Antes del verano Truemarketing, firma fundada por Martín Huete, en colaboración con Digital Advise y Unience, realizó una encuesta sobre la digitalización de los servicios de inversión. Se pretendía calibrar la posible brecha digital entre la demanda de los inversores y la actual oferta de las sociedades de asesoramiento y gestión de activos. Ahora presenta un breve extracto de los resultados y las principales conclusiones que se han derivado de dicha encuesta y entre ellas destaca una: si los clientes pudieran contratar fondos de forma directa, más del 90% de los inversores los contrataría a través de la web de la gestora o en una plataforma de contratación. Solo un 6,9% no utilizaría Internet.
Este deseo contrasta con las posibilidades que dan las entidades. “Resulta cuanto menos inquietante que el 83,3% afirme que se utilizan canales digitales para dar a conocer sus productos y servicios y que tan sólo un 45,2% (principalmente bancos) confirme que se pueden adquirir a través de canales de digitales. Existe un gap importante a considerar”, explica Huete. Esto está línea con los resultados de la última encuesta del Observatorio Inverco, que indica que son muchos los que acuden al formato digital para informarse sobre productos financieros pero solo dos de cada diez los contratan por vía online: según el estudio de Huete, hay muchas entidades que no estarían ofreciendo esta posibilidad.
De hecho, observando los resultados ofrecidos por las respuestas de los particulares, las fuentes de asesoramiento financiero que utilizan son principalmente digitales, suponiendo así las páginas web de contenido financiero la fuente prioritaria (43,1%) y seguida por las páginas web de fondos de inversión (25,9%). Además, debemos tener en cuenta las preferencias del cliente tras obtener esa información:
“El consumidor está cambiando, su banco ha dejado de ser la fuente de asesoramiento y es mucho más proactivo (prosumer), valora la claridad de la información, la transparencia, la accesibilidad y la posibilidad de operar. Sin embargo, las empresas de inversión todavía están en un modelo clásico (fabrica de producto). Para algunas estar adaptados al mundo on line es simplemente tener una web y, además, en la mayoría de los casos sin conocer ni medir el customer experience. Pensamos que ha llegado el momento de que muchas empresas de inversión se planteen empezar a acceder al consumidor particular, para que éstos a su vez presionen a la distribución (ya que no confían en el criterio de los bancos). Así, se harían con una base de datos de particulares interesados en la marca o producto, muy útil para comunicarse con ellos y llegado el momento, abrir el canal de venta on line”.
Los cambios que se avecinan
“Debemos destacar que más del 90% de los profesionales encuestados creen que el entorno digital va a afectar a su empresa y tan sólo un 14% de dicen estar muy preparados para afrontar los cambios. Además, llama la atención que un 48% crean que sus empresas están poco o nada preparadas para afrontar la revolución digital que les viene encima”, comenta Martín Huete.
Los profesionales que trabajan en bancos, compañías de seguros y gestoras de fondos opinan que el marketing y la marca serán cada vez más importantes, por lo que trabajar en ello cuanto antes será de vital importancia para estar preparados y no quedarse en el olvido. “Consecuentemente, los resultados reflejan que más del 70% tiene una considerable necesidad de formación para adaptarse al nuevo entorno y más del 84% afirman ser conscientes de la importancia que supone la implantación de MIFID II y su impacto en el mercado actual y la relación con el cliente”.
El estudio se ha realizado entre profesionales de bancos (30,3%), gestoras (29,6%) y otros actores de la industria financiera, como compañías de seguros (37,5%), tanto a puestos directivos (55,3%) como intermedios (25%) y de base senior (16,4%). Entre los encuestados de las gestoras, el 75,5% trabaja en gestora española y el 24,5% en internacional, y el 35,5% trabaja en gestora que pertenece a un banco y el resto (64,5%) en gestoras independientes.