Los indicadores argentinos están pasando al verde de manera marcada: el S&P Merval Index muestra una marcada subida, los bonos también progresan, los datos fiscales son alentadores y una lluvia de divisas (dólares) procedentes de las exportaciones han mejorado las reservas del Banco Central. Pero esta mejoría todavía no convierte a Argentina en un destino para los flujos internacionales, ya que el país sigue negociando la reestructuración de su deuda.
Así, el mercado trata de calibrar esta mejoría y un reciente análisis de la consultora Ecolatina plantea: “Llueven dólares, ¿efecto transitorio o permanente?
La demanda china de materias primas y el crecimiento proyectado de los principales socios comerciales de Argentina, como Brasil, sumado a los buenos precios internacionales de los commodities, están apuntalando la acumulación de reservas.
“En lo que va del año, las reservas netas aumentaron casi 2.500 millones de dólares, impulsadas también por la estacionalidad positiva que deja la salida de la cosecha gruesa, saltando 50% respecto a los valores críticos del cierre de 2020”, señalan los analistas de Ecolatina.
“Para todo el 2021, la suba de las exportaciones (por precios y cantidades) permitirá que las importaciones se recuperen más de 20% anual y el superávit externo se mantenga en los mismos niveles que el año pasado, alrededor de 12.000 millones de dólares. Dependiendo de si se posterga el pago al Club de París y el FMI, esto podría incrementar significativamente las reservas internacionales de la autoridad monetaria. Por último, los ingresos fiscales se verán impulsados por las retenciones, agregando 1 p.p. del PBI adicional de recursos tributarios respecto al año pasado (los derechos de exportación pasarían de 1,4% del Producto en 2020 a 2,4% en 2021)”, añaden.
Sin embargo, la consultora llama a la cautela: “Las mejoras de los términos de intercambio (así como sus reducciones) suelen ser temporales y revertirse pasado un tiempo. Por este motivo, una política óptima sería tomar a los ingresos transitorios como tales, y ahorrar una parte de estos”, pero la postura del gobierno argentino “oscila entre el ahorro (conteniendo el déficit fiscal y la emisión monetaria) y la utilización de estos dólares (deslizando el tipo de cambio muy por debajo de la inflación”.
“Luego de tres años en rojo, y en pleno proceso electoral, la tentación por apreciar el tipo de cambio para mejorar los ingresos reales es fuerte. Sin embargo, acumular divisas sería una buena forma de aprovechar las ventajas temporarias sin descuidar el largo plazo”, consideran los expertos de Ecolatina.
Buscando las razones del rebote
Por su parte, Consultatio se pregunta: ¿qué hubo de nuevo en las últimas dos semanas para que el promedio de bonos argentinos haya subido en 6% y el Merval lo haya hecho 9%, ambos medidos en dólares?
“Exploramos tres interpretaciones: 1) es un rebote técnico de activos que cotizan a precios de default; 2) la mejora de la macro de los últimos meses está empezando a reflejarse en los precios; 3) la virtud está en las limitaciones que enfrenta el gobierno”, señalan en un informe de la firma argentina.
Para los analistas de Consultatio, el nivel de actividad, acumulación de reservas internacionales, resultado fiscal y estabilidad cambianaria “permiten palpar una mejoría importante”. Pero esta tendencia se diluye al mirar más hacia delante: la mejora de la actividad real es un rebote, los precios internacionales de las materias primas no podrán repetirse todos los trimestres y el ajuste fiscal que se ha visto en el sector público es cíclico y no se mantendrá durante el segundo semestre del año debido al ciclo electoral.
El interés por los activos argentinos
¿Cómo impacta esta mejoría macro en el apetito por los activos argentinos? Según fuentes de El Cronista, los precios siguen bajos porque el mercado no termina de interesarse por Argentina, debido al riesgo de default.
Así, la probabilidad de default implícita en los bonos argentinos a 2021 es del 90% y eso no mejorará hasta que se llegue a un acuerdo con el FMI para reorganizar los vencimientos y poner en marcha un plan de pago.
A pesar de todo, se constata una mejora de los rendimientos de la deuda: desde marzo los bonos ley Nueva York subieron un 12% y la deuda ley local en un 13%, según datos de El Cronista.