Los fondos de inversión medioambientales se han centrado históricamente en el cambio climático, pero como destaca Luciano Diana, gestor del Pictet Global Environmental Opportunities, “el cambio climático es sólo uno de los nueve límites medioambientales que afectan a la Tierra según el esquema de referencia elaborado por Stockholm Resilience Centre”.
Durante un encuentro con periodistas especializados, Diana explica que, según este esquema, existen determinados límites seguros que si se sobrepasan generan efectos impredecibles sobre el medio ambiente. Estos límites son el cambio climático, la acidificación, la contaminación química, los cambios de uso del suelo, el agotamiento del ozono, el aerosol atmosférico, los cambios en el ciclo del nitrógeno, la pérdida de biodiversidad, los cambios en el ciclo de fósforo y el agotamiento de suministros de agua dulce “De hecho, en biodiversidad, en emisiones de nitrógeno ya hemos superado ese límite”, afirma Diana.
De los 35.000 millones de dólares que Pictet gestiona en fondos temáticos, 10.000 corresponden a inversiones medioambientales y este fondo es, según explica, el único que emplea este esquema de los nueve límites del planeta para definir un universo de inversión diversificado. “Medimos el impacto de las compañías en cartera sobre cada uno de los nueve límites y el resultado es inferior si lo comparamos con el índice mundial MSCI ACWI sobretodo en el uso del agua, lo cual es atribuible a nuestras inversiones en empresas tecnológicas destinadas a ahorro industrial y comercial”, sostiene el experto.
Tras haber pasado el filtro de los nueve límites del planeta se llega a un universo de 400 empresas cotizadas, que se va ampliando cada año con entre 20 y 25 salidas a bolsa. “Estas empresas deben demostrar que tienen al menos un 20% de exposición al desarrollo de soluciones medioambientales. Así que estadísticamente es difícil que tengamos peso excesivo en algún área. Además, aunque seguimos al índice el 29% de los valores está fuera del mismo”.
Como resultado de la selección, el sector de eficiencia energética representa actualmente el 31% de la cartera, las tecnologías relacionadas con el agua el 18%, la gestión de residuos y reciclaje el 14%, la desmaterialización de la economía el 14% y la agricultura y silvicultura sostenible el 7%, seguido del control de polución y energías renovables, con 6% cada una.
Desde un punto de vista geográfico el 45% de las compañías tienen domicilio fiscal en norteamerica y un 28% en el continente europeo. Sin embargo, por el origen de las ventas hay cierto equilibrio geográfico, con 38% Norteamérica, 29% Europa y 24% emergentes. “Hay que tener en cuenta que las ventas en China y Asia llegan a suponer el 15% de ventas de las compañías europeas en cartera. “Actualmente preferimos la exposición a emergentes de manera indirecta. Hace un año el peso de acciones de EEUU era mayor y hemos tomado beneficios en favor de compañías europeas, si bien no creemos que vaya a haber mucho más cambio en este sentido”, afirma el experto. El fondo incluye sobre todo compañías de capitalización entre 2 y 15.000 millones de dólares, que pueden ser consideradas medianas.
En opinión de Diana, lo que más ha cambiado en los últimos 10 a 15 años es la conciencia y sensibilidad de la población respecto a la polución y su impacto sobre la salud. En este sentido, afirma que más allá del acuerdo de País, “lo que realmente cuenta en política ambiental son las regulaciones locales”. El mejor ejemplo lo encuentra en la decisión de muchos alcaldes de EE.UU. de no secundar la decisión del presidente Donald Trump de abandonarlo.
Más allá de las energías renovables
Hace quince años todo lo relacionado con el medioambiente se asociaba a energías renovables que, aunque siguen siendo parte de la solución, son una de tantas áreas de inversión posibles. Destaca, por ejemplo, el desarrollo del almacenamiento de energía, donde han disminuido mucho los costes, de momento para vehículos, pero en el futuro para servicios públicos. “En transporte y electrificación destacan Tesla, Delphi, Valeo e Infineon –empresa de semiconductores, cuya capitalización alcanza los 25.000 millones de euros. En materia de vehículos eléctricos no hacemos estimaciones, pues hay limitaciones y desafíos que resolver, estamos seguros de que el mercado va en esa dirección. En este sentido nos interesan sobre todo los proveedores de componentes para fabricantes de vehículos”, argumenta.
Otra de las grandes áreas de inversión son los proveedores de automatización industrial, cada vez más eficientes en el uso de energía, donde destacan compañías de aplicaciones informáticas para virtualización y simulación 3D. Diana señala que otros fondos medioambientales no invierten en esta área, que denomina desmaterialización de la economía, en la que se encuadrarían empresas como Dassault Systems, Ansys, Hexagon y la japonesa Keyence, que proporciona visión virtual en 3D de precisión y rapidez, facilitando la reducción de productos defectuosos y menor desperdicio en procesos de producción de alta velocidad.
En el área de construcción, apuestan por compañías que diseñan edificios eficientes consumiendo menos energía y agua que proporcionan mayores rentas. Es el caso de empresas como AO Smith, AcuityBrands, Kingspan y Schneider Electric.
Por último, otra gran área de inversión es la relacionada con la irrigación inteligente y la agricultura de precisión, que reduce el uso del agua y fertilizantes. Compañías como Xylem con tecnología aplicable a todo el ciclo del agua, Ecolab, Trimble y Suez Evironnement. En gestión de residuos, reciclado y control de polución destacan Smurfit Kappa, Waste Connections, la norteamericana Donaldson o la China Everbright International.
Un mercado de dos billones de dólares que crece al 6-7%
En conjunto estamos ante un mercado de dos billones de dólares en ventas que crece a un ritmo del 6-7% donde domina el sector de gestión de residuos y reciclado, uno de los mayores. Eso sí, se trata de una industria muy fragmentada donde muchas compañías son de capital privado y no cotizan. Diana explica que “en esta área invertimos en grandes cotizadas, especialmente de EE.UU. y Canadá, que representan entre el 15 y el 20% de este mercado y se han comportado muy bien los últimos años”
En conclusión, los desafíos medioambientales han aumentado, pero según el experto “lo que ha cambiado es la toma de conciencia en un mundo cada vez más conectado, con nuevos desarrollos tecnológicos de empresas que generan oportunidades de inversión”.