El panorama de la inversión responsable está experimentando una transformación significativa. La inversión ESG, considerada como la referencia de las finanzas sostenibles, se ha enfrentado a críticas y controversias. En este contexto, se publicó la séptima edición del ranking Responsible Investment Brand Index (RIBI™), que lideran este año las gestoras Nuveen, BlackRock y Fidelity International en Estados Unidos.
En ese país, el top 10 se completa con Bain Capital, Principal Global Investors, Columbia Threadneedle Investments, CBRE Global Investors, Russell Investments, Hamilton Lane y AllianceBernstein.
Estados Unidos es el país es el más grande de la muestra, tanto en número de gestoras (el 37% del total global) como en activos bajo gestión (el 62% del total a nivel mundial). Sin embargo, el informe RIBI consigna que es el país “más rezagado del mundo” en la temática, ya que se sitúa “por debajo del universo mundial”, tanto en el eje compromiso como en el eje marca. Su índice de compromiso es 1,35 frente al 2,12 total, mientras que el de marca es 1,54 frente al 1,77 general. De hecho, es el país desarrollado con las puntuaciones más bajas del informe en estos dos puntos.
Este año hay una rotación bastante alta en el top 10 estadounidense comparado con otras ediciones, con cinco entradas y cinco salidas. Las cinco entradas son Fidelity International, Bain Capital, Principal Global Investors, CBRE Global Investors y Russell Investments. En tanto, las cinco salidas del ranking son Neuberger Berman, Voya, Boston Common Asset Management, State Street Global Advisors y Goldman Sachs Asset Management.
El informe global señala que “el entusiasmo en torno a la inversión ESG se ha moderado debido a críticas que ponen de relieve sus complejidades y posibles deficiencias. Los críticos sostienen que el ESG, al englobar métricas diversas sin definiciones universales, suele convertirse en un ejercicio superficial de relaciones públicas más que en un motor de cambio real”.
“La excesiva complejidad y la falta de estándares de medición han enturbiado aún más su implementación, lo que ha llevado a una dilución de su impacto previsto. En un campo que aún es relativamente joven, el deseo genuino de generar un impacto positivo puede haber llevado a algunos gestores de activos a asumir compromisos excesivos”, agrega.
“Las preocupaciones sobre el greenwashing, la falta de estandarización y el debate sobre la posible disyuntiva entre generar un impacto positivo y obtener rentabilidad financiera han llevado a una reevaluación de su eficacia e intenciones. Este escepticismo ha llevado a algunos inversores e instituciones a distanciarse de las estrategias centradas en ESG, en busca de enfoques más auténticos hacia la inversión responsable”, explican los autores del índice, Jean-Francois Hirschel y Markus Kramer.
El Responsible Investment Brand Index (RIBI™) destaca la capacidad de 600 gestoras de activos a nivel global para trasladar a su marca los esfuerzos que realizan en favor de la inversión responsable. Más de la mitad (53%) de los gestores de activos expresan un propósito organizativo para anclar su identidad, mientras que menos de la mitad de ellos (45%) crean diferenciación desde dentro, con al menos un valor o creencia que les permita destacar en un mercado competitivo.