Listas de exclusión e inclusión, temáticas sostenibles, criterios ASG… La inversión socialmente responsable ya es una realidad imposible de pasar por alto en los mercados. En este contexto, la denominada inversión de impacto va un paso más allá, con el objetivo principal de causar un efecto “positivo y medible” en la sociedad y el medioambiente, al tiempo que logra buenos retornos financieros. Para la responsable de estrategias ASG en EMEA de Invesco, Maria Lombardo, “el impacto es la evidencia del cambio” y la mejor forma de hallarlo es mediante “el compromiso y la tenencia activa” de empresas y emisores con ese objetivo.
“Esto es lo que está mirando Invesco: el impacto”, aseguró durante una de las conferencias celebradas en noviembre en Londres por la gestora. En ese sentido, aseguró que buscan empresas que integran ASG porque quieren “una mayor calidad” y solo pueden evidenciar ese impacto mediante el ‘engagement’ y “la propiedad activa”, las dos herramientas más poderosas para lograr un cambio real.
“Tenemos que comprometernos con las empresas para discutir cualquier problemática potencial y poder actuar y colaborar con ellas. Solo así podemos demostrar a nuestros clientes los cambios que implementan con su impacto”, afirmó.
En su opinión, la inversión ASG es un sector del mercado cada vez más “maduro”, lo que significa que se está empezando a dejar atrás la noción de ser un “bicho raro” o un “marginado” por querer generar un cambio y un impacto a través de las inversiones. Aun así, apuntó que incluso las inversiones tradicionales logran un impacto de algún tipo. La diferencia principal reside en que ese impacto busque tener un efecto significativo en los sectores desfavorecidos de la sociedad y en el planeta y contribuir a un buen rendimiento a largo plazo.
Si esto se consigue, “los resultados económicos de la empresa suelen ser mejores, como sigue demostrándose en nuestras inversiones”, afirmó Lombardo. En ese sentido, Invesco considera que los ‘engagements’ exitosos resultan en un incremento de la rentabilidad, el crecimiento de las ventas y un retorno del periodo de tenencia inusual, entre otros beneficios.
Soluciones frente al riesgo climático
Para Lombardo, el otro gran asunto que hace falta abordar a la hora de hablar de inversión sostenible está relacionado con el cambio climático. “Si continuamos como hasta ahora, la temperatura global va a aumentar cerca de cuatro grados para 2050, por lo que tenemos que encontrar formas de mitigarlo”, aseveró al insistir que puede lograrse bajar esa cifra por debajo de los dos grados si se toman medidas agresivas en ese sentido.
Una de las tendencias más importantes en la actualidad es que empresas e instituciones financieras están publicando la manera en la que hacen frente a esas problemáticas y, en ese sentido, el marco de referencia para ambas es el TCFD (Task Force on Climate related Financial Disclosure). El análisis debe abordar los riesgos de transición y los físicos que afrontarán los activos en los futuros escenarios climáticos. “Tanto los riesgos como las oportunidades se trasladarán a las propias empresas y tendrán un impacto financiero en nuestras decisiones y nuestro compromiso con ellas”, dijo Lombardo.
También señaló que, a la hora de aportar soluciones, Invesco cuenta con un marco de referencia propio para sus inversiones en bonos verdes y sociales y, además, con iniciativas e inversiones de impacto en distintas partes del mundo. Sobre esto último reveló que actualmente la gestora colabora junto a empresas y administraciones locales en esos lugares que afrontan en mayor medida las consecuencias del cambio climático, como el aumento del nivel del mar.
“Aquellas ciudades con mayores riesgos climáticos suelen ser las menos preparadas”, reveló al referirse al proyecto de agua en el que participan en el estado brasileño de Sergipe, que cuenta con un préstamo del Banco Mundial de 70 millones de dólares. El objetivo es contribuir a que los habitantes tengan acceso a agua potable limpia, ya que la cuenca del río es propensa a las sequías y al estrés por el impacto del crecimiento de la población y la urbanización.
Por último, al analizar la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, Lombardo afirmó que Invesco incorpora al menos diez tendencias basadas en ellos en sus estrategias, pero se centró en tres de ellas: el uso de energías renovables para transitar hacia una economía de bajo carbono, la reducción del uso de los plásticos, y la biodiversidad, ya que “la deforestación está afectando a todo el planeta y provocando cambios en la industria agrícola”.