La oferta de fondos de inversión por parte de las sociedades gestoras españolas continuó reduciéndose el año pasado como consecuencia del proceso de racionalización llevado a cabo desde 2013, aunque de forma más moderada que en años anteriores. Así, el número de fondos españoles a finales de 2019 era de 1.710, es decir, 15 menos que al cierre de 2018 mientras entre 2013 y 2016 el número de fondos disminuyó en cerca de 450. Son datos que ofrece la CNMV en su último boletín trimestral.
El mayor retroceso, en línea con la evolución negativa de los últimos años, se produjo en los fondos de gestión pasiva, con 39 fondos menos, seguidos por los fondos de retorno absoluto, con una reducción de 15. En cambio, los fondos de renta variable internacional, que ya habían aumentado en 2018 con 25 fondos más, mostraron un nuevo crecimiento en 2019 con 27 instituciones.
Crecimiento en número de gestoras
Sin embargo, el número de gestoras siguió creciendo, pues las concentraciones que están produciendo en la industria fueron compensadas con el nacimiento de nuevos proyectos: así, al cierre de 2019 había un total de 123 sociedades gestoras de IICs registradas en la CNMV, cuatro más que al cierre de 2018, después de las siete altas y tres bajas producidas a lo largo del año. “Esta tendencia al alza, iniciada en 2016, deja atrás el proceso de reestructuración del sector, durante el cual se redujo notablemente el número de gestoras que operaban en España”, dicen en la CNMV. De esta manera se han recuperado las cifras previas a la mencionada reestructuración.
El patrimonio gestionado por estas sociedades cerró 2019 con un crecimiento del 7,5%, hasta situarse ligeramente por encima de los 312.000 millones de euros, después de un año en el que se había interrumpido la tendencia expansiva iniciada en 2013. Más del 90% de este aumento tuvo su origen en el segmento de los fondos de inversión mobiliarios, cuyo patrimonio avanzó especialmente por la revalorización de su cartera de inversiones.
Por su parte, el grado de concentración del sector continuó siendo elevado en 2019: las tres mayores gestoras mantenían una cuota conjunta del 42% del patrimonio total, una cifra similar a la de ejercicios anteriores.
Contracción de los beneficios
A pesar del incremento del patrimonio gestionado por estas instituciones, sus beneficios agregados antes de impuestos se contrajeron un 13,1% con respecto a 2018, hasta los 976,4 millones de euros. Este retroceso, no obstante, se explica por un aumento puntual en las comisiones de una sola entidad en 2018, concretamente en lo referente a la gestión de carteras, que dio lugar a un aumento muy elevado de los beneficios agregados totales. Si descontamos las cifras de esta entidad, los beneficios habrían crecido un 2,3% y si comparamos el beneficio agregado de todas las entidades entre 2019 y 2017, se observa un aumento del 28,5%.
Las comisiones netas se redujeron un 8,6% respecto a 2018, hasta los 1.557 millones de euros, como consecuencia de una disminución de las comisiones satisfechas (-3%) menor que la bajada de las comisiones percibidas (-6%). No obstante, esta última cifra se ve influenciada por el aumento de las comisiones por gestión de carteras de 2018. De esta forma, si se excluyen dichas comisiones del análisis, se puede observar que las comisiones percibidas se mantuvieron en 2019 prácticamente constantes, con un crecimiento del 0,6%. Esto fue consecuencia, sobre todo, de la estabilidad que presentan las comisiones por gestión de IICs, que son, con diferencia, las más cuantiosas, al suponer cerca del 88% del total de las comisiones percibidas por las gestoras (el 83% en 2018). Estas comisiones experimentaron un ligero descenso del 0,4%, hasta los 2.638 millones de euros, mientras que el año anterior habían crecido un leve 0,1%.
Alcanzaron un importe total equivalente al 0,85% del patrimonio, por debajo del 0,91 % de finales de 2018, debido posiblemente a la recomposición del patrimonio de los fondos de inversión hacia categorías como la renta fija, que, en general, lleva asociadas unas comisiones menos elevadas que otras categorías con mayores niveles de riesgo.
A pesar de la reducción de los beneficios, se produjo un ligero aumento de la rentabilidad agregada sobre fondos propios (ROE) desde 115,4 a finales de 2018 hasta 120,6 en 2019, a la vez que el número de sociedades en pérdidas disminuyó de 26 a 21 y el volumen de dichas pérdidas pasó de 12,3 millones a 7,8 millones.