Mientras aumenta el foco en la inversión responsable, también lo hace el número de enfoques para determinar el rol y la importancia de la integración de criterios ASG en el proceso de inversión. Los gestores institucionales pueden sentirse desorientados por la cantidad de opciones disponibles; pero, según NN Investment Partners, al final, todo se reduce a cómo combinas tu objetivo financiero con el impacto real que deseas tener como inversor en la sociedad y el medio ambiente.
En la gestora, cuentan con un umbral mínimo de lo que consideran aceptable, lo que significa que restringen las inversiones en empresas y países considerados “malos”, como aquellos que violan los derechos humanos, comercian con armas “controvertidas” o venden tabaco. Para determinarlo, utilizan criterios de inversión responsable basados en normas, como son las mismas legislaciones, los estándares internacionales y sus propios principios.
“Pero ese es solo el punto de partida de nuestra estrategia de inversión responsable, ya que, cuando es posible, tratamos de centrarnos en la inclusión y el diálogo”, asegura Adrie Heinsbroek, jefe de inversión responsable de NN IP.
Este enfoque se basa en la creencia de la gestora de que los inversores tienen la “oportunidad única” de fomentar un cambio corporativo positivo utilizando el voto y el compromiso a la hora de trabajar. Para Heinsbroek, un diálogo constructivo y regular sobre temas materiales desafía a las empresas a adaptar sus estrategias de negocio para mejorar su rendimiento ASG.
“Estamos convencidos de que esta influencia no se limita a la renta variable, por lo que también hablamos con empresas en las que tenemos bonos. Nos comprometemos tanto a nivel corporativo como temático de forma independiente y a través de iniciativas internacionales, como los Principios para la Inversión Responsable y el Climate Action 100+”, asegura. Además, juntan recursos con otros inversores para abordar áreas como el aceite de palma y el petróleo y el gas.
En realidad, no hay un enfoque adecuado o equivocado para la inversión responsable en carteras institucionales y, según NN IP, los inversores no tienen por qué sacrificar los retornos implementando una estrategia más estricta. “Se trata más de establecer tus parámetros y objetivos de inversión responsable y determinar qué estrategias, desde una perspectiva tradicional de construcción de carteras (clase de activo, región, nivel de riesgo…) son adecuadas para una cartera concreta”, apunta Heinsbroek.
La gestora ofrece un amplio rango de estrategias ASG, complementadas con una gama de sostenibilidad que cuenta con un sesgo más fuerte de sostenibilidad en su proceso de inversión, y productos de impacto que buscar generar una contribución positiva clara a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y generar un impacto medible.
La variedad de soluciones disponibles demuestra que los inversores que estén preparados para poner en marcha una investigación adecuada pueden personalizar sus inversiones para alcanzar tanto objetivos financieros como de inversión responsable.
Por ello, es importante que los gestores de activos sean transparentes sobre lo que ofrecen. “Deberían medir e informar sobre el impacto de sus inversiones, documentar sus actividades de compromiso y ser claros sobre cómo integran los criterios ASG”, afirma Heinsbroek, para quien todo esto “requiere conocimiento y experiencia”. Esto facilita que los árboles te dejen ver el bosque y permite a los inversores tomar decisiones bien fundamentadas.