Lyxor Asset Management ha presentado su nueva política climática que coloca los problemas con el clima en el centro de su estrategia de inversión responsable. La nueva política climática de Lyxor proporciona un marco conceptual y operativo para tener en cuenta los problemas climáticos en su negocio cotidiano como gestores de activos.
Según ha explicado la firma, esta política refleja la voluntad de acelerar la implementación de su compromiso por combatir el cambio climático y, por tanto, contribuir a la ambición mundial de mantener el calentamiento global dos grados por debajo para 2100. El nuevo marco mide el impacto financiero de la transición energética y ambiental, uno de los principales problemas que afectan a las partes interesadas en la inversión. Con este marco, el objetivo es adaptarse, medir el riesgo ambiental de las carteras y aprovechar nuevas oportunidades de inversión para los clientes. Además, busca ir evolucionando para responder mejor a los desafíos del cambio climático y el cambio hacia una economía baja en carbono.
La nueva política climática de la gestora se basa en cuatro pilares: desinvertir en carbono, desarrollar innovadoras soluciones para la transición climática, se activo y colaborativo como tenedor de acciones de las compañías y realizar una evaluación del riesgo relacionado con el clima en sus carteras.
Sobre el primero de estos pilares, la gestora ha querido destacar que, hasta la fecha, ha desinvertido 350 millones de euros activos relacionados con el carbono. “Si bien es necesario invertir en energías bajas en carbono para cumplir con las promesas del Acuerdo de París, la desinversión del carbón se ha convertido en un factor clave en la lucha contra el cambio climático. Dentro del alcance de su gestión activa, Lyxor ha decidido retirarse de las empresas más expuestas al sector al excluir aquellos que generan más del 10% de su facturación de actividades relacionadas con la minería térmica de carbón y a aquellas compañías del sector energético para las cuales más del 30% de la producción de electricidad se deriva del carbón”, explican desde la gestora.
Otro de los puntos más interesantes de esta política climática es que Lyxor AM se compromete a seguir desarrollando vehículos de inversión que tenga un impacto ambiental positivo. Un ejemplo es el ETF de Lyxor’s Green Bond, el primer fondo negociado en bolsa de este tipo lanzado en todo el mundo en 2017. Desde entonces, este ETF ha recibido la etiqueta de excelencia GreenFin, que garantiza que los bonos se supervisan para evitar la financiación de proyectos controvertidos o no sostenibles.
“Con su política climática, Lyxor AM ha creado un marco ambicioso para apoyar la transición climática. Estoy convencido de que al centrarnos en los cuatro pilares de diálogo constructivo con los emisores, en el diseño innovador de soluciones de inversión, en las políticas de exclusión y en los indicadores climáticos de las carteras, nos estamos equipando para poner la inversión al servicio de la transición a un mundo bajo en carbono”, Florent Deixonne, jefe de SRI en Lyxor Asset Management.