Existen numerosas razones por las que los europeos no invierten en mercados de capitales. Entre estas se encuentran: la falta de confianza debido a conflictos de intereses, la falta de transparencia en comisiones y rendimiento, educación financiera decepcionante, barreras culturales, difícil acceso a los mercados, los altos costes de inversión y los bajos niveles de transparencia que llevan a la desinformación.
Frente a ello, Better Finance, la Federación Europea de Inversores y Servicios Financieros, defiende que el desarrollo tecnológico en el sector financiero, como por ejemplo el de los robo-investing –más conocidos como robo-advice–, podría cambiar esta tendencia y ayudar a transformar a los ahorradores europeos en inversores.
“Durante demasiado tiempo los inversores individuales y los ahorradores se han alejado del mercado de valores y con frecuencia han sido empujados a productos estructurados con escaso rendimiento. La fragmentación de los mercados de valores supone que han estado, a todos los efectos, limitados a la información y las transacciones de los mercados regulados, mientras que la gran mayoría de las transacciones están siendo ahora ejecutadas en la oscuridad y por players profesionales”, señala Better Finance en su último informe publicado bajo el título de Robo-Investing: Cyborgs vs Robots, compitiendo para atraer el dinero de los ciudadanos europeos.
Ventajas
Según Better Finance, estos servicios financieros de asesoramiento automatizado tienen la ventaja de ser considerablemente más baratos que sus equivalentes tradicionales. También están basados en tarifas en lugar de comisiones, lo que ayuda a prever conflictos de intereses que puedan surgir entre el asesor y su cliente promoviendo una mayor transparencia. “Constituyen una alternativa interesante para esos inversores que no requieren soluciones hechas a medida”, apunta en el informe.
Potencialmente, estas serían buenas noticias para ahorradores e inversores individuales ya que, con el continuo clima de bajo rendimiento en los mercados de capitales, estos nuevos participantes podrían suponer una diferencia real en el desempeño actual del asesoramiento financiero, salvaguardando el poder adquisitivo de sus ahorros en lugar de destruirlo a base de comisiones excesivas.
Por ahora, este modelo sigue convenciendo y los robo-investing parecen estar cogiendo ritmo, especialmente en Asia. Ahora bien, Better Finance advierte: “Debemos distinguir entre el robo-advice proporcionado por instituciones financieras ya establecidas, como Vanguard en Estados Unidos, por ejemplo, y los nuevos participantes independientes que continúan siendo relativamente pequeños, incluso en Estados Unidos.
Además, según este estudio que analiza a este tipo de proveedores, los robo-investing proporcionan asesoramiento en materia de inversión bajo la definición que establece MiFID II, que define el asesoramiento en materia de inversión como “la prestación de recomendaciones personalizadas a un cliente, ya sea a petición de este o por iniciativa de la empresa de servicios de inversión, con respecto a una o más operaciones relativas a instrumentos financieros”. Aunque, Better Finance, señala que en estas plataformas el grado de personalización es “debatible y varía entre las diferentes plataformas”.
A esto se suma que la mayoría de las plataformas, con la excepción de Marie Quantier y Feelcapital, también proporcionan servicios de gestión de activos. “Suelen implementar las recomendaciones personales que han dado a sus clientes al ejecutar las inversiones propuestas, incluyendo en muchos casos el rebalanceo periódico de esas inversiones para mantenerse en la asignación de activos propuesta”, señala el estudio.
De hecho, varios de los proveedores investigados en el estudio están registrados como compañías de gestión de activos por el regulador competente nacional, o están asociados a una compañía de gestión de activos. Por lo tanto, los términos “robot investing” o “robot investment management” designarían mejor estas compañías emergentes.
Expansión y complejidad de la gestión pasiva
Independientemente del clima financiero actual, existe una percepción cada vez mayor de que pagar altas comisiones para la gestión activa puede no ser la mejor estrategia, ya que pocas carteras gestionadas activamente han conseguido superar al mercado de valores en el medio, largo plazo. La historia de éxito de los ETFs es parte de una tendencia más amplia que ha visto un desplazamiento significativo hacia la gestión pasiva, con inversores invirtiendo su dinero en fondos pasivos en lugar de aquellos gestionados activamente. Según defiende el estudio, en el actual clima de tipos de interés bajos, los inversores están optando por comisiones bajas, asegurándose de esta manera mejores resultados netos en sus inversiones a largo plazo.
Según explica el informe, “desde que Better Finance realizó este estudio por primera vez en 2016, hemos observado el incremento en diversidad y complejidad de los productos y servicios ofrecidos”. Por un lado esta evolución puede verse de forma positiva en respuesta a las necesidades percibidas para dar servicios y un asesoramiento más personalizado, también tiene consecuencias negativas y que desvirtúa una de las características más atractivas del robo-investing, concretamente su simpleza y accesibilidad para pequeños ahorradores e inversores.
“Parece que esta industria emergente ha alcanzado ahora, con varios participantes introduciendo un elemento humano a su modelo en el caso de que el cliente lo solicite, necesidades específicas para aquellos clientes que deseen cierto grado de asesoramiento activo con el objetivo de aumentar su número de clientes”, afirma el informe.