El panorama macroeconómico global no parece estar haciéndole favores a nadie, pero eso no significa que no hay oportunidades. Esa es la postura de BlackRock de cara a la segunda mitad del año, según delinearon en su tradicional informe Midyear Outlook.
Considerando la incertidumbre y volatilidad de los mercados, la operativa de la gestora de origen estadounidense está cambiando. Incluyendo revisiones más frecuentes a sus modelos, la firma se está enfocando en hacer el análisis aún más granular y en aprovechar las cinco “megafuerzas” que han identificado, según relata Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de la firma.
El ejecutivo delineó las cinco grandes megatendencias donde ven un atractivo para los inversionistas. Estos son la inteligencia artificial, que ha estado captando la atención del mercado cada vez más; la fragmentación geopolítica, protagonizada por la rivalidad entre EE.UU. y China; la transición energética, donde la descarbonización es una pieza clave; el envejecimiento de la población, que ahora también está afectando a algunos mercados emergentes; y la transformación de la industria financiera, donde la tecnología ha permitido ampliar el acceso.
Estas megatendencias las están usando en BlackRock para buscar oportunidades de inversión que se vayan a beneficiar más que el mercado general. Esto, explica Christensen, es independiente de la clase de activos.
Es más, en un contexto donde los mercados públicos no están captando toda la innovación y los nuevos negocios que se van generando, esto ha abierto un mayor interés en categorías como el capital privado.
En esa línea, Christensen asegura que esto podría generar un aumento en el posicionamiento en activos alternativos dentro de las carteras.
Posiciones de cartera
Considerando todas estas variables, BlackRock publicó sus portafolios estratégicos y tácticos.
La visión estratégica, de largo plazo, sobrepondera levemente las acciones de mercados desarrollados y el segmento income en mercados privados y se inclina fuertemente por los bonos gubernamentales desarrollados indexados a la inflación.
Por su parte, la visión táctica, que refleja las expectativas para los próximos seis a 12 meses, se inclina más por los mercados emergentes, sobreponderando tanto la renta fija como la renta variable.
Según explica Christensen, esto incluye a América Latina, que tiene algo de viento a favor. Por un lado, dijo el ejecutivo, la región tiene la ventaja de estar más “adelantada” en el ciclo de política monetaria y se ve beneficiada por algunas de las megatendencias que están mirando.
Por ejemplo, indica México podría beneficiarse del nearshoring provocado por las tensiones geopolíticas, mientras que países como Chile podrían tener ventajas por el lado de la transición energética. Además, la región en general todavía tiene una dinámica demográfica más prometedora que otras regiones.
Eso sí, Christensen enfatizó en que la granularidad del análisis es fundamental, ya que estas dinámicas no van a afectar a todos los sectores y todas las compañías de la misma forma.