Las gestoras de todo el mundo trabajan por incorporar los criterios ESG en sus procesos de inversión y productos, bien sean estrategias de gestión activa como de gestión pasiva. Esta tendencia ha tenido diversas caras, desde gamas de fondos sostenibles y de impacto, hasta la adhesión a los principios que las instituciones internacionales, públicas o privadas, promueven acerca de la inversión responsable.
El sector sabe que aún quedan algunos retos, como por ejemplo que todos tengan la misma interpretación de qué es una inversión responsable. Sin embargo, el camino iniciado es imparable. La legislación de la mayoría de los países y el aumento de la demanda de productos sostenibles por parte de los inversores son los motores que les está permitiendo enfrentarse a esos retos.
Puede a sonar a simplemente tres letras, pero la ESG ha cambiado el mundo de la inversión. En opinión de Graeme Anderson, presidente y gestor de Twentyfour Asset Managers (boutique de Vontobel AM), en primer lugar es una cuestión de rendimientos. “Nuestro análisis nos ha confirmado que los sectores y valores más respetuosos con los factores ESG tienden a comportarse mejor en bolsa que aquellos que no lo son, y los datos históricos muestran que ha sido así desde hace algún tiempo”, señala.
Según Anderson, es importante reconocer que en algún momento esta tendencia no siempre será una apuesta unidireccional y por eso explica: “Por razones de puro valor relativo, llegará un punto en el que los sectores y las acciones pecaminosas se verán tan baratas que alcanzarán un valor convincente para los inversores. Los fondos sostenibles obviamente no podrán capturar este valor, pero los integrados y los que no son ESG sí lo harán. Los llamados activos pecaminosos también tienden a mostrar un mayor rendimiento. Cuando se refieren a sectores defensivos, se considera tradicionalmente que ofrecen cierto grado de protección durante las crisis”.
Sin embargo el presidente y gestor de Twentyfour AM sostiene que, en el largo plazo, no tiene ninguna duda de que los activos amigables con el ESG superarán a los no lo son. “De hecho, cualquier gestor, se centre en el ESG o no, debería ser cauteloso ante la posibilidad de que el mercado rechace una empresa por razones que tengan que ver con estos factores, ya que esto podría afectar a su rentabilidad”, añade.
Nina Lagron, responsable de renta variable de gran capitalización de La Française AM, va un paso más allá y afirma que la ESG es un “proveedor de alfa en tiempos de crisis”. Según indica en su última tribuna, los inversores están teniendo cada vez más en cuenta factores ESG como parte de su proceso de análisis para identificar los riesgos materiales y las oportunidades de crecimiento. En su opinión a crisis del Covid-19 es la prueba de fuego definitiva para las empresas cuya gestión ha integrado estos factores extrafinancieros.
“Durante la reciente corrección del mercado, las empresas con fuertes criterios ESG superaron a sus comparables, tanto en los mercados bajistas como en los alcistas. Hay que admitir que el horizonte temporal es corto, y deberíamos estar cansados de las generalizaciones. Sin embargo, al final del año, será interesante reflexionar sobre el rendimiento generado en 2020”, argumenta Lagron.
En opinión de Bas NieuwewWeme, consejero delegado de Aegon Asset Management, considera que el confinamiento ha puesto de relieve lo que significa realmente la S de la abreviatura ESG. «El confinamiento ha puesto de relieve la verdadera actitud con respecto a las cuestiones sociales frente a las políticas y el posicionamiento. Antes solíamos basarnos en las conversaciones con los consejeros, evaluábamos las políticas relativas a cuestiones como la diversidad y la inclusión, el cuidado de los hijos o el trabajo flexible y usábamos sitios como Glassdoor para hacernos una idea de la cultura empresarial. A veces, ciertos acontecimientos sacan a la luz las deficiencias de las empresas en cuestiones sociales, dándonos la oportunidad de colaborar con aquellas que claramente necesitan mejorar, pero hay poca información pública al respecto», explica NieuweWeme.
Tendencia de inversión
Por último la ESG también se ha convertido en un gran tema de inversión, que crece todavía con más fuerza tras la pandemia del COVID-19. “La sostenibilidad es el aspecto más importante a la hora de invertir en una empresa y, para determinar el grado de sostenibilidad, resulta esencial analizar detalladamente tanto su impacto medioambiental como sus políticas sociales y de gobierno corporativo. La demanda de energías renovables aumentará, al igual que la de productos y servicios que contribuyan a un mundo más limpio y eficiente que en el pasado. Aunque este tema de inversión ha ido ganando importancia, sigue habiendo una parte significativa de la comunidad de inversión que no lo entiende del todo, principalmente los inversores pasivos y los de estilo value. Creemos que la adopción de la inversión ESG se acelerará en los próximos años”, apunta Michael Nicol, cogestor del Kames Global Equity Income Fund de Kames Capital.
Como tendencia de inversión, las gestoras han ido concretando y creando productos alineados con los criterios ESG, bien con aplicando estos factores en el proceso de inversión o bien lanzando gamas de productos sostenibles. Este aún es un camino largo. “Las estrategias que solo aplican exclusiones sencillas y aun así se califican de sostenibles deberían ser cosa del pasado. Por otra parte, invertir de manera sostenible resulta mucho más difícil que comprar un conjunto de puntuaciones ASG y aplicarlas a una cartera. La inversión sostenible es mucho más. Hablemos por ejemplo de las nuevas modalidades de inversión sostenible, y de los dilemas que plantea el ecoblanqueo o greenwashing”, señala Masja Zandbergen, Responsable de Integración ASG de Robeco.
Según la reflexión de Zandbergen, la transparencia es lo más importante: “Los gestores deben indicar claramente qué forma parte de la estrategia del fondo y qué no, independientemente de que lo califiquen como sostenible, responsable u otra cosa”