Después de anunciar hace tan solo unos días que su fondo de deuda emergente ING IM Emerging Market Debt Local Currency Bond superaba los 1.000 millones de dólares bajo gestión, otro fondo se une al “selecto club”. Y es que el patrimonio del ING Renta Fund Global High Yield alcanzaba también esta cifra, gracias fundamentalmente a flujos de entrada provenientes de Asia y Europa.
El fondo continúa atrayendo inversores con su equipo de gestión “multi-site” y su disciplinado proceso de inversión que combina un fuerte enfoque en la gestión del riesgo con un análisis de crédito “bottom-up” que busca evitar el deterioro del crédito y la identificación de aquellos que están mejorando.
Lanzado en 2001, la estrategia ha superado la rentabilidad de su índice de referencia tanto a 1 como a 3 años. El fondo está gestionado con una base de rentabilidad absoluta, combinando el análisis de crédito en emisores individuales con una visón “top-down” de la región, calidad crediticia, y sectores, para construir una cartera diversificada con potencial de crecimiento, evitando posibles quiebras.
«El apetito por el cupón es el principal factor de esta clase de activo»
Según Hans Stoter, responsable de High Yield Global en ING IM, “a pesar de que en general los retornos han bajado, la compensación por el riesgo de crédito, es aun atractiva dados los sólidos fundamentales. En el actual entorno de bajos tipos de interés, esperamos que el apetito del inversor por los bonos high yield continue”.
De cara al 2013, “las acciones de las autoridades han reducido el riesgo “de cola” a nivel macro, mientras que las tasas corporativas se espera que se mantengan muy bajas”, añade Stoter. “Hemos posicionado nuestra cartera para beneficiarse de esto manteniendo un posicionamiento beta ligeramente superior a través de una cuidadosa selección de los créditos menos valorados dentro de nuestro universo de inversión global”.