Hace más de dos años que Bill Gross abandonó PIMCO, la gestora que ayudó a fundar en 1971 y en la que se convirtió el gurú de renta fija que todo el mundo conoce. Sin embargo, los detalles de su salida no estuvieron nunca claros del todo. Muestra de ello es que pocos meses después de fichar por Janus Capital, Gross demandó a PIMCO y a su matriz, Allianz SE, nada menos que por 200 millones de dólares.
Gross consideraba que había sido obligado a abandonar su cargo como director de inversiones debido a su oposición a la visión de los ejecutivos, que buscaban cambiar el enfoque tradicional de la gestora de fondos de renta fija hacia estrategias de mayor riesgo con las que obtener rendimientos y bonus más altos para los directivos.
Al final la sangre no ha llegado al río y la firma hizo público ayer un acuerdo por el que pagará al gestor unos 81 millones de dólares, con el que eludirá de esta forma un enfrentamiento en los tribunales. La demanda había sido presentada en en un juzgado de Santa Ana, California.
Según Bloomberg, PIMCO se ha comprometido también a crear una sala de los fundadores en honor a Gross y a los otros gestores que pusieron en marcha la firma hace 46 años. Gross fue durante ese tiempo gestor del Pimco Total Return Fund, el que una vez fuera el fondo más grande del mundo por activos bajo gestión.
La otra concesión de la gestora para cerrar el acuerdo es que nombrará a Gross director emérito de la fundación benéfica de la firma. Dos puntos que parecen reconocer al fin la importancia que tuvo Bill Gross en convertir PIMCO en el gigante de la renta fija que es hoy en día.