En los últimos años, la industria financiera brasileña ha experimentado una revolución, con las autoridades económicas del país impulsando una serie de medidas de transformación tecnológica. Ese es el entorno que describe el presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto.
En su presentación en el seminario de Moneda Asset Management –en que también describió los fundamentos de la exitosa campaña de control de inflación del ente rector– el banquero central destacó la importancia de que los países entiendan las transiciones que está viviendo la economía. “Si no entiendes a dónde va la economía digital, probablemente no vas a poder seguirla”, indicó.
Para el economista, la tokenización de la economía, que implica una mirada digital hacia los activos, es la principal tendencia actualmente. “La pregunta verdadera es si es que estamos moviéndonos hacia una economía tokenizada o no. ¿Todavía vamos a tener un sistema de bancos basado en las cuentas o vamos a tener uno basado en tokens?”, comentó en su presentación.
En base a esas preguntas, Campos Neto señala que hay tres pilares principales de la agenda de transformación digital que ha impulsado el país, relacionados con los pagos instantáneos, las finanzas abiertas y la tokenización de depósitos.
Pagos y open finance
Estas tres líneas vienen acompañadas de tres iniciativas tecnológicas que han implementado en la industria brasileña.
Según Campos Neto, el país necesitaba una red de pagos instantáneos que fuera programable, lo que derivó en la creación de Pix. Con 478 millones de llaves registradas en el sistema y un récord de 90 transacciones diarias –registrado a mediados de agosto–, el economista señala que casi todas las personas que están bancarizadas en Brasil están utilizando esta plataforma.
Esto, a la par, ha permitido la creación de nuevos modelos de negocios. “La gente que hace cosas de bajo valor antes no podía hacerlo, porque el costo del pago era más alto que el valor del producto”, comenta.
Otro pilar fundamental son las finanzas abiertas, donde Brasil ha tenido un camino que el presidente de su banco central describe como exitoso. En la segunda fase de implementación del modelo de open finance, el sistema anota sobre 7,5 millones de clientes, más de 4.000 millones de API y, más de 800 instituciones que participan.
Tokenización
En tercer lugar, el economista destaca la creación del real digital, aunque en un formato distinto a otras experiencias internacionales de divisas digitales. “Nuestra moneda digital no es más que la tokenización de los depósitos de los bancos”, describe.
El modelo funciona “bloqueando” un depósito en el banco y emitiendo una stablecoin sobre éste. Por lo mismo, Campos Neto recalca que el sistema “hereda” la regulación de los depósitos y permite alojar la tecnología de tokenizar activos dentro de los bancos, lo que ve como necesario para mejorar la securitización.
“Vamos de un sistema financiero basado en las cuentas a uno basado en tokens, así que es muy importante que tengamos este sistema de depósitos tokenizados”, agrega.
Con todo, el líder del ente rector brasileño tiene una visión a futuro donde la interconexión del sistema permitirá que, a través de una sola app bancaria, se centralicen distintas funciones, como medios de pago, billetera digital e inversiones, entre otras. “Vas a tener algún tipo de agregador, y va a haber competencia para ser el canal, no el producto. Esto ya está pasando en Brasil”, explica.
Inversión en Brasil
Además de los avances que están haciendo en materia de transformación digital, Campos Neto ve a la mayor economía latinoamericana como un destino atractivo de inversiones, en la nueva configuración geopolítica que se está fraguando en el mundo.
Ante fenómenos como el “near-shoring” y el “friend-shoring”, Brasil ofrece una economía basada en una población robusta –lo que implica una amplia base de trabajadores y consumidores– y la habilidad de producir energía renovable en una gran escala.
“Esperamos tener mucha inversión en Brasil, y ya está pasando”, explica el banquero central, agregando que hay un rebaraje de capitales en este momento, con flujos saliendo de China. Mientras que algunos de esos capitales se están quedando en Asia, otros han venido a América Latina.
“Podemos ser el hub de las Américas en esta nueva configuración de la cadena de valor global”, asegura.