El 16% de los inversores de entre 18 y 34 años recibieron más asesoramiento profesional durante la pandemia del COVID-19 en comparación con lo que habitualmente demandan para sus inversiones, según un estudio desarrollado por Oxford Risk. El documento pone de relieve una de las principales conclusiones de esta crisis: los inversores más jóvenes también buscaron más apoyo profesional.
Según los responsables de esta investigación, muchos jóvenes han decidido aumentar los servicios o acudir en busca de asesoramiento financiero debido a su menor experiencia y a la alta volatilidad del mercado. De hecho, si miramos el conjunto de los inversores, solo un 6% reconoce que buscó más asesoramiento durante esta pandemia y un 60% afirma que no acudió a profesionales, en comparación con el 38% de los inversores entre 18 y 34 años que realizan la misma afirmación.
“Es alentador ver en nuestra investigación que muchos inversores, especialmente los más jóvenes, recurrieron a asesores profesionales para que guiaran sus inversores durante los momentos más convulsos de la crisis del coronavirus. Sin embargo, desafortunadamente los sistemas que muchas gestoras tienen para apoyar a los clientes son demasiado lentos, ineficientes y sujetos al principio de la relación con el cliente. Estos sistemas resultan pobres a la hora de ajustarse a entornos que cambian tan rápido, tal y como hemos visto en esta crisis”, afirma Greg B Davies, responsable de finanzas conductuales de Oxford Risk.
En este sentido, Davies advierte que, tradicionalmente, la forma en que los gestores patrimonio o los asesores interpretan a sus clientes es limitándose a un perfil de riesgo, que es subjetivo.
“Necesitan centrarse más en medidas objetivas y basadas en la ciencia para proporcionar una imagen completa de sus clientes. Hay demasiadas conjeturas y poca tecnología», propone para hacer más eficiente el asesoramiento.
En opinión de Marcus Quierin, CEO de Oxford Risk, “las evaluaciones de los clientes se centran demasiado en las opiniones de los asesores financieros que las realizan y esto lleva a que los resultados sean sesgados, ruidosos e inconsistentes. Para hacer frente a esto, los asesores necesitan apoyarse en mejores herramientas de diagnóstico que permitan una evaluación precisa de la personalidad de un cliente y sus probables tendencias de comportamiento«.
Este estudio se enmarca dentro de la actividad de Oxford Risk, centrada en la creación de programas informáticos para ayudar a las gestoras y asesores a prestar servicios financieros.