Invertir de forma responsable es una realidad y una convicción para cada vez más inversores. Además, es un argumento clave para lanzar nuevos productos de inversión que sean capaces de aunar las inquietudes de los inversores, su perfil de riesgo y la realidad social. En este sentido, una de las formas más común que tienen las gestoras de canalizar la inversión responsable es centrándose en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“Los ODS funcionan como una taxonomía conforme a la cual los inversores puedan categorizar el impacto que las empresas tienen sobre la sociedad”, afirman desde el equipo de integración de la sostenibilidad de Robeco. En opinión de la gestora, a través de los ODS se puede llegar a generar impacto en temas muy concretos, como por ejemplo luchar contra las enfermedades que transmiten los animales o las picaduras mortales que se producen en muchos países emergentes.
Concretar cómo hacerlo es muy importante de cara a que la inversión sostenible se consolide y logre el impacto que el inversor realmente busca. “En Robeco y RobecoSAM, hemos desarrollado una metodología propia para evaluar este impacto, en función de lo que producen las empresas, de cómo discurren sus actividades y de las posibles controversias que puedan surgir en relación con ellas. Además del impacto positivo, nos fijamos también en la posible contribución negativa de cada empresa a los ODS. Las empresas que ejercen impacto negativo no pueden formar parte de nuestras carteras de crédito SDG.”
La gestora utiliza como ejemplo las picaduras picaduras de mosquito que transmiten la malaria o las picaduras de serpientes para explicar cuál es su enfoque. “En el caso del suministro de medicamentos para el tratamiento de las picaduras de serpiente, la malaria y otras enfermedades, las empresas farmacéuticas pueden ejercer un impacto positivo sobre el ODS 3 (salud y bienestar). En nuestros análisis, nos fijamos también en cosas como el porcentaje de su negocio que se desarrolla en mercados emergentes, ó la estrategia de precios de las farmacéuticas. Tras esta evaluación, únicamente invertimos en las empresas farmacéuticas que superan el listón de la aportación positiva. Esto puede marcar una verdadera diferencia”, argumenta.