, pero no como algo nuevo.
Impulso por el COVID-19
Barros de Lis destaca también, fortalecidas por el COVID-19, algunas temáticas como la economía digital: “Todo lo relacionado con la economía digital se ha acelerado este año. También otras como la robótica. Lo importante es que son temas para buscar firmas que vayan a ofrecer mayor crecimiento que el mercado a largo plazo, más allá de una década. Si no, no estaríamos hablando de temáticas”, añade.
“Si ves temas tácticos no tiene sentido, hay que buscar tendencias a largo plazo, entrando temprano en el tema y esperando años a que el tema evolucione”, coincide Evers. “Todo lo relacionado con lo digital ha pegado un salto importantísimo con la pandemia, el 5G supone un salto tremendo en la digitalización. El otro es el medio ambiente: hay una percepción clara de que el COVID-19 está ligado al deterioro del medio ambiente y se ha visto una mayor sensibilidad”, añade. Ahora, recuerda, habrá un plan en EE.UU. y Europa de impulso a la energía verde, impulsado también por esta situación.
Movilidad: la apuesta de BNY Mellon IM
La movilidad es una de las grandes tendencias destacadas por BNY Mellon IM. Dentro de esta tendencia, destaca Evers, lo primero es la electrificación, la demanda de coches eléctricos o la innovación en baterías: “Vemos una creciente demanda de coches eléctricos ligados a incentivos de gobiernos a nivel global y avances en la reducción de costes en las baterías y queremos aprovechar estas tendencias en el fondo BNY Mellon Mobility Innovation”.
Otra tendencia, dice, es la autoconducción, el self driving: “Los robots conducirán los coches. Aún no los vemos en la carretera, estamos en la fase 3 de 5 (que sería la plena conducción autónoma) pero todos los avances tecnológicos en este campo se están aplicando a los coches eléctricos y tradicionales)”, dice. El tercer tema destacado es la conectividad: “Para que haya coches autónomos necesitan infraestructura para conectarse con otros coches, 5G… y eso va un poco en paralelo”, destaca el experto. Otro tema clave es el share driving: todos esos temas llevarán en su conjunto a medio y largo plazo a una auténtica revolución en la movilidad.
La tendencia es clara, pero según Evers, la clave es ver, de todas las empresas que juegan estos temas, quiénes van a ser los ganadores. “Tenemos identificadas firmas manufactureras que pueden ser ganadoras, pero hay más visibilidad en temas de semiconductores en los coches o en la conectividad”, explica. De hecho, el fondo no solo se posiciona en firmas manufactureras, sino en otras muy relacionadas con la infraestructura que dará forma a la revolución digital: “El 5G, la nube… necesita la construcción de torres pequeñas y el coche autónomo va a recibir información de esa infraestructura para guiarse. El tema de las infraestructuras va ligado a todo el proyecto del 5G. En los coches eléctricos, serán clave los puntos de recarga, o los semiconductores, que van a ligar los vehículos con el 5G”. Un 23% de la cartera del fondo está invertida de hecho en semiconductores.
Sobre el sistema de inversión, en BNY Mellon IM primero combinan el análisis top down o macro y luego aplican el bottom up: “Para nosotros son clave las valoraciones (siempre tenemos un objetivo de precio al comprar una acción) y tenemos especialistas en los diferentes temas para vigilarlo. La especialización con los analistas es un punto clave, pero también el precio que pagas y el objetivo de precio que tienes en mente”, añade.
Sobre las ventajas y los riesgos, Evers destaca que ahora se puede invertir en acciones que están en la fase inicial de la revolución de la movilidad: “No vamos a volver al vehículo tradicional, es inevitable que vamos hacia coches autónomos”. Eso sí, el riesgo es que en la gestora no identifiquen las acciones más adecuadas: “La temática está ahí y es segura; el riesgo está más en la parte de selección”, asegura Evers.
Los temas de AXA IM
Desde AXA IM destacan el concepto de economía en evolución, la forma en que nombran el conjunto de grandes temáticas donde ven concentrado el crecimiento en el futuro: “Se trata, como inversores, de buscar las compañías con más posibilidades de crecer, ser rentables y dar buenos retornos. Estas tendencias deben tener unas características: tienen que tener una capacidad de generar crecimiento, encontrarse en las primeras fases del crecimiento (si nos vamos a la biotecnología, no sería para nosotros un tema porque lleva mucho tiempo como sector de inversión y es muy maduro) y cada temática ha de venir representada por varios sectores y zonas geográficas (la biotecnología no lo es porque falta el componente sectorial), y tiene que presentar oportunidades a largo plazo realmente, algo que permita entrar pronto, dejar madurar y obtener resultados a largo plazo.
Destacan cinco temas: el primero, el consumidor conectado, aprovechando que aún está en una primera fase: “Solo un 10% de las transacciones en el mundo se hacen de forma digital, es un tema que está empezando y creciendo a fuerte ritmo”, dice Barros de Lis. En segundo lugar, las tecnologías limpias, que abarca muchas compañías y subsectores, y ahí entraría lo que representa la inversión responsable y sostenible: “Se espera que las tecnologías limpias supongan este año 1.300 billones de dólares en todo el mundo, lo que supone un gran universo de inversión”. En tercer lugar, la automatización o robótica, una tendencia que está ya creciendo al 10% y que se espera que en los próximos cinco años crezca a ritmos de entre un 10% y un 15% anualmente: “Eso es crecimiento y eso buscamos”, dice la experta.
En cuarto lugar, el envejecimiento de la población y estilos de vida: “Tiene que ver con que la población de más de 60 años crecerá cinco veces más rápido que los de menos de 60 años. Y ahí hay patrones de demanda y consumo claves que suponen oportunidades de inversión”, dice Barros de Lis. El último, las sociedades en transición, tiene que ver con el boom de las clases medias en determinados países a las puertas de ser economías desarrolladas.
En base a todos estos temas en AXA IM tienen varios fondos y un fondo adicional que es un compendio de todos los demás: “Hemos hecho un fondo que engloba todos los temas y se gestiona de forma activa para infra o sobreponderar tendencias que gustan más o menos”, explica.
Pero para seleccionar las firmas, hay que tener un gran rigor para categorizar a una empresa dentro de una temática. Algunas derivan una parte pequeña de su negocio a sectores como la tecnología, por ejemplo, o son grandes firmas que están reinventándose y solo acercándose a la nueva realidad. “Hemos acuñado el criterio “pureza” para ver la parte de los beneficios de una compañía que derivan de ese tema y así hablamos de compañías de pureza alta, media y baja (aquella que deriva un porcentaje inferior al 10% de sus beneficios de una temática). La idea es que el 70% de las carteras estén en compañías que tienen más de un 10% de sus beneficios generándose en estas temáticas”, dice.
Sobre la seguridad de la inversión, Barros de Lis recuerda que se trata de renta variable y no se puede escapar a la volatilidad, pero como inversión a largo plazo, hay oportunidades para obtener rentabilidades interesantes. “Al tratarse de temáticas, hablamos de que en un mismo fondo y tema nos aproximamos hacia una inversión multisectorial y esa diversificación nos puede ofrecer una forma menos cíclica de aproximarnos a la renta variable y disminuir algo la volatilidad o navegar estos tiempos más inciertos de una forma un poco menos turbulenta”, aclara, en positivo. Sobre si es un buen momento de entrada, la respuesta es que es una inversión a largo plazo y acertar el momento para entrar es muy complicado, así que lo más adecuado es planteárselo como una inversión a muy largo plazo.
El impacto de las elecciones en EE.UU.
Temas como el envejecimiento de la población están separados de la política y las elecciones en EE.UU. no supondrán inputs importantes, dice AXA IM. Pero el evento sí podría tener efectos en otras temáticas: “Si ganan los demócratas habrá más gasto en infraestructuras y eso favorecerá a ese tema”, dice Evers, si uno invierte de forma más táctica.