Spainsif ha celebrado su curso de verano titulado “Productos financieros ASG para la emergencia climática”. La presentación ha corrido a cargo de Joaquín Garralda, presidente de Spainsif y decano de ordenación académica IE University, el cual ha admitido que algunos de los objetivos marcados para 2030 ya son difíciles de alcanzar, pero admite que estamos en el camino.
A sus ojos, a corto plazo las empresas se centrarán en el ajuste económico, pero considera que el movimiento psicológico que se está dando es muy fuerte y es algo que provocará un mayor compromiso por el cambio climático. En este camino, señala al mundo financiero como uno de los agentes fundamentales.
“Para cumplir con los objetivos de descarbonización en 2050, el escenario futuro para alcanzar una economía que contribuya a mitigar la emergencia climática es el 2030 y, en el caso de España, en la próxima década se pretende movilizar cerca de 210.000 millones de euros para reducir el impacto del cambio climático”, ha considerado Joaquín Garralda, quien ha afirmado que la inversión sostenible con criterios ASG afecta a todas las industrias y a todas las economías.
“El mundo financiero se ha adelantado al regulador, ahora el regulador se está lanzando a tomar decisiones, propuestas y empujes, va a ser una fuerza que impulsará la ISR y el enfrentamiento al cambio climático”, ha señalado.
Por su parte, Sol Hurtado, directora de España y Portugal de BNP Paribas, ha señalado a la crisis climática como un reto global. “Según el último informe de Davos la principal preocupación son los temas medioambientales, eso recalca que hay toda una tendencia de medio y largo plazo que está para quedarse”, opina.
Para la experta, es de especial relevancia atender a todos los cambios de comportamiento que se han adquirido en 2020, entre los que cita el teletrabajo, las videoconferencias y todo lo que implica esas nuevas prácticas para el medio ambiente. “Todo esto está aquí para quedarse y tendrá impacto en el consumo de energía y petróleo”, añade.
Respecto a la transición energética, Sol Hurtado ha señalado que es algo inevitable. “No podemos consumir todos los combustibles fósiles que hay en el mundo, porque no mantendríamos un planeta habitable, estamos convencidos de que habrá una transición a renovables porque estas ya son sostenibles financieramente”, argumenta. Además, considera que la demanda global de combustibles fósiles tocará techo antes de lo que pensamos y que la transición energética tendrá un gran impacto en las bolsas.
El papel de la energía en el cambio climático
Aunque hablar de la crisis climática pueda dar vértigo por todos los problemas que trae consigo, Hurtado ha señalado que no solo presenta retos globales enormes, sino que la próxima década también traerá grandes oportunidades.
Entre esos retos se encuentra el crecimiento de la población y la urbanización, lo que traerá un mayor consumo de energía, la cual es la mayor fuente de emisiones de C02. “El 70% provienen de ello y aún no ha llegado a su máximo. Necesitamos encontrar soluciones de energías más eficientes frente al cambio climático”, ha advertido.
En este sentido, localiza varias tendencias estructurales “las 5D”: descarbonización, deflación, descentralización, desintoxicación y dependencia energética. Respecto a la primera, la experta ha señalado que es de especial importancia ya que si en 20 años seguimos a este ritmo de emisiones consumiremos todo el presupuesto.
La deflación se refiere a la forma tan rápida en la que se han abaratado los costes de las energías renovables. La descentralización a la capacidad de tener una red más descentralizada gracias, por ejemplo, a la posibilidad de colocar paneles solares casi en cualquier parte.
Asimismo, la desintoxicación del aire que respiramos también es una fuerte tendencia que, además, la pandemia ha acelerado. “Esto que se ha conseguido en el confinamiento no es algo a lo que la gente esté dispuesta a renunciar. Tres millones de personas al año mueren por contaminación, si seguimos a este ritmo en 40 años la cifra se duplicará”, ha apuntado Sol Hurtado.
Por último, la experta ha hecho referencia a la dependencia energética y cómo poco a poco los países querrán contar con sus propias fuentes de energía, una ambición que aumentará con el tiempo. “Por ejemplo, en India se importa el 80% del petróleo que se consume, en China el 60%, si esto no cambia en 2040 en India se importaría prácticamente el 100% y en China el 80%. Para dos países con ambiciones estratégicas no es aceptable tener estos niveles de dependencia, por eso creemos que irán a más”, argumenta.
Por su parte, Marisa Aguilar, directora general de Allianz Global Investors, ha señalado: «Estamos inmersos en una transición del sistema financiero que necesita alinearse con la lucha contra el cambio climático y su proceso de adaptación para no dejar a nadie atrás. Para que esto pase necesitamos mayor divulgación de la inversión sostenible y que llegue a todos”, ha asegurado. La experta también considera que los gestores de activos se van a enfrentar al desafío de integrar los factores ASG en las carteras de inversión.
Asimismo, la experta ha recordado la relevancia del papel del capital privado para cumplir los objetivos que se marcan. “Para cumplir estos objetivos y el Acuerdo de París necesitamos más presupuesto, se necesita la participación del capital privado. A medida que la UE aumenta las emisiones, aumenta la necesidad de inversión, así como la transformación necesaria de las habilidades de los trabajadores y la necesidad de proteger la biodiversidad y los ecosistemas”, ha señalado.
Jorge Diaz, responsable de Ventas para Cliente Institucional de Amundi, también ha destacado la necesidad de que el sector público y el sector privado trabajen juntos para hacer frente a la emergencia climática a través de la inversión sostenible y el papel de los bonos verdes como herramienta para redirigir los flujos de capitales a la sostenibilidad medioambiental.