Es paradójico que justo en el momento en que los fondos monetarios vuelven a estar en la lista de la compra de los inversores ante el temor a una recesión económica y la volatilidad de los mercados, las principales gestoras los están eliminando de su gama de fondos ante la entrada en vigor de la nueva normativa europea que establece nuevos criterios de inversión y liquidez para esta categoría.
Los fondos monetarios han vuelto a ser desde el último trimestre de 2018 «los fondos de armario» de los inversores españoles. De hecho, según los últimos datos de Inverco, en el primer trimestre del año han liderado las entradas netas de capital con 1.027 millones de euros, de los que solo 102 millones los han captado durante el mes de marzo. «En lugar de vender los fondos de bolsa o mixtos, los inversores optan por aparcar su dinero en fondos monetarios ante la corrección de los mercados. De esta manera, se benefician del diferimiento fiscal del producto frente a, por ejemplo, dejarlo en un depósito», explica José María Luna, asesor financiero de Caser.
La aversión al riesgo de los inversores y su fuga masiva hacia este tipo de fondos ha hecho que la categoría de fondos monetarios haya alcanzado a finales de marzo un patrimonio de 7.713 millones de euros, un 17% más que un año antes. Una demanda demasiado elevada para una categoría que apenas ofrece retorno a las carteras de los inversores. En el primer trimestre del año la rentabilidad de los fondos monetarios ha sido del 0,05% y en el último año se sitúa en el -0,35%, según datos de Inverco.
Pero no solo es escaso su atractivo en términos de rentabilidad sino que, además, ahora empieza a escasear la oferta. Desde principios de año algunas de las grandes gestoras han ido eliminando esta categoría de fondos de su gama ante la entrada en vigor del reglamento aprobado en junio de 2017 por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, que establece que los fondos monetarios deben ser una figura homogénea en el conjunto del mercado europeo. El objetivo es evitar, como sucedió en la pasada crisis financiera, que un episodio de turbulencias en los mercados provoque retiradas masivas de dinero de estos vehículos que los inversores y las propias gestoras utilizan como «colchones de liquidez» y, de esta forma, «propaguen y amplifiquen los riesgos por todo el sistema financiero».
Así, la principal novedad es que se sustituyen las actuales denominaciones de fondo monetario a corto plazo y monetario por las cuatro siguientes categorías: fondos del mercado monetario (FMM) a corto plazo de valor liquidativo constante de deuda pública, fondos del mercado monetario (FMM) a corto plazo de valor liquidativo de baja volatilidad, fondos del mercado monetario (FMM) a corto plazo de valor liquidativo variable y fondos del mercado monetario (FMM) estándar de valor liquidativo variable.
Durante un encuentro informativo, Thomas Prince, responsable de gestión monetaria de Groupama AM, afirmó que «la nueva regulación elimina la configuración procíclica de los fondos del mercado monetario que podría correr el riesgo de propagar o amplificar una crisis». Con todo, este experto cree que la regulación quiere asegurar unas prácticas que ya están en uso o muy extendidas como el enfoque prudente o los test de stress. Prince destaca, no obstante, que los fondos del mercado monetario con valor liquidativo constante (NAV constante) son los más afectados.
En opinión de Luna, el regulador pretende «avisar a los inversores de que con un fondo monetario también puede perder dinero que, de hecho, es lo que está sucediendo. Muchos pensaban que estos fondos nunca perdían dinero».
Las gestoras eliminan los fondos monetarios de su gama
Desde comienzos de este año, un goteo de gestoras han ido adaptando su oferta de monetarios a las nuevas exigencias regulatorias. Es el caso de BBVA AM que, en un comunicado a la CNMV, anunciaba la modificación de la política de inversión de sus fondos BBVA Bonos Cash y BBVA Dinero Fondtesoro Corto Plazo. Ambos dejan de ser monetarios y se transforman en fondos de la categoría renta fija euro, denominándose BBVA Bonos Corto Plazo y BBVA Fondtesoro Corto Plazo.
El mismo movimiento lo realizaron a principios de año Liberbank y Renta 4, al transformar sus fondos monetarios en fondos de renta fija a corto plazo. El último en sumarse a esta tendencia ha sido Santander AM al anunciar, mediante un comunicado a la CNMV, la reconversión de su fondo monetario SantanderTesorero en un fondo de renta fija euro corto plazo. «A las gestoras no les interesan ya los monetarios porque se gana muy poco dinero en estos momentos. Es preferible trasladar a los inversores a fondos que puedan invertir en activos a más largo plazo y cobrarles una comisión un poco más alta», destaca Luna.
Las miradas están puestas ahora en los movimientos que puedan hacer Caixabank AM con su fondo Caixabank Monetario Rendimiento, que es el que más dinero ha captado en lo que va de año; Credit Suisse Corto Plazo y Bankinter Ahorro Activos.