“Me gustaría dejarle a mis hijos lo suficiente para que pudieran hacer cualquier cosa, pero no demasiado para que finalmente no hagan nada». Con esta cita de Warren Buffet el Instituto de Empresa (IE) de Madrid, y Credit Suisse dan a conocer los resultados de una encuesta, realizada a 200 directivos de empresas familiares -el 70% de ellas latinoamericanas,- que indica que la riqueza socio-emocional representa una parte muy importante en las prioridades de los altos patrimonios.
Cristina Cruz, directora del departamento de Emprendedurismo del IE, comenta: «Más que valor económico, el éxito para las familias incluye la riqueza socio-emocional, ya que aunque ganen más dinero, hay cosas que no harán si por ejemplo se pierde reputación». Además, mantener el control de las empresas es de suma importancia para la mayoría de los encuestados, lo que Cruz considera una de las razones principales por las que, a pesar de una economía robusta, el tamaño del mercado bursátil mexicano sigue siendo incipiente.
El white paper titulado “Soluciones para familias empresarias: Transferir el patrimonio sin matar la ambición” también nota que a pesar de desear mantener el control, menos del 30% las familias encuestadas alrededor del mundo están preparadas para la sucesión. “Esto es un dato alarmante porque los estudios nos dicen que planificar la sucesión aumenta mucho el éxito de la mismo y el no hacerlo contribuye mucho a su fracaso”, comentó la académica española, la cual explicó que aunque es muy posible que la segunda generación esté interesada en continuar con la empresa, los intereses de la tercera o cuarta generación suelen ser distintos.
Considerando que las habilidades para gestionar una empresa son muy diferentes a las necesarias para gestionar un patrimonio, el estudio propone utilizar un family office, el cual se enfoque en cuatro puntos:
- Establecer las reglas de juego del patrimonio compartido, con gobierno corporativo, roles y reglas bien definidas
- Consolidar la propiedad familiar, utilizando la figura de holding para consolidar a todas las empresas que nazcan en la familia
- Crear una visión transgeneracional, con estrategias de inversión y/o un family fund que apoye los proyectos de las nuevas generaciones
- Preservar los valores, con un programa de filantropía