Históricamente, los inversores responsables han tendido a centrarse más en la renta variable que en la renta fija, principalmente por la influencia que los accionistas pueden ejercer a través de sus votaciones. Una encuesta reciente de NN Investment Partners muestra que esta tendencia se mantiene, ya que apenas un cuarto de los inversores asegura que su organización tiene un enfoque de inversión responsable claramente definido hacia la renta fija, mientras que la mitad apuesta por la variable.
En este contexto, la gestora asegura que integra los criterios ASG en la mayoría de sus estrategias de renta fija, a lo que se une un rango de productos sostenibles y de impacto de esta clase de activo con un foco todavía mayor en el ASG.
En términos de planes a futuro, el 61% de los inversores profesionales consultados dice que trabajarán en su enfoque de inversión responsable en la renta variable durante los próximos tres años, mientras que el 49% busca mejorar este proceso en renta fija.
La jefa de renta fija e inversión responsable en NN IP, Edith Siermann, considera llamativo que apenas haya un 26% de inversores con una estrategia ISR de renta fija en marcha. “En mi opinión, no hay ningún motivo por el que este porcentaje deba ser menor que el de la renta variable. Todos los enfoques que se aplican a esta última, quitando las votaciones, se pueden aplicar a la primera”, asegura.
Sin embargo, para la gestora, es alentador que casi la mitad de los inversores encuestados pretendan mejorar en este sentido. A su juicio, la integración de ASG es la mejor forma de conseguir retornos atractivos para sus clientes al tiempo que contribuyen a la sociedad en su conjunto. Su enfoque se centra en oportunidades de inversión basadas en el momentum ASG.
“Además de la integración de ASG, ofrecemos productos de renta fija sostenible que incorporan un claro sesgo hacia las oportunidades de sostenibilidad, a lo que se unen los productos de impacto, como nuestro fondo de bonos verdes, que apunta a industrias y empresas que contribuyen de forma claramente positiva a los ODS de las Naciones Unidas”.
La encuesta muestra que existe cierta preocupación de que no todos los fondos sostenibles sean tan “verdes” como parecen: el 64% de los inversores coinciden en que es difícil diferenciar entre los productos. Para Siermann, las preocupaciones sobre el “greenwashing” (ecoblanqueo) están justificadas hasta cierto punto. “Es clave que los gestores ofrezcan transparencia sobre la integración de ASG y ayuden a los clientes a comprender las diferencias entre los productos que ofrecen”, afirma.
Por ello, revela que NN IP ha desarrollado una definición estricta de la integración de ASG en la que cada inversión debe incorporar los tres factores (A, S y G) de forma demostrable y documentada.
Casi siete de cada diez (69%) de los encuestados cree que los accionistas pueden impulsar cambios claros y positivos en las empresas en las que invierten, mientras que el 65% piensa que es más difícil para los titulares de bonos porque no tienen derechos de voto.
Para Siermann, el compromiso es mucho más que votar y el hecho de que los tenedores de bonos no puedan hacerlo no es motivo suficiente para minimizar el valor del compromiso para los inversores en renta fija. “La votación es solo una de las formas en la que los inversores pueden influir en el comportamiento corporativo. Independientemente de la clase de activo, el compromiso es una herramienta importante para impulsar un cambio sostenible e identificar las oportunidades de inversión más atractivas en renta fija”, asegura.