Mientras el año pasado Gregory Johnson, de Franklin Templeton, o Joe Sullivan, de Legg Mason, vieron cómo aumentaba su retribución en un 31% y un 30%, hasta los 15,9 y 9,5 millones de dólares, respectivamente, otros cinco directivos de grandes gestoras de fondos vieron reducidas sus compensaciones.
Los que sufrieron los mayores recortes fueron Mark Coombs, de Ashmore, que tuvo que lidiar con una rebaja del 81% y se quedó en 830.000 dólares y Andrew Formica, de Henderson, al que le recortaron casi un 25% la suya hasta 5,5 millones; les siguen Christopher Donahue, de Federated Investors, que ganó un 13% menos y se llevó 13,7 millones; Martin Gilbert, de Aberdeen Asset Managment, quien redujo sus emolumentos un 6,7% para percibir 7 millones y Michael Dobson, de Schroders, quien sufrió una bajada del 3,6% para recibir 11,9 en un año en que su compañía alcanzó unos resultados espectaculares.
Pero el tono general de la industria en Estados Unidos y Reino Unido fue positivo. De los 15 directivos incluidos en el ranking publicado por Financial Times –de esas geografías-, un total de 10 cerró el año con variaciones positivas.
Además de los ya citados Johnson y Sullivan, los que disfrutaron de incrementos –en porcentajes descendentes- fueron: Dick Weil, de Janus Capital, con el 75% de mejora hasta los 8 millones; Emmanuel Roman, de Man Group, que gracias al incremento del 50% llegó a los 5,1 millones; Maarten Slendebroek, de Jupiter, cuya subida fue del 36% para ponerse en 3,1 millones; Martin Flanagan, de Invesco, que ganó un 13% y recibió 16 millones; Thomas Faust, de Eaton Vance, que llegó a 11,3 millones después de crecer el 12%; Hendrik du Toit, de Investec South Africa, que cobró 7,5 millones gracias a un aumento del 9,8%; a James Kenedy, de T Rowe Price, le aplicaron una subida del 5% hasta 8,9 millones y Lawrence Fink, de BlackRock, que con una variación positiva de sólo el 4%, siguió siendo el directivo mejor pagado de los estudiados, con una compensación de 24 millones de dólares.