En su últipo post, Martín Huete apunta a la posibilidad de que BME estuviera estudiando incorporar a su plataforma de contratación los fondos de inversión, algo que supondría una auténtica revolución para la comercialización de este tipo de vehículos. Fuentes consultadas por Funds Society en BME no hacen comentarios sobre el tema, pero los rumores se extienden.
“Parece ser que esta vez va en serio, BME tiene muy avanzado un estudio para incorporar a su plataforma de contratación todos los fondos de inversión registrados y traspasables que hay en España”, dice Huete. “Realidad o ficción, sería una magnífica noticia su puesta en práctica para los que creemos que es posible otro modelo en el mundo de los fondos de inversión, aparte de ser también, si se confirma, una gran noticia para sus accionistas, al poder suponer una nueva fuente de negocio e ingresos para BME”. “Yo confío en que los directivos de BME saquen adelante el proyecto (tal y como ya sucede en Italia). Las posibilidades de negocio son enormes y las ventajas para el inversor en fondos tan grandes que sería una pena que se dejasen convencer para lo contrario”, añade.
Huete analiza, en el caso de que los fondos de inversión se pudiesen comprar y vender en Bolsa como un activo más, como una acción, como un ETF, las diez implicaciones que tendría este hecho en el mercado. Aquí reproducimos esas implicaciones. Esto es lo que dice Huete:
1.- Se podría acabar el actual corralito bancario en fondos. Todos los fondos estarían a disposición de cualquier inversor en cualquier sucursal. Tendré la posibilidad de comprar o vender fondos de la gestora de BBVA en una sucursal del Santander o viceversa. Podré comprar cualquiera de los 24.440 fondos (incluidas en esta cifra las diferentes clases de acciones) que hay registrados en España, al igual que ahora puedo comprar cualquier valor o ETF en cualquier sucursal. Podré comprar el fondo de una pequeña boutique independiente en mi sucursal y banco de toda la vida o en cualquier intermediario financiero autorizado para ello.
2.- Los inversores podrán comprar, vender, traspasar fondos a través de cualquier intermediario financiero habilitado para operar en bolsa. La libertad de decidir y de invertir en fondos será auténtica. El poder pasará a manos del inversor y no estará en manos del distribuidor. El cliente exigirá a su intermediario financiero los fondos que quiere, al igual que ahora puede decidir en que valores de bolsa invierte.
3.- Facilidad técnica, ya que actualmente todos los fondos están en un mismo “canuto”, el SNCE (Sistema Nacional de Compensación Electrónica), de hecho es bajo este sistema donde ya funciona la posibilidad de hacer los actuales traspasos entre todos los fondos traspasables. Así, se podrán comprar o vender cualquier fondo desde cualquier terminal adherida al sistema no limitándose la operativa al actual traspaso entre fondos. Además, ya desde BME se canaliza la obtención de los valores liquidativos de todos los fondos.
4.- Espaldarazo definitivo para la auténtica gestión de activos, aportar valor, hacer las cosas bien, batir a tu índice, mantener el riesgo donde decías, pasarán a primer plano. El cliente cautivo y los fondos sin valor ya no tendrán razón de ser.
5.- El Marketing con Mayúsculas y el posicionamiento digital también pasarán a ser de vital importancia para todos los intervinientes en la industria.
6.- Los bancos tendrán que revisar su estrategia y seguramente tendrán que darse cuenta de que su futuro en fondos pasa por fortalecer y dar valor a su gestora dejándoles de considerar un departamento más al servicio de la red. Pasarán a cobrar por intermediar las operaciones de sus clientes en fondos y tendrán que ir abandonando el actual paradigma de colocar solo los fondos que interesan a las redes. También deberán decidir si asesoran de verdad y si deciden cobrar por ello.
7.- Las actuales plataformas de fondos tendrán que competir con comisiones más bajas y/o añadiendo servicios de mayor valor añadido.
8.- Las gestoras internacionales tendrán que revisar su estrategia de comercialización y posicionamiento; así engordar “las retros” para los distribuidores y el llegar a acuerdos de comercialización dejarán de tener la importancia vital que tienen ahora. Tendrán que llegar al inversor final y a sus asesores.
9.- El asesoramiento en fondos, ya sea digital o tradicional, cobrará una extraordinaria importancia. Webs, plataformas, agentes, distribuidores, gestoras, agencias y sociedades de valores, EAFIs, etc. tendrán un nuevo campo con inmensas posibilidades.
10.- Si a todo lo reseñado le añadimos dos ingredientes más como MiFID II y la “Revolución Digital”, no es difícil imaginar que en pocos años el mapa actual de los fondos de inversión en España será arrasado por un tsunami que muchos todavía no quieren ver.
Huete añade la posibilidad de que “el lobby bancario con Inverco a la cabeza harán todo lo posible para que este rumoreado proyecto no salga adelante y no está de más recordar quiénes son los máximos accionistas de BME. También doy por supuesto que desde las redes se seguirá promocionando la venta de los fondos que más interesen a las mismas, pero ya no podrán decir a un cliente que el fondo x no lo tienen disponible y también tengo claro que las redes bancarias seguirán teniendo una gran importancia en la distribución de los fondos, pero ya nada será como antes”.
Huete recuerda también que más del 40% del volumen en fondos (casi 200.000 millones de euros) esta en manos del Banco Santander, La Caixa y BBVA. “Si sumamos los seis siguientes (todos ellos gestoras pertenecientes a bancos) tendríamos que en torno al 80% del volumen actual en fondos esta copado por nueve entidades bancarias. Además, cerca del 35% del volumen total en fondos son en productos de nulo valor para el partícipe y solo para las redes. Por si hay alguna duda, nos referimos a los fondos garantizados y de rentabilidad objetivo”. Y recuerda, en cuanto a las comisiones, que “en más de dos terceras partes van a la red de distribución y no al gestor, es decir en España cobra el que vende y no el que gestiona, aparte de prácticas comerciales que sería conveniente desterrar, como la existencia de la Clase E de acciones. En cuanto al valor y las rentabilidades que ofrece la industria, dejémoslo en que es bastante mediocre en su conjunto, aunque afortunadamente también hay algunas magníficas excepciones”, apostilla.